CAPÍTULO 6-.

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Veo que Trevor saca un paquete de cigarrillos del bolsillo, saca uno y se lo coloca en la boca.

— Trevor, aquí no se puede fumar — Digo tumbándome en la cama.

— Y tampoco pintar con grafiti en una habitación ajena — Mi mirada va directa a la esvástica y veo que se encoge de hombros.

— ¿Enserio te vas a meter esa mierda? — Le digo poniendo cara de asco.

— Tranquilo Peter, esto no me va a matar — Saca un mechero y se lo enciende.

Se lo saca de la boca y de su boca sale una nube de humo. El humo me ahoga, abro la ventana para que se ventile y corro las cortinas.

— Venga, recojamos esto — Se levanta de la cama y me ayuda a poner el colchón bien.

Colocamos las fotos en la pared de nuevo y todo queda más o menos como antes excepto por la fea pintura de la pared.

— ¿Podrían expulsarlo por hacer esto? — Examino la pintura.

— No puedes acusarlo sin tener pruebas — Explica tranquilamente.

— Faltan dos fotos — Me fijo en los espacios de la pared.

Observo cómo le vuelve a salir una nube gris de la nariz.

— Si la encuentras tendrás pruebas — Termina el cigarrillo y lo restriega contra el muro de fuera de la ventana para apagarlo — Vamos a hacer una cosa — Lo dice con una sonrisa que da algo de miedo.

— ¿Qué vas a hacer? — Le digo sin apartar la mirada del techo.

— Menos mal que traje esto — Escucho unos golpes metálicos y me lo encuentro con dos botes de pintura negra.

Miro los botes pensando en cómo hacer para que parezca un suicidio pero no se me ocurre nada.

— ¿Sabes qué es lo bueno de estos botes? — Veo como se le vuelve a dibujar una sonrisa, niego con la cabeza — Que estos son muy difíciles de limpiar.

No creo que esté pensando de verdad en devolvérsela.

— ¡¿Qué haría yo sin ti?! — Me hace gracia la idea — Anda, pásame uno.

Me tira uno y lo cojo al vuelo. Está fresco y pruebo a moverlo. Entonces Miro a Trevor.

— ¿Vamos? — Me levanto de la cama entsiasmado.

— Cuando usted desee señor Peter — Me hace una teatral reverencia.

— Mira que eres tonto — Salgo de la habitación riéndome, enseguida me quedo callado.

Recorremos el pasillo sin hacer ruido, en la mayoría de habitaciones se oyen ronquidos y respiraciones tranquilas, pero se siguen oyendo conversaciones en algunas. A medida que avanzamos se me pasa por la cabeza lo inmaduro que es lo que estamos haciendo, aparto esos pensamientos de mi cabeza y procedo a seguir cruzando el pasillo.

Pasamos por la habitación de Dave, se oye música pero muy baja. Trevor se acerca a la puerta y llama, esta se abre y aparece Dave con unos auriculares puestos.

— ¿Qué hacéis levantados? — No suena como una reprimenda, es más curiosidad.

— ¿Sabes cuál es la habitación de André? — Trevor lo dice lo bastante bajo para que solo Dave se entere.

— Eh... si claro la 119 — Lo dice frotándose perezosamente los ojos — ¿Para qué lo queréis saber? — Se queda mirando los tubos de pintura.

Lo Invisible LI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora