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-¿Y bien...? –Habla Marco esperando que alguno de sus mejores amigos "no confío en Marco" hable. Leah resopla.

-De acuerdo. Sí es cierto que fue en los primeros días que vine a Dortmund. Los primeros días estuvimos con unos amigos, todos son de Múnich por lo que estaban más que dispuestos a ver el partido entre ustedes y el Bayern, con la excusa de que ayudarían a mudarme... y honestamente no recuerdo a qué se debía la apuesta pero yo la había perdido y tenía que asistir con la playera del Dortmund –ella ríe-, nuestros lugares eran obviamente en el ala de los visitantes. Fue muy incómodo, todos me veían, porque no solo lucía como una intrusa normal sino que me habían pintado la cara y tenía trenzas con listones amarillo y negro.

-Es cierto, había olvidado eso –se ríe Mario. La mayoría sonríe pero siguen expectantes.

-Vale, al terminar el juego salimos para buscar el auto pero ninguno de los seis que íbamos podíamos recordar dónde dejamos el auto... por lo que esperamos a que la mayoría se fuera. Cuando supusimos que el estacionamiento estaría vacío decidimos que saldríamos pero pensé que era mejor ir al baño en ese momento y no esperar hasta llegar a casa. Ellos salieron al estacionamiento y yo regresé al baño, ya dentro logré lavar mi cara.

Flashback.

Al lavar su cara, Leah coge su vaso de chocolate caliente y camina fuera del baño. Al llegar a la salida del baño siente un fuerte golpe a su costado y cae al suelo regando el chocolate por todo el suelo instintivamente, durante la caída, logró girarse y colocó sus manos para no estrellarse contra el suelo y no de lado pero al estar mojado por el chocolate, se deslizó por el pasillo, sus manos estaban mojadas al igual que sus rodillas.

-Oh, Dios... Lo siento tanto –escucha una voz masculina con mucha preocupación. Ella niega con la cabeza e intenta no moverse mucho con temor a mancharse más.

-Tiene que ser una broma –masculla.

-Realmente lo siento mucho, no te vi venir –dice a sus espaldas-. Ten –le indica, ella voltea a su lado y es una toalla, ella no cuestiona qué tipo de persona carga una toalla a todos lados la toma pero sí lo piensa y con cuidado limpia una de sus manos, luego intenta levantarse pero está resbaloso, la misma persona que la tiró al suelo toma su codo y la ayuda.

-No es nada –dice limpiando su otra mano y luego pasa suavemente la toalla por sus rodillas-. Gracias –dice devolviendo la toalla y esa es la primera vez que observa al responsable de su caída. Ella inclina la cabeza hacia un lado y entrecierra los ojos, voltea hacia el desastre que está a sus espaldas y regresa la mirada al chico que está frente ella.

-¿Te encuentras bien? –Pregunta él un poco preocupado. Ella asiente y no deja de observarlo con sospecha. Él sonríe nervioso y no mueve la cabeza pero su mirada se desvía de un lado a otro por incomodidad.

-¡Vaya desastre el que hemos hecho! –Exclama ella intentando actuar como si no fuera el momento más incómodo de su vida. Ambos ríen.

-En serio lo lamento, no sabía que alguien saldría del baño... -menciona. Ella niega con la cabeza.

-No es nada, yo tampoco esperaba que hubiera alguien todavía...

-Sí, solo iba a... -mira al suelo y coloca su mano sobre su mentón, pensando –ya no recuerdo a qué iba... -ambos ríen-, ¿Tú que haces aún aquí?, el juego terminó hace tiempo.

-Bueno, estaba con unos amigos pero ninguno recordaba dónde dejamos el auto por lo que esperamos suficiente tiempo como para que el estacionamiento estuviera vacío... pero quise venir al baño antes de irnos y bueno... ya conoces el resto.

Bound To You - Part OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora