Tenía mi mente echa una mierda literalmente, Nicolás escucho a Ronald y aparentemente se coloco celoso, joder no es que me interese Nicolás, bueno si, Ay Dios, ¿Para que coños permitiste que volviera a hablar con él? Sabia que esto iba a pasar, hablaba con el y todo mi sistema se revolvía.
Bueno eso ocurría también con solo escuchar su nombre, quería llamarlo aprovechando que la niña se volvió a dormir, pero me siento severa puta hablar con él estando con Ronald.
A pesar de que me engañó, sigo pensando que él vale la pena, aunque peleamos, hubo celos, me enojé, lloré, pero también reí, me alegró los días como nunca nadie lo había hecho y aunque hoy no seamos nada le doy gracias.
Pero debo seguir con mi vida, aun no perdono lo que hizo, jamás lo imaginaria, lo esperaría de muchos hombres, pero jamás de él.
-¿Qué tanto piensas amor?- Ronald, coloco delante de mí, unos sándwiches, con frutas y café. Sonreí en agradecimiento ya que tenia mucha hambre.
-Solo pensaba en la plática que tuve hoy con mi tío- Me alcé de hombros y el asintió.
Era domingo por ende los chicos se levantarían mas tarde así que decidimos salir a caminar un rato
Le pregunte sobre su infancia, sus novias, esas típicas preguntas que no se le deben hacer al novio, pero hay va uno de pinche terca a amargarse la vida.
Llamó a sus padres y quedamos en vernos en el cine, lo bueno es que la bebé se quedó dormida en los brazos de Ronald así que no molestará en el cine.
Vimos Assassin's creed, estuvo buena, y el protagonista también.
-Amber, ¿Podemos hablar?- Me susurró la señora Amelia y tome el coche donde estaba la niña y comenzamos a caminar por todo el centro comercial dejando a el señor Jeremiah y Ronald comprando algo para comer.
-Sabes eres una chica muy linda, me caíste muy bien y Evaluna también, pero yo quisiera que mi hijo no estuviera con alguien que tiene pues...- Señalo con los ojos a Evaluna y sonreí.
-Había demorado en decirlo señora- Cuando estaba a punto de irme porque realmente no tenía más nada que hacer ahí.
Me tomo del brazo y la miré
-¿Amas a Ronald?- Me miro seria y asentí.
-Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de una manera perfecta a una persona imperfecta- Me alce de hombros y asintió.
-Quería que el encontrara a alguien que lo hiciera feliz, y veo que la encontró- Me sonrió y le devolví el gesto.
¿O sea que aun me quedo en la familia? Rei y seguimos caminando, le compró algunas cosas a Evaluna y regresamos a la plaza de comida.
-Cuándo crezca, ¿Me puede decir abuela?- Me miro sonriendo y asentí.
-Como quisiera que también le dijese así a mi mamá- Susurré mas para mi que para ella y nos sentamos.
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Cuando la niña por fin se durmió, y los chicos se marcharon, pude acostarme un rato mientras me preparaba mentalmente para estudiar, escuche el celular y vi que era Ronald así que conteste.
-Hola amor- Dije
-Hola bebé, estaba pensando en ir a la playa este fin de semana con toda la familia, ¿Qué dices?- Cerré los ojos un momento, paseo con toda su familia y gratis no suena mal.
-Vale Nico- Abrí los ojos al momento en que medí mis palabras.
¡Santa virgen de las papayas!
-¿Nico?-
-Lo siento amor, es que... estoy viendo una serie y el protagonista se llama Nicolás- Me sorprendí de mi misma, y la habilidad que ya tengo para mentir.
-¿Y de que trata la serie?- Fruncí los labios y pensé.
-Pues lo casual, ya sabes... la vieja lo deja y así- Me reprendí mentalmente ya que no esta muy lejos de mi realidad.
-Bueno amor, mañana hablamos. Descansa- Y colgó la llamada, aparentemente esta molesto. ¿Quién no lo estaría? Le dije otro nombre que no es el suyo, el me hace eso y como mínimo le reviento el celular en la cabeza.
Apagué todo y me acosté, estaba cansada y no físicamente porque hoy no había hecho mucho, sino de tanto pensar, en Nicolás y Ronald.
A lo mejor tenga un futuro más seguro con Ronald que empezar de cero con Nicolás, aunque ya tengamos mucha historia.
No teníamos mucho en común, nuestras edades eran distintas, nuestras maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensábamos igual, teníamos ideas muy diferentes. El era dueño de si mismo, yo solo era una niña insegura. Nuestras manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con la otra, con los dedos entrelazados y mirando una misma dirección.
Así que me llene de valor y le escribí a mi tío para que me pasara el numero de Nicolás, así que espere a que me respondiera.
Cuando sentí que el celular vibro inmediatamente lo abrí y decía:
Amber, cariño, no me gusta decir estas noticias por este medio, pero Nicolás se va a casar, pensé que lo tenias que saber. ¿Aun así quieres el numero?
Mis ojos se llenaron de lagrimas al leer ese mensaje, tal y como pensé él ya había hecho su vida, y yo tengo que hacer lo mismo, y pensando me parece inmaduro que se colocara celoso de Ronald sabiendo que se va a casar.
Tengo que olvidarme de él, así como él ya lo hizo, debo centrarme en mi hija, en su futuro.
Los días pasaban rápido, los estudios, el trabajo me tenían bien estresada no veía la hora en tomar vacaciones y perderme solo con mi hija.
Me estaba preparando para cuando vinieran mis padres, tíos y Nicolás.
Hace poco hable con Liz y me dijo hasta del mal del que me iba a morir por no haber hablado con ella antes, la verdad la extrañaba demasiado y me confirmo cuando iban a venir a la ciudad y cuantos días se iban a quedar.
Como es de esperarse los iba a ver si o si y no me contengo también tengo ganas de verlos y saber como están, ver a los niños y que conozcan a mi Evaluna.
Vendrán dentro de una semana.
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Stay By Me.
Novela JuvenilPara la sociedad le resulta difícil creer o de tan solo imaginarse a dos personas que se llevan muchos años de edad puedan llegar a enamorarse. Están acostumbrados a lo cotidiano, y si ven algo distinto suelen criticarlo, e incluso tacharlo como si...