Estaba en el mirador con Alex y estábamos bebiendo capuchino, él me había invitado a salir, me sentía demasiado feliz. Eran las cuatro y treinta minutos de la tarde, ya iba una semana sin ir al taller de baile, decidí ya no ir más. Adrian a veces escribía; pero últimamente ya casi no habían mensajes suyos.
-Qué lástima que no estamos en temporada de mosquitos.- dijo codeándome.
-Lástima para ti, yo no quiero ser devorada por ellos.- dije golpeándolo.
Reía mientra intentaba golpearlo en la cabeza, no estábamos cerca como suelen estar la mayoría de parejas. Y de nuevo salió ese tema del que siempre hablábamos a partir del inicio de ese mes.
-Está oscureciendo y encendieron las luces del parque, es perfecto para un...ya sabes, de lo que siempre hablamos.
-Un beso, no entiendo porque nunca podemos decir esa palabra.- hablé aparentando seguridad, pero me costó mucho decir aquella palabra-. Además ya te he dicho, eso se da sin planearlo, solo sucede.
En ese instante recordé, el beso con Adrian, eso había sido de la nada, sin querer que suceda.
-Es verdad, no hay que forzarlo aunque quisiera que suceda.
Lo observé y la luz amarilla de la lámpara que estaba cerca de nosotros, hacía que resalten sus ojos cafés, su boca estaba iluminada y él me observaba fijamente, creí que en ese momento se daría, aunque estábamos muy separados, sentía ganas de acercarme, agarrar su rostro y plantar un corto beso en labios, pero no me atreví, no podía, la inseguridad me invadía.
-Quizás ya debamos irnos, ya es tarde son las siete de la noche.- dijo parándose de la banca.
-Es verdad, debemos hacerlo.- afirmé imitándolo.
Caminamos hacia mi casa, hablando sobre las tareas y los campeonatos deportivos, que empezarían en unas semanas. Mamá llamaba a cada rato y prefería no contestar, era mejor que me regañe en casa, que con Alex ahí a mi lado.
-Bueno, llegamos. ¿No quieres que te pida un taxi?.- hablé titubeando.
-No gracias, estoy bien.- susurró.
Estaba girándome para dar pasos hacia mi casa y de repente.
-Sheccid.
-Alex.
Sonrió, me tomó de los hombros, él era demasiado alto para mí.
-No debe ser difícil.- dijo entre dientes.
Y me jaló hacia él, y se agachó posando sus labios en mí tan rápidamente que no podía creer lo que había sucedido. Me besó, me besó y era tan fantástico. Fue algo corto y no sabía que cara poner, ni que decir cuando terminara.
Me abrazó y tenía su barbilla sobre mi cabeza.-Sabes ese beso me gustó tanto que me quedé con ganas de otro.
Y de nuevo plantó sus labios en los míos, sabía que ese momento quedaría grabado en mí por un largo tiempo. Al caminar a casa tenía una enorme sonrisa, mamá me regañó por llegar algo tarde; pero yo andaba en las nebulosas y no me percaté mucho en lo que decía, ese beso estaría en la lista de las mejores cosas que me han pasado. Quería saber si él pensaba lo mismo, si se encontraba igual de feliz que yo.
La noche de campeonatos él no había ido y yo tenía la esperanza de que lo haga, Josefa era la señorita deportes de nuestro curso, nos unimos con el paralelo E para ser un solo equipo.
Ahora me encontraba, observando a Alex jugar, íbamos perdiendo 0-1 me gustaba verlo, era muy bueno para el fútbol.
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Historial De Un Amor
Romance-¿Por qué estamos caminando por media vía? Creo que así, si moriremos -Mejor, al menos en el infierno o el cielo podremos estar juntos. -Preferiría el cielo.-dijo mirando al frente. -Bueno si de eso se trata, no me importaría ver mi pelo c...