"... Tell me, baby. Tell me if you gonna give another chance 'cause I'm dying for your love...".
Su voz melódica y ronca suena por los parlantes de la radio cuando voy de camino al trabajo. Cuando llego al primer semáforo en rojo cierro los ojos y siento cómo queman al recordar las veces que Alex me había cantado esa canción. Era imposible no caer enfermamente enamora de un hombre que te susurraba hermosas letras al oído mientras te abrazaba y su voz era como una suave caricia a mi alma... Pero es pasado, era una adolescente enfermiza. "En eso coincidimos. Ahora ocúpate del presente pero con Alex". Omite eso último. "No". Sí. "No". ¡Sí! "No". ¡Sí! Y punto final.
— Hola Megan —saluda Betty con su estúpida sonrisa cuando llego a la oficina de redacción.
— No son tan buenos —sentencio de muy mal humor.
— ¿Por qué, señorita Scott? —pregunta con fingida inocencia. Porque claramente es fingida.
La miro de muy mala manera. Suelto un suspiro para tranquilizarme y no clavar mis uñas en la yugular.
— ¿Por qué demonios le diste mi dirección al señor Jones? —pregunto subiendo el tono de voz, provocando que ella dé un respingo.
¡Se merece ese susto y mucho más, por chismosa!
— Pe... Perdón —tartamudea la torpe.
¡Pelirroja hueca e inútil!
— Ya es tarde, Beatriz. Él ya fue a mi casa —digo fulminándola con la mirada.
— En serio, señorita, lo siento. Él vino y me pidió sus datos. ¿Qué quiere que conteste? Es el jefe.
Aprieto mis puños conteniendo la ira que fluye, en esos momentos, por mi sangre.
— Te recuerdo que Gregorio y William también son los jefes. A ellos nunca les diste mi dirección. ¿Por qué Alex? —pregunto escrutando con la mirada.
Ella juega con sus dedos y luego sonríe con picardía.
— Lo siento, es que el señor Jones es tan lindo. Además está soltero, yo vi cómo peleaba con su novia ayer. Ella estaba celosa porque el señor había estado charlando con una ex. ¡Suertuda! Lo siento, Megan —confiesa mordiéndose el labio.
¿Me llamó Megan? ¿Y quién le dio tanta confianza a ésta fulana?
— Él es muy sexy, me lo quiero tirar. ¿Sabes una cosa...? Él es cantante, yo no lo sabía. ¿Puedes creerlo? ¡Es ridículamente rico! —exclama emocionada.
¡Estúpida come hombres! Tiene nombre de santa pero es una perra con todas las letras... ¡Y en mayúscula! ¡Imbécil! Alex no se fijaría en ti. Tú tienes más hombres en tu lista que una fábrica de obreros industriales. ¡Maldita! ¿Qué...? No me tiene que interesar eso. Alex no significa nada en mi vida... "Te olvidas de los niños...". Sí, él es importante para los niños pero no para mí. ¡Seis años sin verlo...! Ya tengo que superarlo. "Seis años amándolo con locura, pequeña Megan". No me simpatizas mosquita muerta. "Estoy vivita y coleando". ¡Cállate!
— Sí, lo sabía. ¡No vuelvas a dar mi dirección o algún otro dato! O te las vas a ver conmigo. No quiero que nadie sepa de mi vida, de lo que hago o lo que dejo de hacer. ¿Quedó claro? —digo furiosa, apuntándola con mi dedo índice.
Ella tiene los ojos bien abiertos. No quiero ser cruel pero es la única forma que lo pueda entender. (Nótese que la pobre carece de un cerebro)
— Dice David que peleaste con Betty. ¿Por qué?
ESTÁS LEYENDO
Doblemente Problemáticos
Romansa[COMPLETA Y SIN CORREGIR. Escrita en el 2012] Megan creía que se había alejado del pasado y que su nueva vida era perfecta pero a pesar de todos los cambios, los problemas siempre van atados a su espalda. Sobre todo si tiene a un par de gemelos que...