Capítulo 33.

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Estábamos todos sentados al frente del hotel, esperando a Liz y su combo, digo familia. Iríamos a la playa, y yo no dejaba de mirar a Amber es que se le ven tremendas curvas, si no es por la foto que me mostro de parto diría que no tuvo a Evaluna, sentí como me golpearon en la cabeza y me gire a ver al idiota que me golpeó.

-Deja de mirar a mi hija de esa manera- Me señaló con el dedo índice Alejandro y reí. Jared se percató de nuestra conversación y se unió.

-Y eso que no viste la expresión que coloco cuando vio a Amber colocarse el bikini- Mintió el muy puto, él quiere verme muerto, mientras reía me guiño el ojo y yo solo solté una risa sin gracia.

-Eres hombre muerto- Cuando Alejandro se aproximaba a golpearme, yo me había puesto en posición para golpearlo, una mano lo detuvo.

-Ay Alejandro ya déjate de pendejadas, Evaluna no vino por obra y gracia del espíritu santo- Pude sentir cansancio en las palabras de Sofía y reí.

-¡Tómalo!- Gritó Eleonor y Jared en un unísono. Mientras que el castaño los miró mal. Los niños estaban inquietos, a excepción de mi bebé que aún duerme, y por fin llegó Liz y el resto.

Nos encaminamos hasta la playa, no estaba muy lejos, como a cinco cuadras de donde se encontraba el hotel. Ayudé a Amber con la niña y ella cargaba el bolso, no pesaba mucho así que no se puede quejar.

Escuche algo así como unas gallinas cantando y gire sobre mis talones y pude notar que se trataba de Siane, Eleonor y Liz cantando. Lo más gracioso de todo es por la forma en que los niños las estaban mirando, parecían aturdidos, igual que yo.

- ¡So tell me what you want, what you really, really want

I'll tell you what I want, what I really, really want!- Gritaban las muy locas por toda la calle, y todos nos miraban raro, otros solo se reían de ellas. Yo me adelante porque no quería pasar pena.

Luego de que Gerard negociara con un señor que se encontraba en la playa, pudimos instalarnos en una cabaña. Los niños corrían y no paraban de hacer escándalo, al igual que sus madres gritándoles que se calmaran y se callen.

Todo con respecto a ellas es una locura. Pude sentir paz quince minutos después de que se fueron, Amber fue la última en salir, se quitó la salida de baño y solo con su bikini entro al mar y a mí se me explotaron las hormonas, y mis espermatozoides se... Bueno ya, es hora de calmarme.

Mire a la niña que dormía en mi pecho plácidamente, es tan hermosa, es una de mis personas favoritas, y lo mejor que me ha pasado desde que la conozco.

Escuché mi celular sonar y maldije internamente ya que como es obvio, despertó a la niña, posteriormente comenzó a llorar, me levanté de la silla y coloqué mi mano derecha en su pequeña espalda mientras la frotaba de arriba hacía abajo. Poco a poco se fué calmando.

Pasaron cinco minutos, cuando soltó un suspiro que tenía retenido, y volvió a dormir.

Con mi mano izquierda saqué el celular que tenía en el bolsillo de mis pantalones y miré la llamada, era de Abby. Así que batalle entre si debía devolverle la llamada o no.

No fué necesario, ya que ella llamó de nuevo, sin que sonará el tono de llamada, contesté:

-Hola- Comencé a caminar por la cabaña, esperando la cantaleta que tenía preparada. No sé porqué no me pide el divorcio, si cada vez que hablamos siempre terminamos discutiendo.

-¿Disfrutas las vacaciones con tu ex, cielo?- Su tono era sarcástico y burlón. Rode los ojos y reí.

-Como no tienes idea, cariño. También paso tiempo con Evaluna- Por un momento rápido, recordé cuando Amber y yo nos besamos en el parque, desde ahí, no nos hemos besado pero está como la intención, es lo que importa.

-Ah cierto, olvidé a esa mocosa- Dijo irritada y sentí como la sangre me estaba hirviendo. Y antes de que la mandara a comer mierda por insultar a mi hija, añadió:

-Después de ella, no tenías nada. Deberías de estar agradecido conmigo, y dejar de comportarte como un idiota-

-Primero que todo a Evaluna me la respetas, segundo estando con Amber, lo tenía todo. Después de que se fué, tomé malas decisiones, estar contigo fué una de esas- Solté de repente, de verdad me molestó que tratara así a Evaluna, quién se cree esa pendeja. Y antes de que pudiera reclamar, colgué la llamada.

Quería estrellar el celular, aún tenía rabia por todo lo que había pasado, pero pensé que el teléfono no tiene la culpa, y me costó mucho asi que reprimí ese impulso y lo guarde.

Sentí como los brazos de Evaluna rodeaban mi cuello y apretó ligeramente y Sonreí.

14:30pm

Luego de que almorzaramos, Amber decidió colocarle el vestido de baño a Evaluna, y nos fuimos a donde estaban los chicos. Era un bikini rosado, yo no estaba de acuerdo con que se colocaran, a ella le luciría genial un buzo o cosas similares.

Luego de que Amber se bañara con ella, Sofía la tenía cargada, estando en la playa y Amber se acercó donde yo estaba. Se colocó la toalla y se sentó a mi lado.

-¿No te bañarás?- La miré sólo de reojo y negué. Es que con ese bikini me provoca arrancarselo a mordiscos.
-Tal vez mañana- Me Alcé de hombros y ella asintió.

-¿Que tienes?- Sentí un pisca de preocupación en el tono que usó y de mi rostro se ladeó una sonrisa.

-Nada, sólo que me alegra que estén aquí Evaluna y tú- Le guiñe el ojo y esta se sonrojó.
-Si me divorcio de Abby, ¿Crees que pudieramos tener algo?- Desvíe la mirada, no quería ver la reacción de ella.

-Cuando te divorcies, hablamos- Sonó picara y reímos.

Los chicos estaban cansados, como si un camión de carga les fuera pasado dos veces por el cuerpo, o al menos así decían. Antes de llegar al hotel, compramos comida para llevar.
Para mí lasagna y Amber, Hamburguesa con papitas.

Luego de una amenaza para mis testículos, miradas pícaras por parte de Siane, Eleonor y Liz. Amber por fin pudo venir a dormir conmigo.

Lo hice por una obra de caridad para Alejandro, el pobre se estaba jodiendo la espalda en el sofá que estaba durmiendo.

-Está muy buena, ¿Quieres probar?- Amber me miró y señaló la hamburguesa, asentí. Me incliné un poco y mordí la hamburguesa, se sentía a algo así como la gloria. Que delicia.

Le di a probar de mi lasagna al igual que a Evaluna, esta no paraba de reir ante las muecas que le hacía, ella es muy tierna.
Una vez terminamos de comer, la niña se quedó jugando con un peluche de Stich que le regalé y Amber se levantó sin decir nada.

Se dirigía al baño, se fué quitando las prendas de su ropa y algo en mí saltó de repente.

-¿Te quieres calmar?- Miré mi entrepierna y rode los ojos.

Quitó su bra, y entró a la ducha. Esa caraja lo hizo a proposito, porque sabía que podía verla.
Luego de recapacitar y pensar sólo cinco minutos, tomé mi teléfono y esperé a que contestara.

Por fin haré algo bueno con mi vida.

-¿Te equivocaste de número?-

-Abby, quiero el divorcio-

Stay By Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora