El me convirtió en una masoquista, jamás había sufrido y amado al mismo tiempo.
Santiago de Chile
Miércoles, 14:40pm
Amber-
Los meses habían pasado, para unas personas se habían ido volando pero para mí, por el contrario han parecido una eternidad.
Aunque no lo quiera aceptar la verdad es que, deseo, Ansío que llegué rápido la boda de Ele, pero con la esperanza de que él venga.
Diariamente escucho su voz, pero es por el audio que me envío mi tía.El me convirtió en una masoquista, jamás había sufrido y amado al mismo tiempo, solo guardo el deseo de poder el olvidarlo pero al mismo tiempo espero que el vuelva a quererme como antes.
Es estúpido, mis sentimientos me contradicen, pero la verdad es que a estas alturas de la vida no sé qué pensar, o al menos sentir, odio que ese idiota me hiciera sentir de una forma que ningún otro chico ha podido, es un egoísta, un imbécil, un...
No lo sé, odio ofenderlo de esa forma, ¡pero es que es su culpa! Mínimo y él está bien, disfrutando de su vida con otra persona y yo aquí como una estúpida aferrada al pasado, aferrada a él, a lo que duele.He intentado olvidarlo con otros chicos, incluso mi tía Liz me ha ayudado pero eso solo hacía que me doliera más, y aparte de que jugaba con los sentimientos del muchacho, no obstante, Liz se ganaba un buen golpe de Eleonor.
-Ella lo que necesita es un novio, mírala pobre criatura- Dijo Liz, mientras me miraba, yo estaba sentada en una banca del centro comercial mientras arqueaba una ceja.
-Y tu deberías reservarte tus pensamiento, macajarta- Ele, le dio un leve golpe.
-Ni embarazada me dejas de golpear- Me levante puesto que me llamaron a ver que vestido podría gustarme, esta solo rio.
-No amor, solo te pego con menos potencia que es distinto- Dijo riendo, y esta rodo los ojos.
Me coloqué en medio de las dos, y me mostraron varios vestidos que habían elegido, dos me llamaron la atención negro y azul.
-Señora, ¿cuál de los dos le gusta más?- Liz le preguntó a la muchacha que trabaja en ese almacén, y reí discreta.
La verdad es que todas teníamos un dilema, los dos eran hermosos.-Azul- Dijo riendo.
-Y ¿por qué no el negro? Y no diga que es más barato porque mire los precios, y están casi igual- La señora de unos cuarenta y tantos años río.
-Pues, es una boda, ¿por qué debería vestirse como si fuera a un velorio?- Dijo sin más, y Ele hizo un mueca.
-Gracias, nosotras le avisamos si necesitamos algo- La señora se marchó, y Ele rodó los ojos.
-Te llevas el negro te guste o no, que se cree esa pendeja?- Reímos.Fuimos a pagar todos los vestidos, y nos dirigimos a la cafetería, allá estaba mi mamá, mi papá, Jared, Gérard, y Sergio.
Ya tenían la comida sobre la mesa, reí al ver a mi mamá comiendo las papitas cada vez que la podía.
Nos sentamos, comenzaron a conversar sobre la boda, y cosas que aun necesitarían, como me estaba aburriendo, tome a Sergio en mis piernas y comencé a hacerle cosquillas.
Ele me miró riendo, y me hizo una seña de que me callara, fruncí el ceño y vi cuando cogió dos papitas y se las colocó en la nariz a Sergio.
Me tapé la boca tratando de ocultar la risa, se veía graciosamente tierno, este solo movía sus manos riendo y se veía las papitas, es más a veces se las empujaba.
-¡¿Sergio que tienes en la nariz?!- Gritó Liz, y Gérard lo miró.
-¡Putencio!- Gritó y me lo quitó de las piernas.
-¡No le digas así al niño!- Dijo riendo Ele, y la miraron molestos.
-¿Tú le hiciste eso al niño?- Dijo Gérard.
-¿Yo? Claro que no- Dijo riendo, y miró su celular.
Le tome una foto a Sergio y la subí a mi instagram.
Terminamos de comer, y nos fuimos, estaba aburrida como para irme a mi casa, asi que decidí irme para el parque un rato.
Me senté en una banca y veía a los niños jugar, algunos se me acercaban y me sonreían, otros solo me sacaban la lengua.
Estaba bastante entretenida, y por un momento solo me preocupé por admirar los árboles, demás animales y personas.Mi celular sonó y tenía pereza de contestar a lo mejor sería mi papá para que regresara, pero me sentía bien estando aquí sola.
Volvió a sonar y decidí contestar.
*Llamada telefónica*
-¿Hola?- Me resultó extraño porque no era mi papá, y me llaman de un número desconocido.
-¿Hola?- No contestaba, pero sabía que alguien estaba del otro lado de la llamada, podía escuchar un poco su respiración.¿Por qué no habla?
-Vaya a joder a su abuela- Me llené de rabia puesto que interrumpió mi paz momentánea y le colgué la llamada.
*Fin Llamada telefónica*
Duré solo veinte minutos más, y me fui a la casa.
Caminaba a paso lento, aún trataba de aclarar mis pensamientos.
Cuando llegué escuché reír a todo pulmón a mi mamá, Ele y Liz.
Fruncí el ceño, Pensé que se habían ido.
No quise detenerme a escuchar y me fui a bañar.
Duré como una hora, y me coloqué la pijama, ¿Así o más aburrida?Jared y Gérard entraron, mi papá solo pasó y me sonrió.
-Hola tíos- Ellos me sonrieron y se sentaron en la cama, encendieron el televisor y colocaron el canal de deportes.
-Mm, ¿puedo ver televisión Amber? Claro tíos- Estos solo me miraron, y Jared dirigió su vista al televisor.
-Las locas no nos dejan ver televisión, se andan riendo de algo que ni siquiera Ele ha podido terminar de contar- Me levante en contra de mi voluntad, solo de ver deportes me produce cansancio.
Me fui a la sala y estas hablaban en susurro, así que como buena investigadora me acerqué discretamente a ellas.
-Y entonces- Reía Eleonor.
-Respira- Reía mi mamá.
-Como el muy pendejo no habló, ella le dice Vaya a joder a su abuela- Todas soltaron tremenda carcajada haciéndome estremecer.
¡Era Nicolás el que me había llamado
Joder, y le salí con groserías!Reí un poco nerviosa.
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Stay By Me.
Teen FictionPara la sociedad le resulta difícil creer o de tan solo imaginarse a dos personas que se llevan muchos años de edad puedan llegar a enamorarse. Están acostumbrados a lo cotidiano, y si ven algo distinto suelen criticarlo, e incluso tacharlo como si...