Doblemente Problemáticos

Prólogo

Querida Megan:

Esta mañana desperté y no te tenía a mi lado. Sentí un gran nudo en mi garganta, aunque una parte de mí sabe que era mi corazón queriendo salirse de mi cuerpo. ¿Por qué siento esa necesidad de estar a tu lado todo el tiempo? No puedo dormir, no puedo comer, ni siquiera respirar si no te tengo a mi lado. ¿Qué es esto que siento? Es como si me estuviera volviendo loco. Tengo miedo de amarte tanto y asfixiarte pero sé muy bien que jamás te lastimaría intencionalmente. ¿Se puede estar enamorado hasta la locura?

Esta mañana no estabas y sentí que me moría, ahora sé que no puedo estar ni un sólo momento sin tenerte a mi lado. Por lo tanto, quiero que sepas...

Que cada vez que veo tus ojos, me siento vivo y en paz.

Que cada vez que beso tus labios, lo único real eres tú.

Que cada vez que te toco, tengo miedo de romperte porque te siento eres más frágil que el cristal.

No me lo perdonaría nunca si te llegara a lastimar porque te convertiste en mi oxígeno desde el primer momento en el que te vi. Poco a poco te fuiste metiendo bajo mi piel y sé que no voy a poder sacarte de mi cabeza nunca más.

Megan, te amo tanto que duele. Duele pero se siente tan bien besarte, acariciarte, pensarte... Tenerte.

¿Sabías que antes de conocerte creía que el amor existía en las películas que ve mi mamá? Creía que eran historias imposibles que terminaban con finales profundamente felices. Ahora sé que todo eso es posible. Ahora sé que puedo tener un final asquerosamente feliz porque te tengo a mi lado. Sí, es apresurado porque ni siquiera llegamos al año. En realidad, llevamos saliendo cinco meses y tres días, con cuatro horas y treinta minutos. No sé los segundos porque no estoy tan loco.

¿Sabías que cuento los días que estoy lejos tuyo porque sé que cada encuentro es memorable? Le diste sentido a mi vida gris y ni siquiera te diste cuenta que haces que mi corazón se derrita con sólo mirarte.

Sé perfectamente que somos dos adolescentes que están viviendo un amor terrenal y juvenil. ¿Y qué...? ¡Estoy loco por ti y quiero que todo el mundo lo sepa! No quiero asustarte pero ya estoy imaginando una vida entera a tu lado. Con entera me refiero a hijos, casamientos, hogar, música... Hacernos ancianos juntos.

Cada latido de mi corazón te pertenece. En cada suspiro estoy anhelando tus labios. Espero que sientas lo mismo porque me moriría si este amor no es correspondido.

Mis amigos dicen que estoy al borde del abismo pero yo siento que estoy en el umbral del paraíso. Puedo ver la luz a través de tus ojos, por favor, no me cierres nunca esa puerta al cielo divino.

Prometo amarte para siempre. Prometo llevarte en mi corazón el resto de mi vida. Prometo luchar por tu amor todos los días y hacer hasta lo imposible por hacerte sonreír.

Te amo, Megan. Por siempre y para siempre.

Con todo mi amor y alma, Alexander W. Jones.