CAPÍTULO 40-.

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Pasa una hora y no parece entrar nadie más, durante este tiempo los tres hemos estado en silencio, nadie parecía querer hablar.

Una idea atraviesa mi cabeza como un rayo.

— ¿Y todos los que no han pasado a dónde van? — La cara de Susan y la de Taison también se tornan blancas acompañadas de una expresión de preocupación.

— Baja la voz, se supone que no se puede hablar de esto — Comenta Susan en un susurro.

Taison mira hacia todos lados y le hace un gesto a su hermana, esta asiente y me indica que me acerque más.

Nuestras cabezas se encuentran a pocos centímetros, Taison se une, nuestras respiraciones se juntan y Susan empieza a hablar en un débil susurro.

— Nuestros padres se dedicaban a la seguridad cómo nosotros, no sé cómo se enteraron de lo que pasaba con la gente que se queda fuera, el caso es que algo sabían — Su voz se entrecorta y es su hermano el que sigue.

— Aswad no tolera a gente inservible en Mersus, tarde o temprano se acaba librando de ellos. Los acaban matando.

Los pelos se me ponen de punta y noto que se me encoje el estómago.

— ¿Y cómo lo hacen, es decir, lo hacen aquí? — Las palabras brotan de mi boca sin que yo les haya dado previo aviso, me exijo conocer más hacia lo que nos enfrentamos.

— Eso no lo sabemos, no nos lo llegaron a contar — Taison piensa en si decir algo pero acaba callándose.

— Esa creemos que fue la razón por la que mataron a nuestros padres — Sentencia Susan con amargura en el rostro.

— ¿No se suponía que os habían borrado los recuerdos? — Mi cabeza empieza a confundirse.

— Es algo extraño, a veces recordamos cosas, son muy pocas veces pero nos pasa — Susan habla en nombre de Taison y él asiente.

— Se llaman recuerdos residuales, hay personas que viendo objetos son capaces de recordar cosas, hay personas que con un simple estímulo sensitivo son capaces de recordar cosas de su pasado — Taison me explica mientras junta más su cabeza a la nuestra — Se supone que no deberíamos saber estas cosas pero cuando te arrebatan tu vida debes apañártelas para recuperarla.

Me quedo impresionado ante el acto de inconformidad de los dos, aunque sea casi insignificante me da esperanzas de recuperar mi vida, la primera de todas. Empiezo a cogerle sentido a aquellos recuerdos fugaces que pasan por mi cabeza de vez en cuando.

Susan roza su mano con mi brazo y otro recuerdo viene a mi mente cómo si me confirmase a propósito mi anterior pensamiento. Una chica de cabello oscuro atado en una cola aparece frente a mí, un sentimiento de horror inunda mi mente aunque no soy capaz de confirmar el por qué de este.

El recuerdo se esfuma y en mi mente se queda un deseo de poder saber más, necesito recuperar mi vida.

Una voz atronadora me hace dar un respingo en el asiento.

— Fase de limpieza terminada — Al parecer ya ha acabado la prueba, mi corazón se contrae al ver de qué manera a menguado el número de principiantes.

Mi cabeza consigue atar un cabo, toda la población se resume en Mersus, es una ciudad gigantesca pero no lo suficiente como para albergar a un continente entero. ¡Eso es! Así se aseguran de tener una descendencia mínima y eficaz. No puedo parar de pensar en una fábrica, somos como máquinas, solo sale al mercado aquella que está en condiciones óptimas.

Uno de los generales irrumpe en la sala y da dos palmadas de modo que obtiene toda la atención de la habitación.

— Felicidades a los supervivientes, seguís dentro. Id al comedor, os espera una cena especial — Algunas caras de entusiasmo se dejan apreciar entre la multitud.

Lo Invisible LI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora