Capitulo 29.

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Estaba en shock, no sabia que decir, como reaccionar, de mis ojos no paraban de salir lagrimas una tras otra, sin poder controlarlas, estaba ida. Mi cuerpo estaba en el hospital, pero mi mente estaba en alguna parte, lejos de aquí. Lejos de toda esta mierda.

Me imaginaba estando con mi hija, jugando, mordiéndole las mejillas y ella riendo, solo ella y yo, nadie más. En qué momento pase de tenerlo todo, a no tener nada.

Sentí como todo mi mundo se derrumbó, como todo por lo que había luchado todo este tiempo se fue a la mierda, es mi hija, la razón por la que sigo aquí, luego de lo que paso con Nicolás, ella le dio sentido a mi vida, la amo con cada fibra de mi corazón, con mi vida si se puede decir así.

Vi como una enfermera y un doctor llamaba a Ronald, estaba preparada para las malas noticias, no los mire mientras hablaban con él, sabía que todo al final se iría a la mierda.


-Amor- Escuche la voz de Ronald, y debatí entre mirarlo o no. A la final termine mirando y me levante como pude.

Me acerque a ellos, limpiando mis lagrimas y sin pronunciar una palabra.

-Buenas tardes señorita Amber soy el doctor Matías Gonzales- Extendió su mano y la estreche por educación.

-Lamentamos decirle que la Señora Sofia Blanco, acaba de morir a raíz de las graves lesiones sufridas-


Baje la mirada y solo comencé a caminar, alejándome de ellos, alejándome de todo lo que me estaba pasando, escuchaba a lo lejos la voz de Ronald, espero que entendiera que quería estar sola, quería llorar y sacar todo esto que tenia reprimido.

Me senté en el piso del hospital, luego de haber caminado, estaba demasiado frio y una enfermera me advirtió de las enfermedades que podía contagiar por estar aquí sentada, pero que mas da, dos de mis más grandes amores están muertas, y el resto de mi familia esta agonizando, si no es que ya murieron.

Subí mis piernas, y coloqué mi cabeza en ellas, mi pecho dolía, me estaba quemando poco a poco, y mis lagrimas no tardaron en salir.

Se que no es bueno callar lo que estoy sintiendo. En algún punto, tarde o temprano, terminare estallando de la peor forma, sino es que ya lo estoy haciendo. Lo que se siente se tiene que decir sin anestesias ni pausas. Cuando te agachas y soportas todo, solo te estas lastimando a ti mismo. No hay cosa mas bonita que llorar hasta que poco a poco el alma descanse y se sienta mejor. No podemos ser fuertes siempre. No es posible ni saludable.


Sentí una mano en mi hombro y levanté mi vista, vi que era una señora. Limpié mis lágrimas y sonreí como pude.

-¿Puedo saber porque lloras?- Dijo nerviosa y tenia ganas de volver a hundir mi cara en mis piernas, pero en vez de eso la mire.

-Mi hija y mi madre acaban de fallecer- Mi voz se quebró y me abrazo.

-Con el favor de Dios, ellas tienen que estar en su presencia- Susurro a mi oído y me aferre a ella, aunque no sabia quien era, al menos se preocupó por mí.

-¿Por qué tenía que llevárselas ahora?- Solloce.

-Los planes de Dios son perfectos, el les da las peores batallas a sus mejores guerreros-


Seguía llorando hasta que sentí que no podía derramar otra lagrima y me separé de ella.

-¿Usted por que esta aquí?- Me limpie las lagrima y la señora saco de su bolso unos pañitos y me los regalo, le sonreí en respuesta.

-Mi hija esta en coma- Baje la mirada y ella sonrió.

-No creas, a veces siento que muero por dentro, pero sé que Dios hará que ella salga de esto, ella es como tú, son mujeres fuertes- Me guiño el ojo.


Vi a Ronald y cerré los ojos, apoyé la cabeza en la pared, ese hombre ahora es una máquina de malas noticas en estos momentos, no es por ser cruel, pero no quería verlo.

Una vez se acercó, saludo a la señora y luego me miro.

-Me angustié por ti y vine a buscarte, los doctores no han dicho nada acerca de los chicos- Me miro preocupado y le sonreí de manera forzosa.

-Bueno cariño, fue un gusto hablar contigo, nos vemos otro día y en otra circunstancias- Me dio un beso en la mejilla y Ronald la ayudo a levantarse.

-Wendy y Jerry están aquí- Cerre los ojos y fruncí los labios.

-¿No quieres verlos, verdad?- Alzo sus cejas.

-Quiero estar sola, si sabes algo no dudes en decírmelo, por favor- Lo mire y este asintió.

-Mi sentido pésame- Coloco su mano en mi brazo y se levantó del suelo.


Veía a todos correr, a los doctores gritar cosas que no entendía, a mujeres llorar desconsoladamente, hasta caer al suelo. La vida aquí es una porquería, no toleraría ser doctor.

Saqué mi celular y sonreí al ver a Evaluna, la tenia a ella y a Nicolás de fondo de pantalla. El la tenia cargada, mientras le daba un beso en la mejilla y ella tenia una gran sonrisa, es una de mis fotos favoritas, ya que fue sin planear, Eleonor solo la tomo y capto ese momento tan hermoso.

Los recuerdos inundaban mi mente una y otra vez, sin parar. No sabia como detenerlos, mi mente me esta matando, los recuerdos me están haciendo sufrir en todo el sentido de la palabra. Sentí como si mi corazón se fuera a detener, caía lentamente, estaba fuera de mi misma, veía como Ronald corría hasta mí, gritando mi nombre, hasta que todo se volvió borroso y no recuerdo mas nada.


23:37pm.


Mi cabeza me dolía, y mi pecho seguía comprimido, ¿todo había sido un sueño? Fui abriendo poco a poco los ojos y la luz penetro fuertemente mis ojos haciendo que los volviera a cerrar, hasta que escuche la voz de Ronald.


-Todo esta mal, no quiero darle esa noticia a Amber, ya de por si esta sufriendo demasiado- Así que opte por cerrar los ojos y seguir escuchando.

-¿Ahora que paso?- Logre reconocer esa voz, era de Wendy.

Mi cuerpo me dolía bastante, y no podía moverme.

-Luego de cuatro horas que la estuvieron atendiendo, Liz murió. Alejandro, Jade, Sergio, y Jared están medianamente bien, se encuentran en algún piso de este edificio, los demás están en cuidados intensivos-

Y de repente ya no quería despertar y enfrentar todaesta mierda. 


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