CAPÍTULO 36-.

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Miro hacia todos lados nervioso. No se ve nada, esto no podría ir mejor.

Agudizo el oído para poder percibir de donde proviene el sonido pero hay demasiado eco en estos túneles como para poder saber si viene de mi izquierda o de mi derecha.

Decido salir corriendo, de poco sirve quedarse quieto para que me atrape, la adrenalina fluye por mis venas y el miedo no me deja articular palabra. Lo único que consigo escuchar es mi agitada respiración, no me detengo, no puedo ver nada pero eso ahora mismo no me asusta, no me importa ir a donde sea que me lleve por contad de deshacerme de esa inmunda criatura.

No puedo ver por dónde voy, no es hasta que un fuerte golpe va a parar a mi espinilla cuando caigo en la cuenta que había un artículo de por medio.

— ¡Joder! — Maldigo en alto.

Los susurros se escuchan cada vez más cerca, cada vez más hasta que son sustituidos por ¿Pasos? Estos son apresurados y opacan el sonido de los susurros, están muy cerca y de pronto cesan.

Un suspiro sale de mi boca aliviada antes de que una mano me tape la boca. Intento removerme y soltarme pero quien sea tiene fuerza, una vez acepto que no puedo librarme de quien sea que me está sujetando me relajo.

Un haz de luz va a parar a una cara, una vez enfoco consigo ver a mi captor, Susan la que me estaba sujetando.

La vergüenza acude a mi rostro al recordar con la fuerza que me sujetaba, doy gracias a que esté todo oscuro.

Una vez está segura de que no voy a hacer ruido me coge del brazo y me lleva por un pasillo hacia lo que por el sonido juraría que es una puerta, noto como el ambiente es más cargado en lo que parece ser una pequeña sala, alguien más respira, la puerta se cierra y Susan enciende la linterna iluminando la diminuta sala en la que nos encontramos.

Junto a ella Taison se encuentra mirando un punto que parece estar detrás de la pared.

— Siento lo de antes, ha sido algo muy inmaduro — Se arrepiente en un susurro y yo asiento sin atreverme a decir nada.

— ¿Qué cojones está pasando? — No es más que un susurro pero parece haberlo entendido.

— Taison ha visto un espectro — Asiento para reafirmar la información.

— Ya viene — Con un movimiento casi robótico y sin expresión en el rostro Taison apaga la linterna dejándonos sumidos en una oscuridad absoluta.

Todo parece congelarse cada vez más, se me encoge el estómago al notar que el frío es mucho más seco y fuerte de lo que recordaba, debe de haber un ejército de ellos, los músculos se me congelan a medida que el frío aumenta, un frío helado que no me deja respirar, ni mucho menos he llegado a notar tan mala energía en ningún sitio que haya estado, noto como me consume poco a poco y sin ni siquiera llegar a tocarme noto cómo mi vitalidad se consume poco a poco.

Mi mirada se desvía un momento hacia la de Susan que no aparta la suya de la puerta, llevo mi mirada hacia esta también mientras unos susurros incomprensibles resuenan cada vez más alto.

Solo distingo contornos pero puedo ver a la perfección cómo la puerta se abre poco a poco.

Observo con claridad como una esquelética mano coge la puerta y poco a poco va abriéndola.

Los espectros desprenden una tenue luz que hace que todo se vea más lúgubre, más muerto.

Mi respiración se detiene en el momento que veo al espectro.

<<— Otra vez no por favor — Suplica mi subconsciente.>>

Noto como mi energía se va desvaneciendo poco a poco pero no es a mí a quién mira, los susurros del espectro se ven interrumpidos por un fuerte grito que proviene de la garganta de Susan.

Lo Invisible LI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora