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-Mi padre estará molesto por que no podrá ver el partido y de alguna forma me culpará por ello.

-¿Por qué tu padre es así contigo?

-No tengo ni idea. Cuando era niña todo iba bien, en cuánto crecí parecía que todo lo que yo hacía le molestaba –revolea los ojos –nunca lo entendí.

-No entiendo por qué puede odiarte tanto.

-No sé si me odia o no, pero a veces me hace creer que realmente lo hace...

-No te preocupes, todo irá bien –le dice masajeando sus hombros.

-Eso espero, realmente no quiero tener que discutir como siempre.

-Esperemos que no –dice dándole un beso en la mejilla, ella le sonríe. -¿Entonces no irás a vernos?

-¿A quiénes? –Pregunta confundida, Marco levanta una ceja divertido –Oh, lo siento. Estaba tan concentrada en el partido del Bayern que he olvidado el de ustedes. Lo siento tanto –dice muy apenada –sabes que iría pero mi padre vendrá y supongo tendré que cuidarlo a él y a mi hermano y ya sabes...

-Entiendo, tranquila –le dice masajeando nuevamente sus hombros, ella estira el cuello a un lado para poder liberar un poco el dolor por tanto estrés y Marco aprovecha para darle un beso allí, ella da una risita y voltea a verlo.

Marco coloca ambas manos en su rostro y sus pulgares masajean su sien. Ella cierra sus ojos pero su sonrisa continúa.

-Tienes que relajarte un poco –dice sin detenerse.

-Ag... lo sé, pero solo quiero que todo esté perfecto para que él no tenga más razones para estar enfadado –dice mordiendo su labio.

-No tienes que pretender ser alguien que no eres –dice, baja su mano a su labio y estira su labio para que deje de morderlo. Ella lo observa directamente a los ojos y niega con su cabeza.

-No lo entiendes...

-Tú tienes que entender, que no importa que sea tu padre, no tienes que actuar frente él. Tú eres perfecta exactamente cómo eres, no necesitas hacer ningún cambio.

-Ojalá eso pensara mi padre...

-Si no lo hace, es un idiota –Leah lo observa con sorpresa –digo, eh... con todo respeto –dice rápidamente al ver su reacción, Leah da una carcajada y Marco ríe apenado.

-Solo no digas nada de eso frente a él, es suficiente con que seas del Dortmund, no agregues más puntos en tu contra –le advierte. Marco ríe, asiente y hace un saludo militar lo que provoca más risas de Leah.

Marco tuvo que irse para un último entrenamiento antes del partido, mientras que Leah preparaba la comida para la llegada de su padre y su hermano.

Unas horas más tarde fue a la Dortmund Hauptbahnhof para ir por su padre. Esperó unos minutos hasta que finalmente logró verlo llevar una maleta con él.

-Hola, papá –dice una sonrisa temerosa. Él dirige su mirada al rostro de su hija y por un momento la sostiene para luego retirarla y contestar.

-Hola, Leah –dice quitándose sus lentes.

-¿Necesitas ayuda? –Pregunta señalando su maleta, él niega con la cabeza.

-¿Esos fotógrafos te siguen a todos lados o...? –Leah voltea a ver y a lo lejos divisa a un par de fotógrafos dirigiendo sus lentes hacia ellos. Ella niega con la cabeza e intenta ignorarlos.

-Vamos, papá –dice colocando su mano en su hombre para dirigirlo a su auto-. ¿Qué tal tu viaje?

-¿Cómo crees? Mi hijo está en el hospital, en otra ciudad... -ella tuerce la boca, sus manos aprietan fuertemente el volante y se mantiene callada. El resto del camino siguió así, en completo silencio.

Al llegar al hospital, Peter estaba contento de poder ver a su padre, aunque su padre estuviera demasiado preocupado y Peter insistiera que no hay nada de qué preocuparse. De hecho, ya le habían anunciado que lo iban a dar de alta, solo tenían que hacerle un par de exámenes finales.

Leah tuvo que ir al hotel dónde Peter se iba a hospedar para recoger sus cosas y cancelar todo allí. Llevó su maleta a su habitación para que pudiera vestirse y poder regresar a casa.

-¿Sabes qué es lo que más extrañaré de este lugar? –Le pregunta Peter a su hermana.

-Peter, has estado aquí solo un par de días –pone en evidencia –pero, está bien... dime, ¿será esa linda enfermera que se la pasaba coqueteando contigo?

-¿Quién? –Ella levanta su ceja y él ríe para luego tomar sus costillas-, Está bien, sé de quién hablas y pues sí la extrañaré pero yo me refería a las drogas –Leah revolea los ojos y sigue caminando -¿Qué? ¿En serio esperabas eso tan cliché?

-No debía esperar más de ti, Peter...

-¡Ouch!

-Ni si quiera lo intentes, sé que no te importa –él ríe y camina más rápido para alcanzarla.

-Oh, vamos, Leah. Sí es linda pero de que tú hayas tenido tu lindo cuento de hadas no quiere decir que los demás podamos tenerlo –ella se detiene y voltea a verlo con una mirada severa.

-Primero que todo, no es un lindo cuento de hadas, es una vida completamente normal y si es lo que piensas de mi relación con Marco pues tú también podrías tener una así si tan siquiera lo intentaras.

-Leah, tu relación es perfecta. Pones altas expectativas.

-No tengo una relación perfecta, bueno, de hecho ni siquiera lo sé porque no ha pasado mucho tiempo. Peter, apenas empezamos nuestra relación. Todavía somos como un par de adolescentes, sé que en algún momento tendremos nuestros problemas y serán esos momentos los que definirán nuestra relación –antes de seguir se da cuenta de algo –además con un día que nos hayas visto juntos no significa que sepas todo sobre nuestra relación –dice frunciendo el ceño.

-No te enojes conmigo –dice frunciendo el ceño también –solo sé que es más que obvio que ustedes se aman, parecen Barbie y Ken, destinados a estar juntos el resto de sus vidas.

-Sabes que esos son personajes ficticios, ¿no? –Él revolea los ojos y antes de que pueda contestar su padre regresa del baño.

-¿Ya estás listo? –Le pregunta a Peter, él asiente y todos se dirigen al auto de Leah.

Durante el camino de vuelta a casa Peter y su padre iban hablando entre ellos, Peter a veces intentaba incluir a Leah pero no tenía mucho éxito en ello. Peter empezaba a preocuparse por eso.

-Hemos llegado –indica Leah al dejar su auto en el garaje. Todos descienden del auto y Leah ayuda a Peter a llevar su maleta. –Llevaré esto a tu habitación –habla dirigiéndose a Peter, para después dirigirse a su padre –papá, tú me puedes seguir y te indico la tuya.

Ambos caminaron y Leah deja a su padre en su habitación para luego bajar y dejar las cosas de Peter en el ahora readecuado estudio convertido en habitación.

-No me habías dicho que Marco se nos uniría –le dice Peter en cuanto Leah entró a la habitación, ella junta sus cejas, confundida y luego observa a Marco sentado en el otro lado de la habitación.

-Blondie –dice Marco con una sonrisa como saludo.

N/A: ¿Marco logrará sobrevivir una tarde con los Jacobitz juntos? 😯

Y Peter piensa que LeMa es una pareja perfecta... (me acabo de inventar ese ship... Se pronuncia Lima 😂).

Bound To You - Part OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora