Capítulo 10

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— ¿De qué quieres hablarme? —pregunta luego de ver salir a Diana con nuestros hijos.

— ¿Por qué les dijiste lo de anotarlos en esas clases?

Abre sus ojos y la sonrisa que tenía en su rostro, se borra.

— Porque eso era lo que ellos querían —contesta serio.

— Sí, yo quiero un pony rosa pero no se puede tener todo, además no me lo comentaste primero.

Levanta una de sus cejas.

— ¿Megan? ¿Estás celosa de tus hijos? —pregunta.

Me siento en el sillón que hay frente al escritorio y me cruzo de brazos.

— ¡Claro que no! —protesto.

Él sonríe.

— Lo estás —sentencia.

Lo fulmino con la mirada. Él suelta una carcajada.

— De acuerdo, no lo estás —deja de sonreír, aunque en sus ojos todavía hay diversión—. ¿Cuál es el problema de anotarlo en esas clases? Sí, no te avisé pero ellos son felices.

— Ya lo sé pero... Es mucho dinero y tiempo. No puedo llevarlos porque trabajo y se me es

imposible pagar alguna inscripción.

Él pone los ojos en blanco al escucharme.

— Me voy a hacer cargo. Pagaré la inscripción, los llevaré y si no podemos ninguno de los dos, lo llevará mi madre o incluso mi padre —comenta como si tal cosa fuera normal.

— No. Esto es incorrecto. No quiero que utilices tu dinero. Además, no quiero que los niños

sean una carga para ti o para tus padres. Diana apenas los conoce.

— ¡Megan, por favor...! Quiero hacerlo, esos niños me dan tanta alegría... —dice con un

brillo en sus ojos.

— De acuerdo.

Sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, algo en mí comienza a florecer. "¡Lo amas!". Cierra la boca. "Lo amas".

— Ellos están muy contentos con esta idea —me sonríe.

— No es muy buena que digamos, Alex. Hubiera sido buena... Si me avisabas antes – protesto. Suelta una carcajada, lo miro con el ceño fruncido.

— Vamos, Megan. No te quejes —dice rodeándome los hombres con sus fornidos brazos.

¿Qué rayos...? ¿Me está abrazando? ¡Alex me esta abrazando! "¡Wow".

— Lo siento —dice soltándome.

"Te apuesto todo lo que quieras a que tú querías que ese abrazo fuera interminable".

¡Cierra la boca! "¡Ja! Te descubrí, pequeña Megan".

— Descuida.

Rasca su nuca nervioso.

— Sé que quieres hablar sobre lo que pasó antes... Sobre bueno... Eso... —suspira. Está

tratando de decir algo. Lo miro confundida—. Sobre el beso, Megan. Pero bueno... No sé lo que ocurre —contesta frustrado.

Verlo así me causa ternura. ¡Esperen! No. "¡Ja! Ya lo dijiste. Abre tu mente antes de

hablar, Meg". ¡Cierra el pico, loro charlatán! "Creo que tienes un serio problema a la hora

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora