Capítulo 25: La última palabra

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Me encontraba sentado en una roca cuando percibí la explosión. Incluso antes de verlo supe lo que había pasado. La Academia Oscura de Elementarial había explotado en mil pedazos, dejando un enorme cráter humeante donde antes se encontraba la hermosa edificación de dos partes pintada con colores vivos. Lo único que quedaba de Elementarial era la gran puerta por donde habíamos entrado, que se alzaba solitaria entre un montón de ruinas. Cualquier esperanza de que Alba, Pauline, Michael, Fer y Vincent hubieran sobrevivido se desvaneció en cuanto me reuní con Albert y con otros magos poderosos que informaron de que no había quedado nadie con vida. Aun así no podía creer que mis amigos hubieran muerto... Cuando de repente Tempeste apareció en la sala con dos esposas antimagia en las manos. Ya empezaba a preguntarme quién lo había traído cuando Albert dijo:

- Di lo que me has contado antes.

- E-está b-bien. C-como c-caso de emergencia, E-Elementarial tiene u-unos pasadizos secretos, p-pero podrían derrumbarse e-en c-cualquier momento. S-si queréis r-rescatar a vuestros a-amigos debéis daros p-prisa.

Todos se pusieron manos a la obra, pero yo seguía preguntándome: ¿Cómo había explotado Elementarial?

40 minutos antes...

Alba se quedó bastante sorprendida cuando Michael apareció y pronunció las palabras sagradas liberando a todos los que había en esta sala. Más sorprendida aún se quedó cuando Nomus se levantó y se puso completamente serio. Nunca había visto a su director de esa manera, él siempre era afable. Entonces el viejecito pronunció tres extrañas palabras y la puerta se cerró, atrapando a las cinco personas en esa sala. Alba sacó inmediatamente su atrapasueños, mientras Pauline cogía una espada del suelo y Michael elegía que cartas debía usar. Sin embargo, Éteh rio y dijo:

- Patético, patético. No sé quién crees que soy, Nomus, pero te digo ya que no voy a caer en tus trucos baratos.

Entonces el atrapasueños voló de la mano de Alba, y lo mismo hizo la espada de Pauline y las cartas de Michael. Entonces Alba se dio cuenta de que el único que podía moverse o hablar era Nomus. Éteh se quedó con la boca entreabierta, ya que claramente esperaba aprisionar a todos de nuevo, pero el director de Elementarial no había contado con una cosa. El poder de Nomus. Rápidamente, el viejecito pronunció dos palabras y los pilares explotaron. Éteh manipuló el éter que había en el aire para parar la caída del techo, cosa que Nomus aprovechó para lanzar al mago elemental por los aires. Entonces el malvado director lanzó las rocas volando hacia la llanura, pero Nomus las desvió con dos palabras hacia lo que quedaba de la torre Fuego, Viento y Metal, acabando de destruir esa parte de Elementarial. Entonces Éteh contraatacó lanzando un poderoso chorro de éter que comenzó a causar estragos en Nomus. Rápidamente el anciano profesor pronunció una frase más larga de lo normal y convirtió el éter del mago oscuro en energía pura. Nomus dibujó unas palabras en el aire y las lanzó hacia su enemigo, de manera que este tuvo que usar mucha energía para pararlas y se desconcentró un momento, momento que aprovechó Nomus para aprisionar con tres palabras a su antítesis, elevándole por encima del trono. Entonces Éteh rio y dijo:

- Parece que no has perdido tus facultades, viejo amigo, pero tu punto débil sigue siendo el mismo: tus amigos.

Nada más acabó la frase Alba comenzó a sentir un dolor indescriptible por todo el cuerpo. Se retorció de dolor y vio que a Pauline y a Michael les estaba pasando lo mismo. La asesina de la lengua cayó al suelo gimiendo y retorciéndose y Nomus soltó una maldición en sentido literal. Éteh comenzó a gritar de dolor a la vez que reía, y el director de Elementarial dijo:

- Si yo muero, ellos también lo hacen.

Entonces Alba comenzó a perder el conocimiento. En cuanto Nomus vio esto, soltó a Éteh y el dolor cesó. Entonces el mago oscuro lanzó volando al director de la Academia por los aires y lo estrelló contra la pared. Pero en cuanto se acercó Nomus desapareció y en ese momento Alba se dio cuenta de que todo el rato se trataba de un holograma. La puerta se abrió y el verdadero Nomus apareció, dejando a todos boquiabiertos. Entonces el viejo profesor se dirigió a su ex amigo y le dijo:

- Fuiste mi amigo una vez, pero no te puedo perdonar lo que has hecho. Has atacado a mi Academia, has hecho sufrir a mis discípulos y has conspirado para dominar el mundo. Tu mandato de terror ha llegado a su fin.

Entonces Nomus se acercó a Éteh y dijo una única palabra, una única palabra impregnada de sabiduría, tristeza y poder:

- Zeraphina.

Y entonces Éteh cayó muerto en su trono. Hubo un momento de silencio, y entonces el trono brilló y la sala entera comenzó a derrumbarse. Nomus se dirigió a sus pupilos y dijo:

- Elementarial está a punto de explotar. Tenemos que salir de aquí. Seguidme.

Y entonces los cuatro se pusieron a correr, esquivando magos de la Academia y oscuros a la vez, hasta que llegaron a un callejón sin salida. Entonces Nomus tocó un ladrillo y la pared se abrió revelando un pasadizo secreto. Y el mundo entero explotó...

Actualmente...

No sé muy bien que esperaba cuando los magos que había en la llanura abrieron la entrada en el pasadizo secreto, pero desde luego no me esperaba ver a Nomus, Alba, Pauline y Michael, con sus ropas quemadas y heridas por todos lados saliendo de ese estrecho túnel. Tuve un momento de felicidad, pero en seguida me alarmé. ¿Dónde estaban Vincent, Fer y los demás magos de la Academia? Mi respuesta fue concedida cuando vi a un enorme grupo liderado por los Dragon Slayer aparecer en la llanura. No dudé ni un segundo y me puse a abrazar a todo el mundo, Nomus incluido. Algunos se quejaron, otros me devolvieron el abrazo y otros me ignoraron, pero yo seguí abrazando. Todo el mundo estaba bien...

Sonia miró boquiabierta a Marcus. Su novio tenía un libro de magia arcaica en una mano y en la otra llevaba un pincel con pintura negra. Marcus le miró con la boca abierta y dijo:

- Por favor, no me mires de esa manera.

- ¿Y cómo quieres que te mire? ¿Qué porras estás haciendo, Marcus? Repuso la chica un poco enfadada.

- Te lo puedo explicar. Marcus parecía nervioso.

- ¿Ah, sí? Pues va, hazlo.

- Está bien -Marcus suspiró-. Voy a conquistar el mundo.


Ammulets Parte I: TomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora