JUEGO SÚCUBO

11. SENTIMIENTOS

Eric

Cuando escuche la voz de Maritza sentí como si un baldado de agua fría me cayera encima, yo solo quería tocar a Roxana.

Intente dejarla pero no pude, mi cuerpo no me obedecía. Un grito se escapa de ella cuando mi dedo corazón intenta entrar en su doña costra.

– ¡CHICOS QUE ESTÁN HACIENDO! – se quejo Maritza del otro lado de la puerta. Roxana intento separarse de mi pero fallo, se notaba desesperada por separar nuestros cuerpos.

– CHICOS DÉJENME ENTRAR – grito otra vez Maritza. 

– NO JODAS MAS... E... ERIC SE FUE CON SU NOVIA – grito Roxana enredada en mis brazos.

Unos pasos se escucharon del otro lado de la habitación. Mi corazón no dejaba de latir, tenia unas horribles ganas de gritar cuando la mimada rozo su mano por la cabeza de mi don Pepe.

...

Habíamos estado tocándonos un buen rato, ella se estaba vistiendo y yo también, era incomodo para mi no sabia que hacer ya que esta era la primera vez que hacia algo así.

Cuando estaba a punto de salir ella me tomo de la mano, yo la mire y quede anonadado por su belleza, sus labios rojos brillaban, sus ojos marrones me miraban directamente. 

– ¿para donde crees que vas? – me pregunta.

No podía ni hablar, solo pensaba en sus labios quería besarle. 

– es que no escuchaste cuando le dije a Maritza que te habías ido – me recalco. 

– s... si – respondí mirando fijamente su boca. 

– entonces espera un poco – 

Yo me siento en el filo de la cama sin decir nada. No debería hacer este tipo de cosas con una de las amigas de mi novia, soy un maldito desgraciado.

– ¿Eric que vamos a hacer con el juego? – me pregunta Roxana, yo la miro sin saber que hacer. 

– quemémoslo – me dice tomando el juego. 

– ¿estas segura? – pregunte. 

– tienes una mejor idea - me habla con ironía. 

– no pero y si el juego esta maldito – le advertí un poco asustado. 

– pues por eso es mejor quemadlo – 

– no me parece buena idea, mejor me voy – le dije poniéndome de pie.

– ¡TU! si eres cobarde – me reclama Roxana. 

– es mejor un cobarde vivo que un valiente muerto – le respondo. Si fuera una pelea, una discusión o cualquier tipo de problema no huiría pero es un juego diabólico que nos hace hacer cosas raras y para colmo se mueve solo... yo no puedo con eso.

Ella me quedo viendo y empezó a leer la instrucciones al terminar un gran suspiro escapa de sus labios. 

– Eric no puedo hacer esto sola, yo también tengo miedo... ¡pero no podemos dejar eso así! – 

– esta bien quemémoslo – le dije resignado. 

– ok aremos esto a media noche nos vemos en el patio lleva un encendedor que yo llevo el resto... y Eric no le puedes decir a nadie sobre el juego – 

Salí de su habitación cerciorándome que nadie estuviera en el pasillo y entre a mi cuarto.

...

Era la hora de la cena y Roxana no salia.

Un suspiro se escapa de los labios de doña Mariana la causa seguramente seria la consentida.