Capítulo 35.

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Desde que nos subimos en el avión, Evaluna estaba inquieta, y jodiendo mucho.
En ocasiones sólo se escuchaba las risas de Nicolás y ella. Era muy gracioso, pero en parte no, porque había personas durmiendo.

Nicolás le dio el tetero y se quedó durmiendo en su pecho.
Cerré los ojos un momento y solté un suspiro.

-Quedó bonita- Escuché la voz de Nicolás muy cerca de mi cuerpo y abrí los ojos. Tenía la cámara de Eleonor y estaba viendo algo en ella.

Me incliné para verla y estábamos los tres, Evaluna y yo con los ojos cerrados, y Nicolás sonriéndole a la niña.

-Son quince dólares- Miré a la muy descarada y las dos reímos, me guiñó el ojo y le pasé la cámara.
-Cuando la edite, te la paso-

Asentí y vi el brazo de Nicolás rodeando mis hombros y me atrajo hasta él.

-Pude sentir la felicidad una vez las tuve de nuevo conmigo- Me susurró al oído y Sonreí. Lo miré y me dio un beso en los labios y apoyó su cabeza en el respaldar de la silla y cerró los ojos.

-Volviste divertido lo cotidiano
Y no entiendo cómo lo lograste, pero sé que hoy
De ti quiero más, más
Me gusta todo lo que me das, más
Y sin permiso me has robado el corazón- Escuché cantar a Jade y Sonreí. La letra es muy linda.

-Una vez ella nos escuchó cantarla a Jared y a mí, le gustó la canción y se la aprendió- Dijo Eleonor como si estuviese pidiéndole alguna explicación.

-Canta lindo-

-Igual que el papá- Alardeó el castaño y las dos reímos.

-¡Uhhh, está loco!- Siane gritó desde su asiento, posterior a eso, varias personas la mandaron a hacer silencio.
-¡Aguafiestas!- Refutó de nuevo y reímos.

Luego de unos minutos, cerré los ojos y no sé en qué momento me quedé dormida.

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-Dile, mami ya estamos llegando, abre los ojos- Escuché a Nicolás, pero mis ojos aún no querían abrirse.

-Bueno, dile de mi parte: No es la historia más bonita, ni la más perfecta, simplemente es nuestra y con eso basta-

Sonreí como pendeja y abrí los ojos de golpe, mi sistema se volvió loco y daba gritos internos. Ese hombre es hermoso.

Los miré y Evaluna se lanzó en mis brazos sonriendo y me mordió la mejilla.

-¡Ay!- La separé de mí y esta me miró asustada.

-Viste porque no debías enseñarle esas manías, a mí me mordió como cinco veces- Rodó los ojos riendo.

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20:30pm.

Llegamos al apartamento de Nicolás, estábamos muertos del cansancio, luego de que llegamos a Chile, fuimos a la playa y apenas hace media hora comimos.

Mi cuerpo pide a gritos que me acueste, la niña se durmió en el carro y él la dejó en la cama con Siane, mientras le compramos una cama.

Luego de que me bañara, me colocara la pijama, me acosté con el castaño. Este estaba sin camisa, leyendo un libro de química.

-¿No estás cansado?- Arquee una ceja, mientras me arropaba con las cobijas

-No tanto, este libro me lo quería leer desde hace mucho- Se alzó de hombros y asentí un poco sorprendida.

-¿Por qué no te lo llevaste para Argentina?-

-Porque el desorden que teníamos aquí, hizo que se me olvidara guardarlo- Quitó su mirada del libro y reí ante la posible escena.

-Mi papá no quería que me quedara contigo- Apoyé mi cabeza en la cabecera de la cama.

-Lo sé- Se alzó de hombros.
-Igual, ya no eres una niñita puedes tomar decisiones tu sola- Guardó el libro en la mesa de noche y me miró.

-¿Cuándo te divorcias?-

-Mañana hablaré con Abby sobre ese asunto- Me miró serio y yo sólo buscaba una pizca de diversión en sus palabras, pero no, ni madres.
-¿Quieres estudiar en la misma Universidad o buscamos otra?- Cambió abruptamente el tema y fruncí el ceño.

-Te dije que ibas a retomar los estudios, no me mires así amor- Rio y con sus dedos los frotó por mis cejas, haciendo que se relajaran de inmediato.

-Ehh, no sé. En la que te parezca más barata-

-Buscamos una Universidad de calidad Amber, no la que esté más barata, así que la escogeré yo ya que no te decides- Tomó su celular y comenzó a teclear en él. Se levantó y se fue.

El mío también sonó, pero era un mensaje de mi mamá. Al abrirlo pude ver una foto de ella con Katie. Cada vez me sorprendo el increíble parecido que tenemos Katie y yo con mi papá. Lo único que heredé yo de mi mamá fue el temperamento.

Le respondí solo un: Que hermosas se ven, mañana las visito 😍.

Bloqueé el celular, y cerré los ojos mientras llegaba Nicolás.

-Cuando te digo buenas noches, es para que sepas que eres mi último pensamiento antes de dormir, Te amo Amber de la Concordia- Susurró a mi oído Nicolás, y no pude evitar reír con el nombre que dijo.

-Yo también te amo, Nicolás Patricio- Me giré y este ya me miraba sonriendo.

Como si yo fuera hermosa, como si fuera una maravilla, el paraíso o la criatura más bella del mundo. Me miraba con esos ojos cafés dulces y esa sonrisa sincera en los labios... Yo amaba cuando él me miraba así.

Poco a poco se fue acercando, miraba mis labios y luego me miraba a los ojos, como si estuviese pidiendo permiso, acortó de forma rápida el espacio que sobraba entre nosotros y me besó.

Su lengua pasaba por todos los rincones de mi boca, mientras que su mano viajaba de arriba abajo por mis caderas, mis manos estaban en su cabello, y sentía como temblaba, ya que esto se está prendiendo.

-Dime si quieres que pase o no, porque si seguimos así, juro que después no me detendré- Se separó de mí bruscamente, y me miró directamente a los ojos, su cabello estaba despeinado, y su mirada penetrante, haciéndome sentir un poco abrumada.

Con el poquito de aliento que me quedaba asentí. Él sonrió como si fuese ganado un premio y volvió a besarme, esta vez un poco más salvaje haciendo que los gemidos salieran de mi boca casi de inmediato.

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Cuando me levanté, no encontré a Nicolás, se fue a trabajar y regresará a las tres de la tarde.

Siane salió con unas amigas al centro comercial, quedando sólo mi bebé y yo.

La mañana pasó relativamente rápida, ya que estuve con mi mamá, y Katie.

Decidimos reunirnos en la tarde para comer y joder. Estábamos todos, excepto Gérard ya que llegaba tarde hoy, según lo que dijo Liz

Escuchamos como la puerta se abrió de golpe, permitiendo ver la loca de Abby, y no lo digo porque sea la esposa de Nicolás, sino porque tiene el cabello desordenado, todo el maquillaje corrido, y su respiración era muy rápida.

-Sabía que a esta hora encontraría a todo el ganado reunido- Dijo sonriendo cínicamente mientras entraba.

Nicolás se levantó para enfrentarla, pero detrás de ella, la acompañaban cinco hombres altos y fornidos. Y no pude pasar por desapercibido las armas que traían consigo.

Mis ojos se salieron de órbita y Nicolás y mi papá retrocedieron. 



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