¿Qué diablos ha sido ese encuentro? No sé lo que ocurre conmigo. "Yo puedo responderte querida Mega". ¿Qué? "Estás locamente enamorada de él y hasta tus propios sentidos se descontrolan cuando estás frente a Alex".
— ¿Qué te dijo Alex? —pregunta John cuando me encuentra en el descanso, sentada en mi escritorio—. Te tardaste mucho —termina añadiendo.
— Nada —contesto concentrada en mi trabajo.
Necesito terminar todo. Perdí mucho tiempo estos últimos días y ahora el trabajo está inundando mi escritorio. Hojas por todo mi sector, papeles tirados en el suelo y el teclado de mi ordenador, pidiendo a gritos, un respiro.
— Deja el trabajo un momento y contesta.
No volteo a mirarlo, no puedo perder ni un segundo más.
— Megan... —me llama.
— No puedo, John, tengo mucho por hacer y Gregorio va a matarme si no entrego todo esto para mañana —le informo.
John suspira y se va pero antes se acerca a mi oído para decirme algo.
— A la salida, voy a tu casa, así hablamos. Tengo que contarte algo.
¿Qué será lo que debe contarme? Espero que sea una buena noticia y no alguna de esas malas que sólo me amargan el día.
El resto del día se puede definir con una sola palabra: Agotador... Y todavía no termina porque debo quedarme a hacer horas extra debido a mis faltas y llegadas tarde. Todas están justificadas pero debo recuperar si quiero que mi sueldo llegue completo.
Todos comienzan a irse y yo sigo sentada, tecleando todo lo que Gregorio me ha enviando. Tengo que transcribir toda la lista de invitados, ya que las invitaciones ya han sido enviadas. Además tengo que terminar de encargar la decoración y la comida. Obviamente, los chicos ya lo hicieron pero a Gregorio se le ocurrió agregar un par de cosas nuevas al evento. Se llevará a cabo en dos días. De día en la estancia que reservamos, con día de campo y actividades al aire libre. El otro, será a la noche y al día siguiente, en el salón más grande que hay en Nueva York. También ha querido agregar una noche en un yate privado pero con John le advertimos que era demasiado festejar tres días. Así que a la fiesta en el salón la modificó por una de máscaras, cosa que nunca creí que fuera capaz de hacer. Gregorio no es de ese tipo de fiestas, a lo mejor fue idea de William, que cada año va a fiestas de sus amigos, donde el tema es máscaras de fantasía. Yo prefiero el día de campo, donde están invitados los menores de edad. Eso quiere decir que puedo llevar a mis hijos. Estoy pensando en no asistir a la fiesta de máscaras, fingir un malestar estomacal o una fiebre. Quizás un resfriado fuerte pero ellos ya nos advirtieron que los organizadores de las fiestas deben asistir sí o sí. Sin ninguna excusa. ¡Adiós plan de escape!
Mis pensamientos son interrumpidos por mi teléfono.
— ¿Hola? —atiendo pensando que es Tris, avisándome algo sobre los niños.
Como tengo que hacer horas extra, ella va a ir a buscarlos y ocuparse de ellos hasta que llegue.
— Hola hija —contestan del otro lado.
— ¿Mamá? ¿Qué haces llamándome a estas horas? —pregunto mientras coloco el celular entre mi oreja y mi hombro, para seguir con el trabajo.
— ¿No puedo llamar a mi hija?
Sonrío.
— Claro que puedes. Pero creí que ibas a llamarme más tarde. En fin. ¿Cómo te encuentras? —pregunto. Escucho un suspiro del otro lado.
— Qué puedo decirte, estoy luchando con tu padre. No quiere colocarse la insulina, está rebelde últimamente
Vuelvo a sonreír.
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Doblemente Problemáticos
Romance[COMPLETA Y SIN CORREGIR. Escrita en el 2012] Megan creía que se había alejado del pasado y que su nueva vida era perfecta pero a pesar de todos los cambios, los problemas siempre van atados a su espalda. Sobre todo si tiene a un par de gemelos que...