Stay By Me.

Capítulo 11.

No hay peor pecado que provocarle lágrimas a la persona que nos ha regalado sus mejores sonrisas.

Santiago de Chile

Miércoles, 07:40am.

-Nicolás-

Estaba cansado de tanto pensar, mi mente no guardó silencio en toda la puta noche.

Pensar que Amber pudo escuchar lo que hable con Eleonor y Liz me causaba escalofríos.

A lo mejor era eso, escuchó y por eso no quiere verme ni en pintura.
Traté de hablar con ella, le mandaba mensajes, e incluso mientras estaba aquí hacia cualquier manera de que me explicara por qué reaccionó así.

Pero nada.

-¡Levántate Gusano!- Escuché cuando abrieron la puerta de golpe, seguido de un fuerte sonido.

Silbato. Eleonor.

Aunque pensando bien, ¿por qué tiene voz de hombre?

Abrí los ojos y pude ver a Matthew a pocos metros de mí.

-¡Que te levantes he dicho!- Volvió a gritar y a sonar el silbato, parecía molesto, yo solo fruncí el ceño.

Se acercó a la cama, y me eché un poco para atrás, se agachó un poco y...

Caí de la cama.
Maldito hijo de perra, ¿cómo Coños pudo alzar la cama?

-¡¿Por qué hizo eso?!- le grité una vez me Levanté del suelo y me sacudí.

-Sigo órdenes, ahora cámbiate, iremos a entrenar- Salió de la habitación.

Me quedé idiotizado, las pocas veces que vi a los chicos entrenar con Eleonor venían prácticamente muertos, pero también escuché que ella delante de él es más flexible.

Ahora sí moriré, Amber te amo, Eleonor te detesto por dejarme con este monstruo, chicos vemos en el infierno.
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No sé cómo, pero llegué al salón de Eleonor, no podía quedarme en esa casa con Mathew no lo tolero.

Me duelen las piernas, los brazos, hasta los malos pensamientos.
Aunque pensando, ni tengo idea de donde está Siane.

Entré al salón y todos me miraron.

Chismosos.

Eleonor rio, y me hizo una seña para pasar, las niñas no dejaban de mirarme, otras me sonrían e incluso me guiñaban el ojo.

Mientras entraba buscaba a Amber, hasta que la encontré, estaba en la tercera fila, escribiendo algo en su libreta.

-Bueno niños, comiencen- Dijo Eleonor y nos sentamos.
-¿Que te trae por aquí?- Trataba de recuperar el aliento, deben colocar ascensor aquí.

-Amber se ve hermosa- Dije sin más, me giré a verla y esta seguía escribiendo.
Sé que se dio cuenta de que llegué, joder su indiferencia me está matando.

-Lo sé- Me sonrió y la miré.
Se veía muy contenta, ¿más alegre?
No sé, después le preguntaré así que, a lo que vine.

-Eres una maldita- Dije con frustración y evidente cansancio
Esta río.