Capítulo 2.

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Hay personas que llegan a nuestra vida para marcarnos, y cambiarnos para siempre.

Madrid, España.

Domingo, 09:30am.

-Nicolás-

Escuche la alarma de mi celular sonar, y poco a poco fui estirando mi cuerpo, hasta que sentí que algo se apoyaba en mi pierna, me giré y vi a una chica morena, tenía su pierna entrelazada con la mía.

Hasta que hice memoria, con ella fue que tuve relaciones ayer, frote mis ojos, y con pesadez me levanté de la cama, todo me daba vueltas tenía mucho dolor de cabeza creo que tomé demasiado, con gran esfuerzo me vestí y salí de la habitación.

No sé dónde estaba, así que opte por preguntarle al vigilante.
El señor de unos cincuenta años me ayudó a buscar mi auto, no estaba muy lejos de igual forma.

Subí en este, tomé mis gafas de sol, y encendí el auto.
El puto sol me pegaba en todo el rostro, estaba a punto de entrar en un colapso, así que decidí ir por un café.

Entre a un Starbucks, y pedí un café bien cargado, me senté en unas de las mesas y apoye el rostro sobre mis manos, de verdad me dolía, hace rato que no sentía tal migraña.

Tomé poco a poco el café, me percaté de que muchas chicas me miraban, unas con cierto disimulo, otras más atrevidas me sonreían o me guiñaban el ojo, aunque el cuerpo me pedía tener relaciones con ellas, la cabeza me daba a gritos que fuera a descansar.

Así que opté por la segunda opción, me levanté de la mesa y antes de salir del Starbucks, le dejé mi número de teléfono a la chica que era más discreta.
Subí a mi auto, y en menos de veinte minutos ya estaba en mi casa.

-¡Hijo! ¿Dónde estabas? Te ves terrible- Mi madre, tan cariñosa como siempre, se acercó a mí y me abrazó

-Donde un amigo- Le Sonreí y esta me quitó las gafas.

-¿Por qué los ojos rojos? No me digas que... - Su ceño cada vez era más profundo, y colocó su mano en su cadera.

-Sí, tu hijo se droga, yo quería decírtelo madre, pero después no me ibas a creer- Dijo Siane riendo, mi mamá solo arqueo una ceja.

-Cállate sapa- Le susurre a Siane, y ella solo sonrió
-Nada Ma', solo que no dormí bien- Le Sonreí, le quité las gafas y subí a mi habitación.

Me despoje de toda la ropa, y entré al baño, duré unos veinte minutos al menos se me relajaron un poco los músculos, estaba un poco mejor, pero la migraña aún no se me quitaba.

Entre a mi cama y rápidamente me dormí.

15:20pm.

-Y... ¿Si se murió?- Escuché a Siane.

-Aún respira pendeja- Escuché a Ayleen, mientras reían.

-Tengo hambre, mi mamá salió, y solo está su comida- Dijo Siane, y sentí como se hundía la cama.

-Trae el marcador- Dijo Ayleen y supe que era hora de levantarme, cuando sentí que estaba lo suficientemente cerca, abrí los ojos...

-¡Quieta!- Le grité, como instinto se echó hacia atrás, y soltó un pequeño grito.

-¡Maldición Nicolás! No hagas eso- Soltó un gruñido y tiró el marcador.

-Tampoco me dejaré rayar la cara- Le guiñe el ojo, y me senté en la cama.

Frote mi rostro, solté un gruñido de cansancio y frustración.

-¿Qué hora es?- Le dije a Siane y esta miró su reloj.

Stay By Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora