Capítulo 28: Un extraño encuentro

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Corrí un poco más. Martha era muy rápida cuando caminaba, tanto que tenía que esforzarme al máximo para seguir su ritmo, incluso en los estrechos pasillos del Open Castle, la base general de Key Impery. Al igual que la mayoría de edificaciones de Eioria tenía pasillos estrechos y salas muy grandes. El castillo se hallaba en lo alto de una de las montañas más grandes, y además tenía torres defensoras en toda la falda. Se trataba de una fortaleza casi inexpugnable de manera que todos los intentos de conquistarla habían fracasado estrepitosamente. Mientras pensaba en que querría Marcus ya habíamos recorrido casi todo el castillo. Martha dio un último paso más grande de lo normal y abrió un gran portón de aspecto medieval que tenía el símbolo del Key Impery de manera estilizada. Cuando entramos, quedé completamente sorprendido. La sala del trono era la habitación más gigantesca y monumental que había visto nunca. Había como cincuenta metros hasta donde estaba el trono, y gigantescos y decorados pilares sujetaban el enorme techo ornamentado de los colores más variopintos. El trono era mucho más grande de lo que necesitaba el emperador, y estaba hecho completamente de oro macizo. No había nadie sentado en él, cosa que me sorprendió a mí un poco y mucho a Martha. La rubia miró directamente a una chica bajita y de pelo negro que iba vestida de uniforme y gritó enfadada:

- ¿¡Dónde está nuestro emperador!?

La chica bajita le miró con desprecio y dijo:

- Primero: a mí no me hablas así. Segundo: Nuestro emperador ha solicitado salir y ha sido acompañado por la General Cloudy.

- ¿Cloudy? ¿Esa inepta? ¡Pero si ella estaba conmigo en la Academia! ¡Será capaz!

Entonces otra chica con el pelo casi blanco y una cara y voz angelical dijo:

- Martha, estate tranquila. Cloudy fue elegida al igual que nosotras por sus poderes y es completamente capaz de proteger al emperador esté donde esté.

- Angel, tu inocencia me resulta hasta graciosa. Cloudy fue elegida solo porque estaba más que dispuesta a tener sexo con el emperador. ¿Lo entiendes?

Todas las generales se callaron inmediatamente. La del pelo blanco era Angel, y la bajita no podía ser otra que Ev, la más poderosa y malvada de las 6 Generals, o 6 Divines como se las llamaba burlonamente. Así pues, la otra general, bajita, morena y callada debía ser o Rachel o Clara. En el momento en el que pensaba cuál de las dos podía ser Martha se dirigió a mí y me dijo:

- Está bien. Te quedarás aquí hasta que nuestro emperador vuelva. Tendrás una habitación para ti solo, y estarás vigilado todo el rato. ¿Te ha quedado claro?

Asentí y comencé a tramar un plan para destruir el Key Impery.

Vincent se introdujo la aguja en el brazo derecho. Quedaba poco para que los guardias vinieran a buscarles para ponerles la vacuna, y el plan para recuperar la Academia debía realizarse ese mismo día. Durante un año entero todos los magos habían trabajado duro para encontrar jeringuillas usadas e ingredientes para realizar una complicada poción que anulaba la vacuna antimagia. Además se había documentado los cambios de guardia, y aunque normalmente era imposible hacer lo que se pretendían, ese día era especial, porque Martha se había marchado dejando al mando a un inexperto Almirante que nunca había tenido otra faena que hacer guardia y aburrirse, de manera que los cambios de turno y todo lo relacionado estaban hechos un lío. Ese era el día en que los magos de la Academia recuperarían su casa. Dos semanas antes habían reemplazado los amuletos por simples ilusiones, y ahora podrían pelear con todas sus fuerzas. La puerta de la habitación se abrió y en vez de los dos guardias ocasionales solo uno apareció. Cuando fue a coger a Alba esta hizo un movimiento extraño y le golpeó en la nuca con el mango de un cuchillo. Por desgracia, un grupo de guardias de fuera lo vio y fueron corriendo a gasear la sala. Vincent salió fuera y Alba realizó un hechizo con su atrapasueños que les quitó a todos sus máscaras de gas al mismo tiempo en el que activaban el gaseador. Vincent sonrió.

Sonia se encontraba en un bar de la ciudad de Keran cuando él entró. Aquel mismo día había sido citada por la persona a la que más odiaba en este mundo, y estaba tomándose un café cuando que estaba esperando entró. Parecía como si el tiempo llevara un año detenido para él. Su pelo, su cara... Todo era exactamente igual que la última vez que lo había visto. Cuando habló, lo hizo con la misma voz de siempre, aunque quizás con un toque de diversión:

- Hola, mi emperatriz.

Marcus Chai era quién había hablado. Sonia no estaba para nada sorprendida por sus palabras, ya que lo único que podía decir tras ser el causante del peor año de la historia era un simple hola. Quizás un lo siento hubiera estado bien, pero no pudo ser. Marcus venía acompañado de una mujer vestida de uniforme que tenía el pelo castaño, corto por un lado y largo y sedoso por el otro. Sonia la ignoró y dijo:

- Vamos a andarnos sin rodeos y sin adulaciones: ¿Qué quieres exactamente de mí?

- Solo venía a repetirte la proposición que te hice hace un año...

- No me interesa, te lo -Sonia había hablado cuando parecía que Marcus había acabado la frase, pero en realidad había sido ella quién le había interrumpido a él.

- ...y a darte un regalo

La maga de los candados se quedó asombrada ante esa petición y estuvo un largo instante pensando. Finalmente dijo con un hilillo de voz:

- El único regalo que quiero es que me devuelvas este año perdido.

- Eso es algo que está fuera de mi alcance, pero sin embargo lo que te voy a dar es algo que te será de mucha utilidad en algún momento del futuro. Guárdalo bien.

Entonces Sonia extendió inconscientemente la mano y Marcus dejó caer un objeto algo pesado. Entonces la maga de los candados miró que era y se sorprendió de sobremanera al ver que era una antigua y oxidada llave de color rojo. La maga de los candados abrió mucho los ojos, pero cuando alzó la vista para preguntar que era exactamente se dio cuenta de que tanto Marcus como la mujer uniformada se habían marchado ya.

Alba abrió las grandes puertas de la Academia y respiró aire fresco. El plan de escape había funcionado a la perfección y no habían sufrido bajas. Una avanzadilla había viajado al Open Castle donde Tom les esperaba con las puertas abiertas. Albert, Pauline y Fer ya se encontraban allí, mientras que ella, Vincent y Michael se estaban asegurando de dejar la importante batalla que se avecinaba bien preparada. Nomus había sido encontrado en un sueño mágico y algunos sabios estaban intentando despertarlo. Así pues Alba respiró otra vez. La victoria sería suya.

Ammulets Parte I: TomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora