Capítulo 26

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— Megan... Quieres, por favor, sonreír —dice Alex entre dientes.

Me ha apartado a un lado para que nadie nos escuche.

¡Suficiente! Estoy hasta el cuello de recibir todas las miradas acusadoras de las mujeres y todos sus murmullos sobre quién era la chica boba que está junto al importante empresario. ¡Maldición! No debí aceptar esto. Me siento ridícula, es como si volviera en el tiempo.

— Lo siento... Pero se aguanta —digo soltándome de su agarre pero vuelve a agarrarme y me saca del salón.

Nos metemos en una especie de oficina. Parece ser una de juntas, dado que hay muchas sillas alrededor de una mesa larga. Alex enciende la luz.

— ¿Qué te ocurre? —pregunta y hago una mueca—. Dímelo... —me advierte en tono severo.

— No me siento cómoda, es todo... No sé fingir una sonrisa.

Él sonríe.

¿Por qué sonríe?

— Lo sé... No puedes mentirle a la gente.

Eso hace que me duela el pecho porque mentí mucho últimamente y no me siento muy bien al respecto.

— ¿A quién hay que adular el culo? —pregunto rendida porque ya quiero que todo esto acabe.

Levanta una de sus cejas.

— ¿Desde cuándo hablas de esa manera? —pregunta cruzándose de brazos.

¿De qué manera? "Estás diciendo groserías todo el tiempo".

— No sé de lo que hablas... Hablo igual que siempre.

Niego con la cabeza y puedo ver una pequeña sonrisa.

— Será mejor que nos vayamos... O creerán que... Nada... Deja... —dice con los ojos brillantes.

¿Qué van a creer? ¡Oh no! ¡Oh no!

— ¡No puede ser! ¿En serio pensarán eso? —pregunto abriendo grande los ojos.

Él suelta una carcajada.

— ¿Y por qué no? Somos jóvenes. Estamos en pareja. Es obvio que piensan que tenemos una atracción muy... —se queda en silencio sonriendo. Luego se acerca a mi oído para susurrar —. Apasionada —susurra de manera seductora.

— ¡Que idiotas son por creer eso!

Frunce el ceño.

— Cariño... Lo único que estamos fingiendo es que somos pareja. Lo otro es real y no lo niegues —dice antes de guiñarme el ojo y luego sale de la habitación.

Lo sigo aunque me cuesta demasiado. ¿Por qué tiene esa manía de hacerme quedar como una idiota? "Tú ya eres idiota por naturaleza".

— Alexander... Déjame presentarte a un gran amigo mío. Él es Michael Raymont. Sabes que él es quién posee mayor poder en el mercado de las revistas y quién promociona la revista de tu padre. ¿Verdad? —Alex asiente—. Michael, este es Alexander Jones, hijo de Joseph Jones... Y ella es Megan Scott, su novia.

Michael nos saluda formalmente.

— Es un placer conocerlos. Ya me estaba preguntando dónde estaban los tórtolos.

— Usted no puede decirme que me contenga cuando tengo a una belleza angelical a mi lado. ¿No?

¡Jesús! ¡Voy a matarlo!

Alex me toma de la cintura y me acerca más a él. De reojo veo como un fotógrafo se nos acerca.

— Yo también haría lo mismo en tu lugar... De hecho lo hice y ahora esa pequeña mujer, con cara de ángel y lengua filosa, es mi esposa y tenemos tres hermosos hijos —comenta Michael.

Doblemente ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora