Capítulo 36.

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Tenía la adrenalina a mil, mis piernas querían correr, y mi garganta me picaba con gritar, no sabía que hacer o cómo actuar, ver ahí a Abby, como una loca junto a esos imbéciles apuntándonos, me tenía paralizado del miedo.

Buscaba la mirada de Amber, y aferro a ella a la niña, no quería que les pasara nada, ¡Por Dios!

-Bueno, bueno, bueno. - Abrió paso entre nosotros, dejándonos divididos. Solo sonreía y caminaba como si estuviese en una pasarela, la odio. La odio por hacer esto, y me odio a mí por no escuchar a mis amigos.

-¿Creíste que me ibas a dejar después de siete meses?- Soltó tremenda carcajada, asustando hasta los que la acompañaban.

Uno se encargaba de mirar por la ventana, supongo que por asegurarse de que viene la policía. Los demás estaban sentados en el sofá disfrutando del show. Sergio no para de preguntar qué estaba pasando, al igual que los niños.

-No es necesario que hagas esto- La miré, y coloqué las manos en mis bolsillos, mis piernas no dejaban de temblar.

-¡Que no! Por Dios Nicolás, no soportare esta vergüenza, y de paso tienes una asquerosa hija- La señaló y sentí como mi sangre estaba hirviendo, quería responderle, de hecho lo iba a hacer hasta que escuche la voz temblorosa de Amber, mientras me llamaba.

-Nico... No reclames, la niña está bien- Dijo mientras lloraba. Abby la obligó a que se quedara sentada en el suelo, junto al sofá y la bebé, ocultaba el rostro de la niña en su pecho.

-Owww, no lo estará por mucho tiempo, por ella fue quien Nicolás y yo nos separamos- Se acercó a Amber e intento arrebatarle a la niña, al ver como maltrataba a Amber y Evaluna, mis piernas respondieron de forma automática y trate de impedirlo. Mis ojos picaban con llorar, y sentía como algo dentro de mí se iba quebrando. Evaluna no paraba de gritar "Papá", y su mirada expresaba miedo.

Fue inútil, por un momento olvidé a los hombres que la acompañaba, sentí como me tomaban de los brazos, y me halaron lejos de ellas.

-Él te dejo porque estás loca- Escuché la voz de Liz y la miramos. ¿A esa mujer no le interesa su vida o qué?

Sofía le susurro algo y trataba de calmarla.

En parte la entendía, todos estábamos muertos del miedo, no sabíamos que iba a pasar, quien moriría primero.

Sentí un golpe en mi espalda y me vi obligado a sentarme al lado de Abby, quien tenía a mi niña en sus asquerosos brazos. Sentí una gran repulsión hacia ella, y fuertes ganas de vomitar.

-Pudiste ser más hermosa, pero tu padre la cago- Haló con brusquedad el rostro de Evaluna, y la niña sollozó.

-Si Nicolás la cago, ¿Por qué simplemente no te alejas?- Preguntó Jared, y vi como trataba de esconder a Eleonor. Fruncí el ceño al tratar de entender que quiere hacer esa chica. Por Dios que no haga nada estúpido, porque la matan.

Abby lo miro como si fuese hecho la pregunta más estúpida del mundo y arqueo una ceja.

-No es tu problema- Comenzó a acariciarle el cabello a la niña y sonreía.

Actuaba como loca, yo creo que ese término le queda pequeño.

-Hanno rapito i miei amici e me- Se escuchó la voz de Eleonor, y abrí los ojos. Abby dejó caer a Evaluna, y la niña gritaba por los brazos de alguien. Me levanté al igual que Abby y esta me obligo a que la dejara con Amber, detrás del sofá.

- ¿Qué dijiste? - La voz de la loca se escuchaba ronca, y cargada de furia. Aunque estoy seguro que no tenía ni puta idea de qué habló Eleonor, Abby no entiende el italiano.

Eleonor levanto la vista, posterior a eso se levantó del suelo y con todos los huevos digo valentía enfrentó a Abby, y vi su celular detrás del sillón, mire a Jared y con los ojos le señalé el aparato. Este discretamente, fue rodando el aparato hasta que no fue visible para ninguno.

-Dije que estas...- Ni la deje terminar porque ya sabía que era lo que iba a terminar de decir.

-Dijo que, yo te tenía preparado un poema- Las miradas de todos se posaron en nosotros, y esta con una ceja arqueada asintió.

-Pues dilo- Se cruzó de brazos, y pensaba en que putas le iba a decir y mire a Amber por cinco segundos, luego la mire a ella.

-Un corazón enamorado de un alma solo aclama su felicidad aún si el mismo debe romperse a la mitad- Vi como de sus labios se posaba una sonrisa, pero a estas alturas no sé si es de felicidad o de locura.

-Owww, ¿aún me amas?- Se acercó a mí, y por encima de ella vi a Amber, sus ojos estaban rojos, no paraba de llorar.

-Si- Dije sin dejar de mirar a la castaña, y sentí una bofetada.

Todo mi sistema se revolvió y la mire.

-¡¿Qué?!-

-Estabas mirando a Amber- Le hizo seña a uno de sus amigos, y levanto a Amber del suelo, la bebé cayó mientras lloraba, a mí me tomaron de los brazos y sentí un golpe en el estómago y otro en la nariz. Todo paso tan rápido que no tome importancia al dolor que se estaba impregnando en mi cuerpo, estaba aterrado por Amber.

Alejandro y Sofía comenzaron a gritar, querian defender a su hija, hasta que solo escuchamos el grito ahogado de Alejandro. Le habían disparado en la pierna. Cayó al suelo, al igual que Sofía, tratando de calmarlo.

-Solo déjala ir, ¡Por Dios!- Gritó Sofía, mientras miraba a Abby. Tenía agarrada a Amber del brazo, detrás de ella estaba un muchacho alto, apuntándola en la espalda.

-Mátame a mí, si lo quieres, pero deja a mi hija- Sollozó Alejandro, e hizo un intento fallido de mirarla.

-No, el dolor y el sufrimiento que les causaré después de terminar con la vida de esta pendeja, será placentero- Subió y bajo las cejas, y golpeó a Amber en el estómago, la chica se retorció del dolor, e intente zafarme de estos dos imbéciles, pero era casi imposible, me superaban en tamaño y fuerza.

-No es necesario que hagas esto- Dijo Sergio, al ver que tenían a Amber arrodillada delante de ellos, apuntándole con el arma en la frente.

-Cariño, si es necesario- Le guiñó el ojo y sonrió.

-Antes de que sigas con lo que estás haciendo, ¿Puedo hacerte una pregunta?- Abby miro a Eleonor y soltó un suspiro de frustración.

-Habla-

-Es que estoy haciendo un artículo sobre Psicópatas, así que después de toda esta locura, y acabes en la prisión, ¿Crees que pueda hacerte algunas preguntas?- Todos fruncimos el ceño, aún no sabemos si saldremos con vida, y esta vieja aún piensa en su artículo.

-¿Por qué estás tan segura que saldrás con vida?- Rió sin gracia.

-Mi padre es del ejército, siempre me protege- Se alzó de hombros, y sonreí ante la idea de que ese señor este cerca.

-Hoy no princesita- Eleonor le sonreía, y escuchamos fuertes disparos por toda la casa.

Inmediatamente caímos en el suelo, buscando algún refugio. 
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