Capítulo 11

8K 504 25
                                    

— Nena, aquí tienes las preguntas para hacerle a los señores—dice Stacy entregándome una lista.

Estoy nerviosa por ver la Jeremy Jones y Eric Emerson. Hace años que no los veo y estoy completamente segura que ya no se parecen a las estrellas de rock que solían ser. Eric tenía su cabello largo y dos aretes en la oreja izquierda cuando lo conocí. Jeremy tenía la cabeza teñida de rosa chicle y solía delinearse los ojos. Ahora tienen casi treinta años y son bastante inteligentes como para no quedarse en el pasado. "Claramente tú no lo eres". Te callas.

— Gracias.

Volteo a ver mi escritorio y se encuentra colapsado por papeles y eso no es lo peor, cada vez que viene alguien me deja una pila más. Y necesito ayuda con urgencia o voy a explotar.

— ¿Necesitas que te ayude?

"Para mí que lee mentes". Yo también lo creo.

— No. Gracias Alex. Es sólo que estoy llena de tareas —digo tratando de acomodar mi escritorio y que no crea que soy una loca desordenada.

Él sonríe.

— ¿Cómo estás hoy? —pregunta tomando una silla y sentándose a mi lado.

¿Qué rayos hace? "¿Qué no es obvio?". ¿Qué cosa? "Le gustas". ¡Eso es ridículo! "Entonces... ¿Por qué te besó ayer?". ¡Fue un error! "Sí, claro". ¡No uses el sarcasmo conmigo!

— Bien. Nerviosa por la entrevista —contesto sin mirarlo porque si lo hago adiós a mi concentración.

— No te preocupes —comenta relajándose en la silla—. Son mi familia, Megan. No son gente extraña.

Lo miro por unos segundos y luego vuelvo mi vista hacia las hojas.

— Para mí son extraños. Hace seis años que no los veo —confieso.

Él me mira confundido. Está pensativo. ¿Y ahora qué?

— Seis años —dice pensativo—. Hace seis años que no te veo —comenta en un susurro pero puedo escucharlo.

— Alex, necesito ayuda con la elección del lugar dónde será el evento.

— Enseguida voy, William —dice Alex masculla entre dientes.

— Hola, Megan. Hoy estás muy hermosa. Creo que organizaremos más entrevistas porque te ves más hermosa de lo normal.

Lo fulmino con la mirada. Al voltear, me doy cuenta de que Alex está mirándome y su mandíbula se encuentra tensa. "¡Alex está celoso!". No, sólo que William es insoportable. Cualquiera haría lo mismo, nadie lo quiere tener cerca por más de dos segundos. "Alex está celoso". ¡No lo está! "¡Está celoso!" ¡Que no! "Digas lo que digas... Alex está celoso".

— William. Estás en el trabajo, compórtate.

William lo mira con odio. Me encuentro pasando mis ojos de Alex a William sin pestañear... ¿Qué ocurre con ellos?

— ¿Te olvidas que somos amigos? —pregunta irónico.

Alex levanta una ceja y niega con la cabeza.

— No pero estamos en la empresa. Yo no mezclo mi vida personal con mi vida laboral.

"Sí, claro. ¿Y el beso? ¿Qué fue? ¿Una prueba para saber si Megan era una buena empleada? ¿Están probando algún experimento? ¿O quieren hacer una nota sobre cómo besar a tu empleado?". ¡Ya no hables! ¡Me aturdes! "¡Pero tengo razón! Él no puede hablar de eso cuando ayer casi te devora la boca". ¡Ya olvídalo! "¿Tú lo olvidaste?". No pero no tiene caso seguir echándole leña al fuego. "Querida Megan... Tú estás hasta el cuello con este hombre". ¿Y crees que no lo sé?

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora