Capítulo 27: Un año después

26 3 0
                                    

Me desperté como siempre en mitad de la noche. Las pesadillas se habían vuelto algo regular para mí desde el día de la invasión. Con desgana, salí de la cama, y fui al baño para despejarme la cara y lavarme los dientes. Ya más despierto, me vestí rápidamente y salí a la sala común. Hice una mueca al ver que donde hacía un año estaban los estandartes de Ammulets y de la Academia, ahora se encontraban los del Key Impery. Hice una mueca aún más fuerte al ver a los asquerosos soldados entrar y llevarse a Vincent y a Alba de donde estaban sentados. Gruñí al ver como no quedaba nadie en la sala común y me senté con desgana. El mundo había cambiado tanto...

1 año antes...

Todos nos quedamos con los ojos abiertos al ver los inmensos zeppelines volar con el símbolo de Marcus. Aun así reaccionamos a tiempo para prepararnos antes de que el gran ejército enemigo entrara por la puerta principal. Entonces nos reunimos todos en el hall y asombrados vimos como una chica deslumbrante de pelo dorado y ojos color miel sacaba un papel. Nomus se puso al centro de los magos y gritó:

- ¿Quién está al mando de este ejército? Necesito explicaciones ahora.

La chica rubia sonrió de una manera que no me gustó y dijo:

- Me llamo Martha y yo estoy al frente de este ejército. Aun así, vengo de parte de mi jefe, Marcus Chai -al decir esto todos nosotros abrimos mucho los ojos. La chica miró el papel y dijo- Os traigo un mensaje de su parte.

- Adelante. Nomus no estaba para nada sorprendido por lo que esa tal Martha había dicho.

- "Queridos estudiantes de la Academia, queridos magos del consejo y querido director Antiqus; os escribo esta carta para pediros que no os alarméis. Lo único que quiero es tomar el mando de la Academia para así preservar la paz en todo el mundo. La verdad es que hay otra razón. Pienso destruir a los mortales para que así los magos tomen el control del mundo. Debéis darle vuestra respuesta a la General Martha (es decir, a mí-añadió la joven). Si no os rendís pacíficamente, me temo que deberé tomar esta escuela por la fuerza, pero creedme cuando digo que no es mi intención. Espero que apeléis a la razón y os unáis a mí.

Atentamente, el futuro emperador Marcus Chai"

Cuando Martha acabó de leer la carta, se hizo un silencio enorme en la sala. Nadie abrió la boca hasta que Vincent dio un paso al frente y dirigiéndose a Martha dijo:

- ¡Nos traiciona, nos dice que piensa destruir a los mortales y dominar el mundo, y ¿aún pretende que lo ayudemos?! ¡Yo digo que aplastemos a su ejército como hicimos con los Cazadores de Magos y con Elementarial! ¡¿Quién está conmigo?!

Todos los magos de la Academia gritaron a la vez. Solo yo permanecí callado, intuyendo que no iba a ser tan fácil. Entonces Martha fulminó con la mirada a Vincent y dijo:

- Rendíos o seréis encarcelados en este edificio para siempre.

Yo me hubiera quedado callado, pero Vincent no tuvo otra faena que gritar incrédulamente:

- ¿Eso era una amenaza? ¡Pues prepárate para ser destruida!

Entonces cogió aire y lanzó la llamarada de fuego más caliente y grande que le había visto nunca. Las llamas atravesaron por completo a Martha, y todos los magos de la Academia vitorearon a Vincent, pero entonces el fuego cesó y lo que había dejó a todo el mundo boquiabierto. Martha estaba de pie, sin un rasguño ni una quemadura y con la ropa y el pelo totalmente intacto. Entonces rio y dijo:

- Ya habéis dado vuestra respuesta. Ahora ha llegado el momento de que seáis aprisionados aquí mismo.

Entonces hizo un gesto a los soldados de detrás, quienes se pusieron unas máscaras anti-gas y comenzaron a gasearnos. Lo último que recuerdo de la libertad es a Martha mirándonos con cara compasiva y negando con la cabeza...

Actualmente...

Después de ser gaseados nos despertamos en nuestras camas, sin los amuletos y con una vacuna antimagia que debía ser renovada cada día. Permaneceríamos atrapados en nuestras habitaciones, saliendo únicamente para renovar la vacuna, sin amuletos y rodeados de guardias hasta que cambiáramos nuestra respuesta. Cada día, Martha reunía a los líderes de cada grupo y a los altos cargos y repetía la misma pregunta. Poco a poco, todos fueron desistiendo... Todos excepto Vincent y Nomus, y si uno decía que no la respuesta era que no...

En ese momento apareció un guardia. Me esperaba que dijera lo mismo: No te resistas, vamos a ponerte la vacuna, etcétera, etcétera; sin embargo, en esta ocasión dijo algo diferente:

- La General Martha solicita una audiencia con usted. ¿Acepta?

Me quedé boquiabierto ante la solicitud. Se podían solicitar audiencias con la General Martha, pero ella nunca había aceptado ni solicitado ninguna. Tenía curiosidad por saber de qué temas quería hablar la mujer que había hecho caer la Academia de Magia, así que no dudé en aceptar la solicitud. Martha entró inmediatamente seguida de sus dos guardias personales que se pusieron a su lado. Lo primero que hice cuando se sentó fue preguntar:

- ¿Qué está haciendo usted aquí?

Ella me miró un poco sorprendida por mis palabras, pero su tono de voz era neutro:

- Tengo entendido que usted era compañero de equipo del emperador, Marcus Chai.

- Sí, usted está en lo correcto.

- Entonces necesito su ayuda. Inmediatamente.

Su cambio de tono me sobresaltó. Había pasado de ser completamente neutro a ser impaciente y solicitante. Un poco asustado respondí:

- Si, le ayudaré.

- Bien. Entonces acompáñeme. Nos vamos al Open Castle.

La chica había vivido toda su vida en el Open Castle. Toda su vida sirviendo a su emperador. Espera, si solo hacía un año que lo conocía, ¿cómo es posible que estuviera sirviéndolo antes? Daba igual, sus recuerdos no mentían. Aquel día la General Martha había ido a la Academia junto a la General Cloudy. La General Ev, la General Angel y la General Clara estaban en el Castillo, mientras que a la General Rachel le había tocado vigilancia exterior. Ellas 6 podían salir, a diferencia de las 3 consejeras. Las 3 consejeras siempre estaban en el Castillo. Las 3 consejeras vivían para servir a su señor. Las 3 consejeras no tenían nombre... ¿o sí? La chica lo había olvidado. Había olvidado su nombre... ¡Oh, por supuesto! El nombre de la chica era Laya Sun.


Ammulets Parte I: TomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora