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-Unos meses después-

-¿Han visto a Mario? –pregunta Leah entrando a la habitación. Ninguno le presta la suficiente atención porque están muy ocupados viendo el juego, por lo que todos solo niegan con la cabeza sin quitar la vista del televisor.

"Fabuloso", piensa Leah. "Bien, tendré que ir sola".

-Hola Leah –dice Marco al salir de la cocina con un vaso de agua.

-Hola, Marco –contesta distraída, aún molesta porque Mario la haya dejado plantada.

-¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan preocupada?

-Oh, debo de ir a una reunión de trabajo, se supone que Mario me acompañaría pero no lo encuentro por ningún lado.

-Oh... -dice torciendo la boca –debió olvidarlo.

-Lo he buscado por todas partes y no me contesta –dice molesta. Marco hace un levantamiento de hombros indicando que no sabe tampoco dónde se pudo haber metido.

-¿Dentro de cuánto tienes que estar allí? –pregunta antes de darle un trago a su agua.

-Emmm... -ella mira la hora en su teléfono –dentro de unas horas. ¿Por qué? No creo que Mario aparezca a tiempo...

-Oh, no –contesta Marco –yo te preguntaba por si quisieras que te acompañara pero me llevaría un poco de tiempo alistarme –dice levantando los hombros de nuevo.

-Oh, ¿en serio harías eso? –él asiente –Oh, pero es que no es aquí en la ciudad, es en Herzogenaurach y son aproximadamente cuatro horas de viaje –él pone cara de susto–. No importa, no tienes que ir, puedo ir sola.

-No, no... está bien. Puedo ir, solo me sorprendió.

-¿Estás seguro? -Pregunta sintiendo en que en cualquier momento cambiará de opinión.

-Seguro –dice con una sonrisa. Leah se abalanza hacia él y lo abraza fuertemente.

-Gracias, gracias, gracias –dice mientras lo abraza por el cuello mientras Marco ríe ante su reacción.

-No es nada -dice y Leah deja de abrazarlo.

-¿Por qué a Herzogenaurach? –pregunta Marco confundido antes de darle un sorbo a su bebida.

-Reunión de trabajo, de hecho el aniversario, 65 años de fundación y como las oficinas centrales están allá...

-Oh, cierto. No recordaba que PUMA se había fundado allí –ella le da una sonrisa-. Bueno, iré por mis cosas y...

-Oh, lo olvidé. ¿Tienes algún traje listo por allí? Es algo así como una gala...

-Claro –le responde –no hay problema.

Marco le da una sonrisa y deja el vaso en el lavavajillas para luego subir y empacar.

Ella camina hacia la sala y decide sentarse para esperarlo, aunque todos los asientos estuvieran ocupados ella se sienta en el reposa brazos del sillón, justo al lado de Mats. Él al sentir su presencia voltea y le da una rápida sonrisa para poder seguir viendo el juego, pero no pasa ni dos segundos y él regresa su vista a Leah.

-Ya no te ves tan preocupada –comenta -¿Ya apareció Mario?

-No, es un tonto. Pero Marco se ofreció para acompañarme, así que...

-¿A dónde vas? –pregunta Sven.

-Tengo una reunión en el trabajo... ¿Cuánto tiempo se llevará Marco para empacar? –pregunta viendo su reloj.

-Ya lo conoces... –dice Robert riendo. Ella asiente y revolea los ojos, sabiendo que es cierto.

-¿Por qué empacaría? –pregunta Mats.

-Oh, la reunión es en Herzogenaurach. Pasaremos la noche allá y regresaremos por la mañana.

-Oh... -dice sin hacer algún comentario.

Luego de unos minutos escuchan a Marco llamar a Leah desde arriba. Ella se dirige a las escaleras en busca de Marco.

-¿Qué sucede? –pregunta Leah.

-Mario me llamó... -ella lo interrumpe antes de terminar.

-¿Por qué a mí no? –pregunta muy molesta sacando su celular del bolso.

-Porque no tenía mucho tiempo y sabía que estarías tan molesta como para no dejarlo explicarte... -contesta Marco-. Lamenta no haber podido venir, dijo algo sobre estar lidiando con un asunto importante y que por el momento estaría ocupado, en cuánto vio la hora me llamó para avisarme y pedirme un favor...

-¿Qué favor? –Pregunta molesta.

-Acompañarte hoy –dice –, él cree que le puede dar tiempo pero dijo que si preferías ir conmigo estaba bien, que en serio lo lamenta.

-Ya es muy tarde, no creo que le dé tiempo. Incluso si nos vamos ahora, tendremos que cambiarnos apresuradamente.

-Está bien, le escribiré a Mario –dice tomando su teléfono.

-No, yo lo haré –dice ella, Marco ríe y la observa escribir un poco molesta pero observa como una pequeña sonrisa se le escapa. Él sabe que ella no puede odiar a Mario.

-¿Lista? –le pregunta Marco.

-Desde hace más de una hora –contesta. Él ríe al darse cuenta que es cierto.

-Lo siento –dice entre risas. Ella asiente y bajan para finalmente irse.

Se despiden de todos y Marco la dirige a su auto. Ella no protesta, de igual forma no tiene ganas de conducir, pero antes pasa a su auto a recoger su maleta y su vestido. Al iniciar el auto la música comienza a sonar y Leah ríe sin pensarlo.

-¿Es en serio? –pregunta inmediatamente.

-¿Qué? –pregunta Marco sin saber a lo que se refiere. Ella niega con la cabeza.

-Mejor me encargaré yo de la música –dice sacando el disco.

-¡Oye! –Exclama, Marco.

-De ninguna forma escucharé a Justin Bieber todo el camino –dice guardando el disco en su estuche.

-¿Por qué no? –pregunta él como si fuera un niño de diez años. Ella ríe.

-No es mi tipo de música –dice manipulando la radio. Él revolea los ojos y sigue conduciendo. En el transcurso del camino no hablan mucho, él se dedica a conducir y ella a cambiar de estación a cada poco y también a jugar con su teléfono.

N/A: ¡Hola! Tal vez el capítulo de hoy es corto y con poca acción, pero pronto se pondrá Leah se pondrá un poco loca y será interesante, ya lo verán. :) El vídeo es prácticamente lo que se oía ese año. 

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Bound To You - Part OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora