4. MUDANDOME DE CASA

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Roxana

Había llegado tarde a casa, por eso no dormí mucho, escuche la alarma pero no me quería parar. Era obvio que no llegaría temprano a clases.

De repente mi smartphone suena, lo tomo con mucha pereza era Rebe – ¿que pasa? – dije en tono de cansancio.

– ¡¿Rosan todavía estas en la cama?! – me pregunto con rabia. 

– si, no voy a ir a la primera hora de clases– le respondí acurrucándome mas en la cama– ¡estas loca! En el blog de chismes, Ágata te esta haciendo competencia si no llegas a primera hora tu titulo puede estar en peligro– me dijo casi gritando.

Me pare de la cama enseguida y salí corriendo al baño, para sumarle a mi mañana mas problemas ahí estaba Maritza apunto de ganarme el baño.

Corrí lo mas rápido que pude para pasarla, ella me mete el pie y me hace caer, me levantó súper enfadada y la empujo. Cuando ya estaba a punto de entrar al baño, veo como empieza a rodar por las escaleras.

Siento un horrible escalofrío al verla en el suelo sin emitir un solo sonido –¿que pasa porque tanto escándalo? – pregunta mi mamá.

–¡MARITZA!–grita mamá. 

Yo estaba en shock – ¡ROXANA LLAMA A UNA AMBULANCIA! – me grita mamá desesperada, no había nadie mas que las tres en casa.

Corro a tomar el teléfono, mis manos temblaban no podía marcar bien, me desespere a un mas pero pude marcar– hola emergencias – me respondió una señora– ¡si, hola... Mi hermana rodó por las escaleras y no reacciona– dije en tono desesperado mirando a mamá.

Unos minutos después ya estaba la ambulancia en casa, dos señores subieron a Maritza a la ambulancia mientras que mamá y yo nos subimos al auto de ella.

...

Ya estando en el hospital mamá llamo a papá y a Lucia.

Yo me estaba muriendo de los nervios. De repente llego papá desesperado preguntando como estaba Maritza, mamá y yo no le respondimos ya que no sabíamos nada.

Y luego llego Lucia, yo la mire unos segundos pero luego la ignore, no la quería ver y menos en esta situación.

–los familiares de Maritza Ferrer–pregunto una enfermera.  

– ¡AQUÍ!– dijimos todos al mismo tiempo.  

–por aquí– nos señala la enfermera, Maritza estaba en una camilla con un yeso en su brazo izquierdo.

Cuando la vi con los ojos abiertos sentí un gran alivio. Pero no me acerque ya que todo era mi culpa y además Lucia corrió a abrazarla.

Salí de la habitación, me sentía muy mal solo quería respirar.

Cuando me retire del hospital me senté en un pequeño murito.   

–señorita, señorita – una anciana me llamaba.

– ¿si? – pregunte algo confundida. 

–usted esta en pijama – me respondió la anciana. Me mire el cuerpo entero y si lo estaba.

Solté un gran suspiro. De los nervios que sentí no me di cuenta que estaba en estas fachas.

–ha, ha, ha– se burlo la anciana, por un momento recordé a mi abuela.

La miro con una sonrisa y me fijo que tenia ropa de hospital, era una paciente.

Empezamos a conversar y una que otra carcajada salia de mis labios por las cosas que ella me decía.

JUEGO SÚCUBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora