Capítulo 20

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— Gracias por traerme —contesto cuando dobla en una esquina.

— ¿Eh?

Volteo a mirarlo. Está confundido. Señalo la casa de Tris.

— Ahí está la casa de Tris, Alex.

Él mira hacia aquella dirección y asiente pero no contesta nada. Estaciona frente a la casa y apaga el motor para luego voltear a mirarme.

— Adiós —lo saludo antes de que él pueda decir algo.

Necesito salir de aquí. No sé cuándo entenderé a este hombre. No sé qué le ocurre. No sé lo que pasa por su mente pero necesito alejarme de él. Sé que si estoy cerca, terminaré lastimándome a mí misma y no estoy preparada para eso. "Estás haciendo mal". Lo único que quiero es ser feliz. "Y lo serás". ¿Cuándo? "Ya te lo he dicho miles de veces. Pronto". No trates de engañarme. Sé que esa felicidad de la que me hablas, es sólo una ilusión. "¡Por el amor de Dios! ¡Escúchame!". ¡Te escucho! ¡Te escucho día y noche! ¡Escucho cada palabra que me dices y ya no lo soporto más!

— Adiós, Megan —saluda en un susurro.

No volteo a verlo, no quiero ver los ojos que logran derretirme en menos de un segundo. Abro la puerta del auto y bajo del auto.

— ¿Por qué esa cara? —me pregunta Tris ni bien abre la puerta.

Elevo mis hombros y hago una mueca. Ella desvía su mirada de mí y sus ojos van más allá, donde se encontraba el auto de Alex

— ¿Qué ocurrió? —pregunta con cautela.

Intento sonreír, para mostrarle que todo está bien pero no soy buena actriz.

— Hola, Tris. ¿Los niños están durmiendo?

Me sobresalto cuando escucho la voz de Alex a mis espaldas. ¿Qué demonios hace? Se supone que tiene que estar en el auto, encendiendo el motor para marcharse lejos de mí.

— Hmmm, sí. Están durmiendo... —contesta Tris sonriente—. ¿Quieres pasar?

¡Oh no! ¡No, Tris, que ni se te ocurra!

— No, gracias.

Suspiro aliviada pero ninguno lo nota.

— Tengo que llevar a Megan y a los niños a casa.

¿Está loco este hombre?

— Oh, claro —contesta Tris.

Abre la puerta para dejar ver a los niños recostados en el sillón, durmiendo muy cómodamente con el perro de Tris entre ellos. Al parecer estuvieron viendo dibujos animados porque la televisión está encendida y el volumen alto.

Sonrío al verlos.

— Pasaré a recogerlos —comenta Alex, dando un paso para entrar a la casa.

Tish asiente y se corre de su camino.

¡No quiero ir en el auto con Alex! "Claro que quieres ir con él". ¡No! ¡Me llamó débil!

— Mañana me cuentas todo —susurra Tris guiñándome el ojo cuando Alex entra a su casa.

Pongo los ojos en blanco. Si ella supiera que no pasó nada. Alex tiene a los niños en brazos y se encamina hacia el auto, luego de acomodarlos en los asientos traseros vuelve con nosotras.

— ¿Vamos? —pregunta mirándome con un tono de satisfacción en su voz. Asiento sin mirarlo a los ojos—. Buenas noches, Tris —saluda a mi amiga. Ella sólo sonríe y asiente.

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora