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Durante todo el vuelo estuvo intentando pensar en la forma más adecuada de hablar con Marco. Sentía que aunque estuviera muy afectado por el partido, había algo más que lo molestaba, pero no podía entender qué.

-¿Marco? –Lo llama al entrar a su casa. Ni siquiera se fue a su casa a tomar una ducha, ella fue directamente a la casa de Marco.

Camina por la sala principal, la cocina, el estudio y no puede encontrarlo. Sube las escaleras y lo busca en la recámara principal.

-¿Marco? –lo llama nuevamente al entrar. Él estaba recostado en su cama con el mando de videojuego en las manos, muy concentrado y al parecer ignorándola.

Él voltea hacia ella cuando aparece en el marco de su visión en la esquina de su ojo. Mira su rostro y luego su mirada cae a su camisola, tensa su mandíbula y regresa la mirada al televisor.

-¿Por qué sigues con eso? –Pregunta sin verla.

-¿Con qué? –Pregunta confundida. No estaba consciente de la mirada desaprobadora de Marco puesto que ella también lo estaba examinando con la mirada.

Obviamente había tomado otra ducha y se había cambiado el atuendo, tenía comida en una de las mesitas de noche.

Marco levanta su ceja y le da una pausa a su juego.

-Eso –dice señalando su torso.

Leah baja la mirada a su cuerpo y junta sus cejas, confundida.

-Te refieres a esto –dice tomando parte de la camisola con sus dedos.

-Sí –contesta simplemente y regresa su mirada al televisor quitándole la pausa.

-Supongo que no he tenido tiempo –él sigue jugando y eso la molesta lo suficiente como para gritarle -¿Podrías verme cuando te estoy hablando?

Marco detiene su juego nuevamente y la voltea a ver con genuina molestia. Lo que provoca más molestia en Leah.

-Del estadio fui al hotel, allí solo empaqué todo y fui al aeropuerto. El vuelo era el primero así que solo lo tomamos y en cuanto aterricé vine directamente hacia acá. No he tenido tiempo de cambiarme o tomar una ducha si quiera.

-Ahora tienes tiempo –voltea de nuevo la vista al televisor y reanuda la partida-, ya sabes dónde está la ducha aquí.

Ella abre la boca en sorpresa. ¿Realmente acaba de decirle eso? Voltea la mirada y logra ver el control de mando del televisor, lo toma y lo apaga sin dudarlo.

-¿Cuál es tú problema? –Grita Marco. Coloca pausa de inmediato y automáticamente se levanta y se para frente a Leah.

-¡No! –Exclama de vuelta-, ¿cuál es TÚ problema? Hace solo unas horas estabas que no cabías de la felicidad porque usara esto ¿y ahora no quieres verme con ella ni un segundo más?

Él bufa y revolea los ojos.

-¡Solo porque perdiste un maldito partido no te da el derecho a tratarme así!

-¿Yo te estoy tratando mal? ¿Quién es la que ha venido a mi casa y ha empezado a gritarme como loca?

-Es porque te comportas como un inmaduro y te escondes tras tu televisor mientras intento hablar contigo.

-¿Inmaduro? De que no te vea no quiere decir que no te pueda escuchar.

-¿Crees que no te conozco lo suficiente como para saber qué esa es tu forma de ignorarme? Y no solo porque te conozca, todos saben eso.

-Estás haciendo un drama por algo tan estúpido.

Leah ríe pero no porque le parezca gracioso. Solo le parece inútil continuar con esto. Ella niega con la cabeza e intenta contener las lágrimas que intentan escaparse de sus ojos.

Bound To You - Part OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora