39. ENGAÑOS

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Eric

Había estado esperando por unas horas mientras los chicos compraban latas de pintura en aerosol.

Yo me había quedado en el auto vigilando al tipo.

Mientras el tiempo pasaba revisaba el juego. Era muy extraño porque hasta las instrucciones habían cambiado.

1. Se necesita un jugador masculino.

2. El jugador tendrá un solo dado.

3. Su compañera será escogida por el jugador.

4. En el dado esta la palabra SEX, si cae esa opción tendrá 12 horas de sexo.

5. La figura se moverá cada vez que se lance el dado.

6. En cada casilla hay una orden que se hará automáticamente si la figura cae en ella.

7. En las casillas saca una carta: tendrá que coger una carta, la acción se debe hacer o el juego no avanzara.

8. El juego no se termina hasta que la figura llegue a la casilla final.

– ¡eh! ¿Eric que es eso? – me pregunto Johnny.

–NO, no es nada – respondí escondiendo la tabla.

El me observo por unos segundos y cuando estaba a punto de decir algo Patrick lo interrumpió.

–Bueno luego pueden charlar señoritas pero ahora hay que darle un regalo a eso mal nacido – se burló el peli rojo posando su brazo alrededor de los hombros de Johnny.

El no intento decir nada más y obedeció lo que le dijo el más alto.

Sigilosamente llegamos al coche del sujeto y empezamos a marcarlo con la pintura. Era la primera vez que yo hacía un acto vandálico y se sentía genial mi corazón estaba súper acelerado.

Si nos atrapaban estaríamos en serios problemas pero no me importo.

–¡¡¡EH!!! ¿Ustedes que están haciendo? – un señor se acercó.

– ¡mierda! CHICOS CORRAN – nos gritó Patrick.

No sé cómo lo hice pero llegue a la camioneta casi en dos saltos.

La encendí y gire.

– RÁPIDO CHICOS – grite.

Mire hacia el carro que habíamos dañado mientras el dueño salía.

Unos tipos obesos bloquearon mi camino sin embargo yo pise el acelerador ellos al notar que yo no me detenía saltaron a los lados.

En este preciso instante mi ritmo cardíaco está a mil.

–¡¡¡UH!!! – exclamo Patrick.

–¡¡eso fue genial!! – hablo Johnny.

–ah, ah, ah se lo merecía – comento Aníbal.

Yo me limite a conducir con una sonrisa en mi cara. Ser parte de un grupo se sentía estupendo.

– ¿y ahora a dónde vamos? – pregunte.

–sigue conduciendo por aquí debe haber una gasolinera – me dijo el mandón.

Pasaron algunos minutos.

Al llegar baje del carro y fui con los chicos al auto servicio porque tenía mucha hambre.

Escogí algunas papas y un refresco para mí, mientras los muchachos cogían chocolates, doritos, nutella, de todito, chicharrones, cheetos, más melos y bombombum.

JUEGO SÚCUBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora