Veo que Trevor saca un paquete de cigarrillos del bolsillo, saca uno y se lo coloca en la boca.
— Trevor, aquí no se puede fumar — Digo tumbándome en la cama.
— Y tampoco pintar con grafiti en una habitación ajena — Mi mirada va directa a la esvástica y veo que se encoge de hombros.
— ¿Enserio te vas a meter esa mierda? — Le digo poniendo cara de asco.
— Tranquilo Peter, esto no me va a matar — Saca un mechero y se lo enciende.
Se lo saca de la boca y de su boca sale una nube de humo. El humo me ahoga, abro la ventana para que se ventile y corro las cortinas.
— Venga, recojamos esto — Se levanta de la cama y me ayuda a poner el colchón bien.
Colocamos las fotos en la pared de nuevo y todo queda más o menos como antes excepto por la fea pintura de la pared.
— ¿Podrían expulsarlo por hacer esto? — Examino la pintura.
— No puedes acusarlo sin tener pruebas — Explica tranquilamente.
— Faltan dos fotos — Me fijo en los espacios de la pared.
Observo cómo le vuelve a salir una nube gris de la nariz.
— Si la encuentras tendrás pruebas — Termina el cigarrillo y lo restriega contra el muro de fuera de la ventana para apagarlo — Vamos a hacer una cosa — Lo dice con una sonrisa que da algo de miedo.
— ¿Qué vas a hacer? — Le digo sin apartar la mirada del techo.
— Menos mal que traje esto — Escucho unos golpes metálicos y me lo encuentro con dos botes de pintura negra.
Miro los botes pensando en cómo hacer para que parezca un suicidio pero no se me ocurre nada.
— ¿Sabes qué es lo bueno de estos botes? — Veo como se le vuelve a dibujar una sonrisa, niego con la cabeza — Que estos son muy difíciles de limpiar.
No creo que esté pensando de verdad en devolvérsela.
— ¡¿Qué haría yo sin ti?! — Me hace gracia la idea — Anda, pásame uno.
Me tira uno y lo cojo al vuelo. Está fresco y pruebo a moverlo. Entonces Miro a Trevor.
— ¿Vamos? — Me levanto de la cama entsiasmado.
— Cuando usted desee señor Peter — Me hace una teatral reverencia.
— Mira que eres tonto — Salgo de la habitación riéndome, enseguida me quedo callado.
Recorremos el pasillo sin hacer ruido, en la mayoría de habitaciones se oyen ronquidos y respiraciones tranquilas, pero se siguen oyendo conversaciones en algunas. A medida que avanzamos se me pasa por la cabeza lo inmaduro que es lo que estamos haciendo, aparto esos pensamientos de mi cabeza y procedo a seguir cruzando el pasillo.
Pasamos por la habitación de Dave, se oye música pero muy baja. Trevor se acerca a la puerta y llama, esta se abre y aparece Dave con unos auriculares puestos.
— ¿Qué hacéis levantados? — No suena como una reprimenda, es más curiosidad.
— ¿Sabes cuál es la habitación de André? — Trevor lo dice lo bastante bajo para que solo Dave se entere.
— Eh... si claro la 119 — Lo dice frotándose perezosamente los ojos — ¿Para qué lo queréis saber? — Se queda mirando los tubos de pintura.
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Lo Invisible LI#1
FantasiPRIMER LIBRO DE LA SAGA LO INVISIBLE Peter Mitrholl, un chico de 18 años, creía llevar una vida normal, no buena pero si normal. ¿Qué pasará en el Campus Masistor para que su vida de un giro radical? ¿Crees en los espíritus? ¿Y en los espectros? Él...