Al salir de su trabajo, Leah hizo lo que Marco le dijo y fue a su casa. Al entrar deja su bolso colgado, cierra la puerta y llama a Marco.
-¿Marco? –Pregunta, intenta encender la luz por lo oscuro que está pero el interruptor parece no funcionar-. ¡Genial! Se arruinó el foco –dice viendo hacia el techo.
Utiliza su teléfono para alumbrar su camino y aunque conoce la casa tan bien como la suya, prefiere prevenir.
-¿Qué es esto? –Dice extrañada al ver algo tirado en el suelo. Se agacha y toma uno-, ¿Es un pétalo?
Su curiosidad aumenta pero sigue caminando, intenta encender otra luz pero ninguna parece funcionar. ¿Hubo algún apagón del que no me enteré?, se pregunta a sí misma. Regresa su teléfono para seguir guiando su camino y los pétalos cada vez son más. Junta las cejas en señal de confusión.
Levanta la mirada instintivamente al escuchar música proveniente de... ¿de dónde?, se pregunta. Ella supone que proviene del mismo lugar al que llevan esos pétalos, sonríe. Camina un poco más apresurada y logra ver una tenue luz proveniente del jardín trasero.
-No lo creo-, dice al llegar. La entrada al jardín tiene un camino de pétalos, tantos que no puede ver el suelo, alumbrando el camino hay velas y no es hasta ese momento en el que se percata del aroma, fresa, su favorito.
Ella observa cada detalle hasta finalmente ver al final del pasillo recientemente elaborado, Marco. Él se encuentra al final con una sonrisa y un ramo de rosas rojas en sus manos, tras él, Leah puede observar una mesa perfectamente servida, una que hasta un total perfeccionista adoraría.
Ella camina a través del pasillo mirando a Marco directamente a los ojos, con una sonrisa y las mejillas coloradas.
-Nunca te imaginé como todo un romántico –le dice al llegar. Marco suelta una risa y también se sonroja.
-Yo tampoco –confiesa, ambos dan una risa nerviosa. Miran a sus pies apenados.
-¿Son esas para mí?-, pregunta. A ella cree que no debería de preguntarlo por la obviedad del asunto, pero necesita que alguien diga algo y eso fue lo primero que pudo pensar.
-¡Sí! –Dice rápidamente tendiéndoselas. Ella las toma y las observa por unos segundos, sonríe más
-Gracias –dice sonriente, antes de que él le conteste ella se acerca, toma su cuello y deposita un pequeño beso en sus labios. Ese gesto ayuda a Marco a disminuir su nerviosismo, le sonríe con agradecimiento.
-¿Nos sentamos a comer?-, pregunta haciéndose a un lado para que Leah pueda pasar. Ella asiente y se acerca a su asiento, Marco la ayuda con la silla y luego se va a sentar, no sin antes verter un poco de vino en sus copas.
-Me encanta lo que hiciste con el lugar –dice con los ojos brillosos y una amplia sonrisa.
-Me alegra escucharlo –le contesta, ocultando su entusiasmo. Leah se muerde la lengua para no preguntarle si lo ha hecho todo él solo, ella sabe que eso sería grosero, él solo o no, se tomó la molestia de planearlo todo.
Marco sonríe de lado y se sonroja. Eso era lo mejor que le pudo haber dicho, ella no sabía el efecto que tuvo en él.
En cuanto se marchó de su oficina, fue a comprar rosar para ella y fue ese momento en el que se le ocurrió todo. Al comprar las docenas de docenas de rosas, fue a tantos lugares en tan poco tiempo para poder preparar todo y tenerlo listo antes de que ella llegara.
Al principio ninguno podía hablar de tantos nervios que tenían, pero luego de unos minutos lograron calmarse y tener una conversación tan casual como siempre.
-¿Te ha gustado la comida?-, pregunta Marco cuando ella da su último bocado.
-Estuvo delicioso-, y eso era decir poco. A ella le había encantado y estaba más que agradecida con Marco porque le había preparado su comida favorida, Pasta Alfredo. Esta vez estaba segura que había sido Marco porque él ya la ha preparado antes y de todas las que ha probado, la de él es su favorita y se lo ha hecho saber.
-Perfecto –le dice con una sonrisa-. ¿Lista para el postre?-, ella abre los ojos sorprendida, luego sonríe y asiente. Él ríe y le dice que ya vuelve.
Pasan un par de minutos y Marco entra nuevamente llamando la atención de Leah, sus ojos están a punto de salir de órbita y su boca se le hace agua. ¡HELADO!, exclama en su mente. Intenta disimular su emoción pero es un intento fallido, Marco ríe al verla casi saltar de su asiento.
Coloca ambas copas de helado en la mesa y antes de sentarse se atreve a darle un beso en la sien a Leah, eso la toma por sorpresa pero antes de que él se vaya, toma su mano, se para y le da un beso en los labios. Marco no tarda en reaccionar y la atrae más contra su cuerpo y le devuelve el beso con más pasión.
Cuando se apartan ambos se sonríen, se dan otro pequeño beso y se sientan en sus respectivos lugares para poder comerse su delicioso helado.
Tras la romántica cena se dirigieron al salón principal para ver una película, Marco se fue antes a subir las palancas de la luz. Leah estaba muy feliz, haber aclarado su situación con Marco la relajaba tanto que no tardó en quedarse dormida durante la película.
Cuando despertó ya estaba en la cama y a su lado se encontraba Marco con sus ojos cerrados y su respiración era muy suave. Ella sonríe y lo observa por algunos minutos, muerde su labio cuando cae en la cuenta de lo hermoso que es.
Tanto tiempo viéndolo solo como un amigo, tanto tiempo que tuvo que resistirse de ver libremente cada una de sus facciones.
-Dios, sabía que eras guapo pero eres perfecto –murmura sin quitarle la mirada de encima. En ese momento aparece una sonrisa pretenciosa en el rostro de Marco.
Leah entreabre la boca y entrecierra sus ojos, lo observa con reproche cuando el abre un ojo para espiar y al verla suelta una carcajada. Ella lo empuja suavemente en el pecho.
-Eres un tonto –le dice entre risas. Marco toma su mano y la besa-, se suponía que dormías.
-Acabo de traerte... ¿No te pudiste despertar hace un par de minutos?, hubiera facilitado la subida, no debí darte tanta comida –le dice con burla y ella lo empuja de nuevo.
-Si querías que me despertara lo hubieras hecho –le dice fingiendo molestia.
-Lo tendré en cuenta la próxima vez –continúa. Ella abre más la boca.
-Con esa actitud no habrá próxima vez –le dice en broma, pero buscando ganar el argumento.
-Tú pierdes –dice haciendo un levantamiento de hombros –te perderás esta perfección –dice elvando una ceja y se señala a sí mísmo con su mano. Ella cierra la boca sin más que decir, acababa de perder, Marco acababa de dejarla callada.
Él ríe y se posiciona sobre ella, ella no sonríe. Marco comienza depositando un beso en su frente, luego en su mejilla, en la otra, en su nariz y luego le da múltiples besos rápidamente por todo el rostro, ella comienza a reír y él se detiene; ambos se observan directamente a los ojos y luego Marco se acerca para besarla en los labios.
-Tú también eres perfecta –le dice al romper el beso. Ella ríe.
-¿También?
-¿Qué esperabas? No voy a negar que sea perfecto.
¿De acuerdo o en desacuerdo? 😂
¿Qué les parece un Marco romántico? 😍
Pero no podía faltar Marco fastidioso 😈
¿Cuánto creen que les dure la felicidad y armonía? 😨
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Bound To You - Part One
FanfictionLeah Jacobitz, una chica rubia de Múnich que toma la oportunidad perfecta para huir de su pasado. Tras mudarse a Dortmund y conseguir un nuevo trabajo, comienza a experimentar una vida refrescantemente nueva que le permite dejar su pasado en Múnich...