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Leah se encontraba en su habitación de hotel, envuelta en una manta y cerrando sus ojos con fuerza intentando reprimir su llanto. Luego de la discusión su furia disminuyó pero no podía evitar repetir la misma discusión una y otra vez dentro de su cabeza.

Escucha que alguien toca su puerta y se asusta, no quiere hablar con Marco, tiene miedo a lo que pueda suceder entre ellos. Escucha que vuelven a tocar la puerta y ella se niega rotundamente a hacerle saber que está allí dentro, piensa que si cree que no está en su habitación se irá y la dejará en paz.

-Leah, abre la puerta –escucha hablar, saca su cabeza de entre las sábanas y debate entre abrir o no –Leah, soy Robert –ella ya sabía eso-. Abre la puerta, por favor.

Ella muerde su labio y se pone de pie, camina hacia la puerta y se detiene allí. Por un momento cree que él se ha ido pero le da un susto cuando vuelve a golpear la puerta. Del susto no controla el sonido de los pasos que dio hacia atrás.

-Leah, acabo de escucharte. Abre la puerta –la descubre. Ella se acerca a la mirilla de la puerta para ver si está solo y al comprobarlo le abre la puerta lentamente haciéndose a un lado.

Robert camina cautelosamente y una vez dentro Leah cierra la puerta. Robert la observa de pies a cabeza, envuelta en su manta y cruzada de brazos.

-¿Qué necesitas? –Pregunta débilmente. Robert la observa por un par de minutos sin decir nada, Leah solo intenta contenerse.

-No luces bien –dice finalmente. Leah bufa y se adentra más a la habitación.

-No me siento bien –contesta.

-Nunca los había visto discutir de esa forma –comenta Robert con preocupación.

-Nunca lo habíamos hecho –dice recostándose en una mesa-. Sí hemos discutido antes, cuando éramos amigos, hasta hemos dejado de hablarnos pero esta vez se siente diferente –responde triste.

-Tal vez porque son diferentes –Leah junta sus cejas con confusión.

-¿A qué te refieres? –Robert camina hacia ella mientras habla.

-No es solo una amistad, Leah. Ustedes han cambiado, el amor que sientes por él es diferente ahora.

-Lo sé, pero... -no termina su frase, se siente nerviosa y triste, muerde su labio y baja la cabeza.

-¿En serio estás pensando en romper con él? –Pregunta Robert cruzado de brazos.

-No lo sé –duda-, probablemente. Tal vez no funcionamos como pareja.

-No te precipites, esta ha sido su primera pelea, será una de muchas...

-No quiero más peleas –lo interrumpe-, me importa demasiado como para que sigamos haciéndonos daño –se aleja de él.

-Solo escúchate. ¿No quieres romper con él porque ya no quieras estar con él, lo quieres hacer porque lo amas demasiado? –Le pregunta con indignación.

-Es mi amigo, es demasiado importante para mí.

-Tal vez tienes miedo –habla con tono molesto.

-Claro que tengo miedo –responde a la defensiva-. No quiero perderlo. Y estar juntos nos está haciendo daño.

-Te harás daño a ti misma –le advierte.

-Yo estaré bien...

-¿Estás segura? ¿Te sentirás bien cuando lo veas caminando con otra chica? ¿Te sentirás bien al saber que pudiste haber sido feliz pero te acobardaste? –Le pregunta rápidamente muy alterado.

-¿Estás aquí para ayudarme o para insultarme? –Contesta con el mismo tono recio que Robert.

-Solo quiero que abras los ojos y dejes de huir. No es cualquier persona de quién hablamos, es Marco. ¿No quieres perderlo? Entonces, lucha por él –le da un leve empujón con su dedo índice para darle más énfasis a sus palabras.

Leah lo observa en un principio con desafío pero su fachada se va descomponiendo poco a poco hasta que siente lágrimas pasar por su rostro, estira sus brazos y rodea la cintura de Robert, mientras presiona su rostro contra su pecho.

Robert al principio se sorprende pero no tarda en cubrirla con sus brazos y dejar que se desahogue. Coloca su mentón sobre la coronilla de su cabeza y con una de sus manos soba su pelo intentando calmarla.

-Marco es un idiota –habla contra su pecho, Robert suelta una risa.

-Lo es –le confirma.

-¿Entonces por qué lo ayudas? –Dice separándose de su pecho.

-No quiero que dos de mis amigos sean eternamente infelices solo por una pelea. Además aposté a que durarían más de una año –ella lo empuja molesta y coloca sus manos en sus caderas.

-¡Oye!

-Solo bromeo –dice entre risas-, nadie quiso apostar conmigo –Leah toma una almohada y lo golpea fuertemente pero Robert todavía logró colocar su brazo para cubrirse-. Era una broma, tranquila. ¡Baja esa almohada! –dice aún en posición de defensa. Ella lo observa con desconfianza pero baja la almohada lentamente.

-Eres un tonto –dice tirando la almohada de vuelta a la cama.

-Solo quería distraerte –dice antes de correr y tirarse a la cama para tomar una almohada y devolverle el golpe.

-¡Oye! –grita nuevamente, agarra una de las almohadas e intenta defenderse de entre tantos almohadazos que da Robert.

Los almohadazos eran bastante parejos, se empujaban uno contra otro y reían como niños. Al final Robert había logrado su cometido, hacerla sonreír de nuevo.

N/A: Al fin un nuevo capítulo y algo pequeño, pero hago lo posible por actualizar. Espero les guste el capítulo aunque no salga Marco, pero Robert es un gran amigo para Leah... ¿Recuerdan aquel besito que le dio? Robert, no. Hahaha... lo siento tenía que decirlo. Pero puede que Leah aún lo recuerde, ¿creen que en un futuro habrá problema con ello o solo quedará en el pasado? 

¿Les gusta Lewy con Leah? Recuerdo que no les gustaba Mario con Leah...

  No se vayan a enojar con Robert, él está abogando por Marco.   

Bound To You - Part OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora