CAPÍTULO 42-.

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Me quedo expectante ante mi descubrimiento, todas las luces permanecen apagadas sólo la de las piscina iluminan el lugar dando lugar a los reflejos del agua en el techo, me acerco y meto mi mano, mi sonrisa crece al comprobar que la piscina es climatizada.

— Bueno, no se puede desaprovechar algo así — Exclamo dejando que el eco retumbe en la sala, no lo hace. Debe estar insonorizada o algo por el estilo.

Me quito la ropa quedándome de nuevo en ropa interior y me tiro al agua dejándome envolver por las elevadas temperaturas a la que esta se encuentra, me sumerjo del todo y me olvido del mundo entero, dejo que mi cuerpo se relaje.

Me acerco al bordillo y dejo a mis piernas que se relajen, miro hacia arriba y suspiro. Aunque desconfío debo admitir que los de aquí se lo montan muy bien.

No sé el tiempo que puedo pasar en esa relajante piscina ¿Una hora quizás? ¿O han sido dos? Bueno, lo que sea. Me salgo y me coloco la ropa, al no tener toalla termino con la camiseta mojada y los pantalones parcialmente mojados sobre todo por la parte de mi ropa interior.

Una cosa debo admitir, estoy relajado, demasiado relajado diría yo. Voy a recepción hacia una máquina dispensadora y coloco mi huella para sacar lo que parece una bebida energética, cuando me quiero dar cuenta tengo a más de un curioso mirándome ya que mi ropa se encuentra bastante empapada, saco mi bebida y me voy derecho a la habitación.

Una vez llego al pasillo ya no queda bebida y me sorprende lo eficaz que es, deposito la lata en una papelera y me entro en la habitación.

Voy directo a la habitación, en la cama han dejado un esmoquin burdeos oscuro con una nota hecha a mano con una caligrafía muy recargada.

<< Recogida dentro de 2 horas>>

Me extraño intentando ver alguna pista de cuando lo han dejado ya que no sé cuánto tiempo me queda, cojo la nota y la miro, ha cambiado.

<<Recogida dentro de 1 hora 59 minutos >>

Me quedo fascinado ante esa especie de tinta inteligente, sin perder más tiempo me quito toda la ropa mojada y me dirijo al baño.

Una vez dentro de la ducha observo el gran panel que esta tiene con lo que deben ser miles de combinaciones distintas, puedo observar presión del agua, geles, temperatura, sales y un sinfín de requisitos que no sabía que pudiese tener una ducha.

— Bueno ya que tengo que estar aquí al menos aprovechemos — Me digo mientras empiezo a presionar botones de diversas y estrafalarias categorías.

Acabo en un baño de espuma de lavanda con un agua aceitosa que no me hace nada de gracia. Aún así permanezco en la bañera hasta que una especie de catarata de agua hirviendo cae sobre mí, ahogo un grito antes de que otra cascada de agua congelada salga y me deje hecho un polo.

Convencido de no querer experimentar más con el panel de la ducha me salgo envuelto en una toalla, salgo del baño y voy directo hacia la cama, me echo y extiendo mis brazos para abarcar el máximo posible de esa gran y mullida cama.

Pasan unos minutos y observo la carta, en esta me dice que faltan treinta minutos para que nos recojan, me levanto y voy directo al armario. Allí se encuentra el espectacular esmoquin que antes estaba en mi cama, no me sorprenden que tengan estilistas que diseñen esmóquines solo para esta gala si es tan importante como dicen.

Está envuelto en plástico y se nota que es realmente nuevo, aquí es de buen ver el derrochar dinero y más siendo un acontecimiento tan importante como es esta gala. Me pongo la ropa interior y salgo al balcón que acabo de descubrir con la toalla mientras me seco el pelo, del rascacielos blanco salen dos grandes focos cada uno a un lado de la entrada donde se apelotonan cámaras y en el medio una imponente alfombra roja lleva hasta el interior del edificio.

Lo Invisible LI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora