Capitulo 8.

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Estaba con Wendy recorriendo la ciudad, comprando cosas para él o la bebé, nos detuvimos un momento en una cafetería, ya que eran alrededor de las cuatro de la tarde y llevamos como dos horas caminando, la chica no dejaba de quejarse que estaba cansada.

-Sabes, cuando llegaste al instituto y me dijiste que íbamos de paseo tenía la esperanza de que íbamos a comer, a la playa, no sé, pero a averiguar colegios para él bebe ¿De verdad? Ni siquiera ha nacido y ya lo quieres meter en ese infierno mujer- Reí y esta solo rodo los ojos y bebió de su café.

-Solo quiero estar precavida en todo esto ¿Si? Además, ahorita seguiremos viendo más ropa para él bebe- La mire y asintió.

-¿Sabes? Caminar tanto te hace daño-

-Solo no quieres caminar, floja- Reímos, y demoramos alrededor de veinte minutos y seguimos caminando.

Mi tío me llamo y habanos unos veinte minutos, me conto todas las locuras de Siane, Liz y Ele, aunque siento que me oculta cosas, pero obviamente no dije nada, si no me quiere decir es por algo, le conté las pocas cosas que hago acá, la verdad es que me siento un poco inservible.

¡No me dejan hacer nada Por Dios!

-Necesito un trabajo- Tire las bolsas en la cama, seguida de mi cuerpo, Wendy comenzó a acariciarme el vientre.

-Puedes trabajar en la cafetería conmigo- La mire con el ceño fruncido y esta me miro confundida.

-¿Desde cuando trabajas?- Reí.

-Idiota, todas las tardes, mañana hablo con Jerry si quieres- Se alzó de hombros y asentí.

-¿En las tardes? Si hoy estuviste conmigo- Arquee una ceja y esta abrió los ojos y salió corriendo.

Reí y poco a poco fui cerrando los ojos.

Me levante alrededor de las seis de la tarde, me duche, me coloque la pijama ya que no iba a salir de la casa.

Escuche cuando tocaron la puerta, deje el portátil a un lado y me levante de la cama y abrí la puerta.

-La cena está servida- Me sonrió mi tío Gerard, y asentí, luego reaccione y me le tire encima.

-Own chica, cuidado con él bebe-Me separe y lo abrace un poco más formal, este apoyo mi cabeza en su pecho y comencé a sollozar.

-¿Estas llorando por verme? Own, las hormonas te están dando duro- Los dos reímos y le di un beso.

-Lo sé- Bajamos a la sala donde estaban mis tíos y Wendy, al parecer a la chica la acaban de regañar, supongo que más tarde me contara.

-Buenas noches- Les sonreí y estos me devolvieron el saludo.

Cenamos y como cosa rara quería más, al parecer tengo antojos, no me quejo la comida esta deliciosa, pero quería algo así como pizza, o hamburguesa.

-Estuve a punto de decirle a Eleonor donde estabas- Dijo Gerard con una expresión graciosa, mientras caminamos hacia un restaurante a comprar mi pizza, y me tense.

-Pero luego la escuche hablando con Liz que si te encontraba te insultaba y te iba a matar, y mágicamente se me paso- Todos reímos, y Wendy soltó tremenda carcajada que me asusto.

-¿Por qué recurriste a mí y no a ella?-

-¿Por qué la pregunta?- Lo mire, y entramos al restaurante, nos sentamos en la mesa más cercana, este se perdió por un momento mientras hacia el pedido.

-Creo que las hormonas me están volviendo loca- Dijo Wendy mientras cerraba los ojos y la reí.

-¿Por qué lo dices?-

-¿Son ideas mías o Gerard esta como lindo?- Abrí la boca y la golpee.

-Bandida, él es de Liz- Las dos reímos y guardamos silencio cuando lo vimos.

-¿De qué se ríen?- Este tomo asiento y Wendy me hizo una seña de que guardara silencio.

-Ya veo que no me dirán, responde mi pregunta señorita-

-Pues, ella habla mucho con Nicolás y es capaz de decirle donde estoy-

-¿Y qué te asegura que yo no le diré?- Arqueo una ceja y abrí la boca.

-Uhhhh-

Los tres reímos.

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Wendy hablo con Jerry y me consiguió el trabajo, ninguno de mis tíos querían puesto que insistían en que debía reposar pero hipotéticamente estaba cansada de tanto reposar.

Jerry cambio mi parecer hacia él, creía que era un señor de unos cincuenta años, con calvicie prematura, y tremenda barriga por no hacer ejercicio, en cambio, era un muchacho de unos veinticinco quizás, alto, cuerpo relativamente normal, coqueto y simpático.

Me dio unas indicaciones, tome mi uniforme y comencé a trabajar.

-Hola- Me sonrió Wendy mientras llegaba al local, yo estaba sentada en unas de las mesas, el local no estaba tan lleno así que pude tomar un respiro.

-Hola- Le sonreí y me entrego un paquete.

-¿Esto?- La mire y se sentó a mi lado.

-Gerard te lo mando supongo que es dinero, y ya se marchó a España, no se pudo despedir ya que se le presento algo imprevisto- Se alzó de hombros y se fue a cambiar.

Me levante ya que habían llegado nuevos clientes y vi a Wendy besándose con Jerry, rodé los ojos y reí.

Me acerque a las dos chicas que habían llegado y antes de que le preguntara que iban a pedir estas solo dijeron.

-Solo pediremos dos cafés bien cargados, y un pudin de chocolate, gracias- Me sonrieron, aunque fue más sarcástico.

Lleve el pedido y me senté en el taburete mientras esperaba que la chica que tengo por compañera me diera el pedido, me estire un poco y a lo lejos vi a un muchacho un poco alto, con un perfil bastante interesante, parpadee varias veces ya que llegue a considerar que tenía un parecido a Nicolás.

Sé que lo echo de menos, pero no estoy segura de quererlo de vuelta.

Limpie las lágrimas que amenazaban con salir y baje la mirada, buscando algo que hacer.

-Se llama Ronald, es mi hermano, si quieres te lo presento, no creo que sea obstáculo tu condición, sabes a lo que me refiero- Me hablo al oído Jerry, me sobresalte y lo mire, este me guiño el ojo.

Escuche la risa de Wendy mientras llevaba los pedidos.

-Hola Linda, ¿Por qué es que nunca te había visto?-

Stay By Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora