Capítulo 25

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— ¿Qué quieres usar? —pregunta Tris.

Decidí que ella debía acompañarme ya que sabía toda la historia. Y ahora estamos en el centro comercial y ella intenta convencerme para que use un vestido.

— Su mano derecha me dejó bien en claro que debo ir con vestido de noche. Todos son muy hermosos pero debo decir que pierden la hermosura cuando veo las etiquetas. ¡No pueden ser tan costosos! —protesto, alejándome con horror de un vestido de noche verde.

Lo cierto es que yo no voy a pagar por ellos, sino Alex. En la mañana me envió una de sus tarjetas de crédito. Fue algo muy incómodo. James llegó a mi casa con la tarjeta y con un mensaje de Alex diciendo que me esperaba en la noche.

— ¡Pero Megan! Alex va a pagar por todo.

Niego con la cabeza.

— No quiero usar su dinero... No quiero nada de él.

Ella suelta un bufido.

— ¿Por qué?

— Porque me obliga a hacer esto. No quiero. ¿Sabes por todo lo que pasé cuando mi familia se enteró que mi jefe me había elegido como acompañante? ¡Les mentí! ¡Les mentí en la cara! No puedo soportarlo...

— Tranquila... Dámela a mí... —la miro desconcertada y ambas clavamos los ojos en la tarjeta de crédito negra que tengo en la mano—. Si yo tengo la tarjeta y si oculto el precio de las cosas, no va a ser tan molesto... Confía en mí.

Cierro los ojos y le entrego la tarjeta, dejando soltar un extenso suspiro.

Esto esta mal, muy mal. "¡Tris sabe lo que hace! Ahora... ¡A explotar la tarjeta de Alex!". ¿¡Qué!? "Ay, nada...".

— Tris... —le susurro para que no escuchen las personas que hay en ese local—. Esta ropa se ve muy costosa. ¿No crees que es mucho?

Ella niega con la cabeza y llama a una de las empleadas.

— Sí... Ella tiene un evento esta noche. Le especificaron que utilice vestido de noche —le hace una seña a la empleada indicándole que quiere contarle un secreto o algo así—. Además su jefe está loco por ella. Es una atracción mutua y bueno... Ella quiere mostrarle lo... Lo sexy que es.

¿Qué? ¿Se volvió loca?

Miro a Tris espantada pero ni siquiera me presta atención, aunque sé que está fingiendo.

— Me parece perfecto... Pasen por aquí. Tengo unos vestidos muy seductores...

Comienzo a murmurar una protesta pero se ve interrumpida porque Tris me da un pisotón en el pie.

¡Sabía que esto era mala idea!

Luego de probarme más de diez vestidos, encontramos o mejor dicho, encontraron (la empleada y Tris) el vestido perfecto. Creo que era mejor decirle a mamá que viniera conmigo.

Tris le entrega la tarjeta y luego de pagar vamos en busca de una joyería. Protesto diciéndole que ya tengo en casa pero ella me silencia con el justificativo: "Tus joyas no son para un evento formal", seguramente si fuera otra persona, me molestaría pero estamos hablando de Tris... Una mujer que tiene cero tacto al hablar y a alguien que conozco desde la secundaria.

— Este conjunto es perfecto. ¿No crees?

Hago una mueca, por más que diga todo lo contrario y que tenga justificativos razonables, ella encontrará la forma de que sean incorrectos, así que sólo asiento.

Lo siento Alex, no quiero dejarte en quiebra por culpa de mi amiga. "Él no quedará en quiebra... Es sólo un poco de dinero. Ni siquiera lo notará". Él siempre fue de ahorrar. "¿Ahorrar? Él muy jodido puede bañarse en oro si quiere". No exageres.

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora