Capítulo 3

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— Adiós Megan... —escucho detrás de mí, casi como un susurro.

Definitivamente lo amo, lo odio, lo necesito. Pero no puedo ni debo. Él es mi pasado, un pasado del que no quiero volver a vivir. "¿Segura que es tu pasado? Te olvidas de Marie y Adam. ¿Ellos no importan?". ¿Otra vez molestando? Tienes razón. Alex no es mi pasado, es mi historia. Gracias a él tengo los niños más dulces y hermosos que jamás pude haber imaginado.

— ¿Qué te sucede? —me pregunta mi mejor amigo.

John se sienta a mi lado. Tiene su celular en mano, seguramente habla con una de sus muchas conquistas semanales. Yo sólo miro mi computadora, no quiero hablar del tema. Además, estoy comenzando a sentir todos los nervios que no sentí en la entrevista. Estoy despertando de aquella pesadilla. "O sueño..."

— Contesta Meg. ¿Acaso no somos amigos? —me pregunta.

Lo miro a los ojos. Él sabe que es por la entrevista pero no tiene idea de que aquel hombre era el padre de mis hijos. Todavía no puedo entender por qué no aparece el nombre del padre de Alex en el edificio. Sólo aparece el de Max Jason, fundador de Dreams, que murió hace dos meses. Si hubiera sabido que la familia Jones era dueña de esta editorial... No aceptaba trabajar aquí. ¡TRABAJAR PARA LOS JONES! Siento que voy a vomitar...

— ¿Megan? ¿Vamos? —John me salva de seguir torturando mi cabeza.

— Sí...

— En el camino me cuentas por qué estás en las nubes —me informa.

¿Nubes? Más que eso, estaba en el infierno, ardiendo en el fuego de la perdición. "Drama, drama, drama".

— De acuerdo —contesto no muy convencida.

Tomamos el ascensor, por suerte se encuentra vacío. ¡Ya he tenido suficiente por hoy! No quiero volver a hablar con Gregorio. No quiero escuchar a William. No quiero volver a discutir con Stacy sobre cuándo volveré a salir con un hombre y lo más importante, no quiero ni ver en a... Alex.

— ¿Van a planta baja? —pregunta.

¡Dios! Esa voz. ¡No! No quiero que vaya en el mismo ascensor. ¡Dile algo John!

— Sí, claro, señor Jones —responde mi querido amigo, lamiéndole las botas.

— Perfecto —contesta Alex.

¡Ay Dios! ¿Por qué no me ahorcan de una buena vez?

— Por cierto, soy John Denver. Ella es mi compañera, Megan Scott —nos presenta John.

¡Infeliz! Ya-Nos-Conocemos. ¿Entiendes o te lo explico con manzanas?

— Mucho gusto —contesta sin mirarnos.

¿Se cree alguien superior? ¡Claro! Es el jefe de jefes pero no por eso nos tiene que dar la espalda o en este caso... ¿El perfil?

Un silencio reina en el ascensor. Comienzo a morderme las uñas y mirar de reojo a Alex.

— ¿Quieres que compre la cena? —pregunta John, volteando a mirarme.

¿De qué está...? ¡Ay, olvidé que Tris y John irán a cenar hoy! ¡Era por eso que tenía un post-it pegado en la heladera la palabra "Lléname" en mayúsculas. ¡Tenía que ir a hacer las compras en el descanso pero el idiota de Gregorio me tuvo de un lado para el otro todo el día.

— Sí, por favor... Lo siento, olvidé hacer las compras. Tengo que ir por Marie y Adam. No compres comida con pimienta. ¡Ah...! Y trae el postre —contesto.

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora