Lo Invisible LI#1

CAPÍTULO 24-.

Lo que viene a continuación no dura apenas unos segundos. Siento un terrible dolor en la cabeza, miro otra vez a donde estaba mi cuerpo tendido en la arena pero no veo nada. Miro a mi lado y Trevor está tosiendo desenfrenadamente, no entiendo que acaba de pasar pero me da igual, Trevor está vivo.

Voy corriendo a su lado, me siento terriblemente débil y mi cabeza no para de palpitar, me pellizco el puente de la nariz para que la presión pase pero no da resultado. Trevor despierta e intento sonreír pero no me sale, me dejo caer en la arena.

— Peter, ¡me has salvado! — Dice tumbándose como puede a mi lado.

— ¿¡Qué!? Pero si yo no... — Respondo muy confuso, no tengo ni la más remota idea de lo que acaba de pasar.

— Sí, ¡Sentí algo raro, no sé qué coño hiciste pero lo has hecho! — Se ve muy feliz, se queda tumbado en la arena y respira con dificultad, seguramente por la cantidad de agua que ha tragado.

Me tomo mi tiempo para recuperarme, en cuanto me siento algo mejor me levanto y voy a recoger mi tabla, se ha hecho bastante tarde y empieza a hacer verdadero frío. Mi tabla está en la otra punta de la pequeña playa, no voy corriendo, aunque quisiese no tengo fuerzas para obligar a mis músculos a que corran.

Trevor está todavía tumbado en la arena, tiene la tabla a su lado, supongo que fue en algún momento en el que estaba tumbado intentando respirar para no morirme.

Ya veo la tabla y doy gracias que no está rota ni nada por el estilo, me voy acercando cuando un pequeño reflejo de la arena me llama la atención, me agacho y desentierro un objeto, no sé muy bien lo que es, es redondo y de plata aunque está bastante corroído por la acción del mar.

Un ruido hace que no preste atención al medallón. Me acerco y veo sobre unas piedras un lobo, el mismo lobo que me guió hasta la tumba de Jeane, el mismo lobo con el que he soñado muchas veces. Se mueve de forma ágil entre las piedras, lo miro y nuestras miradas se encuentran. El miedo se apodera de mí pero me mantengo erguido.

— ¡Vete de aquí! ¡Peter vete, te han encontrado! — Es la voz de una mujer y parece realmente preocupada.

— ¡¿Cómo que me vaya?! ¡¿A dónde?! ¡¿Quién me ha encontrado?!... —No paran de brotar preguntas de mi boca pero cuando quiero darme cuenta el lobo ha desaparecido.

Aun así esas palabras quedan flotando en mi mente ¿Quién me busca?.

Ha tenido que ser el resultado de beber tanta agua de mar. Hasta Trevor me ha dicho que ha visto algo por culpa del agua, intento olvidarlo pero esas palabras siguen en mi cabeza y no puedo evitar pensar en ellas. Una vez recogida la tabla voy a donde Trevor sigue tumbado.

— Ya va siendo hora de que nos vayamos — Propongo intentando parecer lo más normal que puedo, él simplemente asiente.

Cogemos la tabla, nos ponemos la ropa que habíamos traído y hacemos el camino de regreso al campus. Quedamos en dejar las tablas fuera del campus. Hemos hecho una marca en un árbol y ahí las hemos dejado así la próxima vez que queramos ir a surfear no tendremos que cargar con las tablas por todo el campus corriendo el riesgo de que nos pregunten qué hacemos con una tabla que es más grande que nosotros.

Cuando ya dejamos las tablas nos secamos un poco el pelo con la toalla. No creo que nadie nos pregunten el por qué tenemos el pelo mojado ya que después de que Jeane hiciese que nevase a empezado a llover.

Pasamos por la valla e intentamos parecer lo más normales que podemos pero sumado a que hemos estado a punto de morir no es muy fácil.

Miro a Trevor y está feliz, ¡¿Por qué coño está feliz?!.