Stay By Me.

Capítulo 1.

-¡Mira Gérard Antonio de las concordias Pancracio!- Gritó mi tía Liz, solté una pequeña risa al escuchar ese nombre tan horrible, me giré solo un poco de la ventana para verlos.

Estaba en su casa ya que mis padres salieron y no querían dejarme sola.

-Uy que nombre tan horrible, al saber ese nombre, ¿Por qué no te suicidaste con el cordón umbilical?- Dijo Eleonor riendo.

-Ese no es mi nombre- Entrecerró los ojos un poco molesto Gérard.

Me levanté y tome a Jade del sofá, se quedó dormida mientras jugaba a las muñecas.

-Déjala ahí, Tía Amber, se ve tan tierna- Dijo Sergio, pero ya era tarde, tenía a Jade en mis brazos para poder llevarla a la cama.

La voz del pequeño Sergio hizo que todos guardaran silencio y lo miraran con ternura.

-Own, lo escuchara Jared- Dijo Eleonor mientras le daba la comida a Sebas.

-Me mata a mi hijo- Dijo riendo Gérard y salió con el pequeño.

-Se salvó de su regaño, ni tan bobo es- Dijo Siane riendo, mientras me acompañaba al cuarto.

Eleonor me trajo a mi casa, extrañamente estaba un poco callada, al igual que Siane y yo, y no las culpo los aires de Chile a veces suelen bajar el estado de ánimo.

Todo tan nublado, es una porquería, necesito el calor de California, quemarme y quedar negra.

Me despedí de las chicas y los mellos, y por fin llegué a mi casa.

Mis padres me escribieron, luego de media hora llegarían, me estaba acostumbrando a estar sola en la casa hasta las cinco de la tarde, aunque en ocasiones la odio sentir tanta paz, y me traigo a uno de los mellos.
Liz me discute porque cree que los prefiero a ellos, pero la cuestión es que, ellos viven más cerca.

Hace una semana entré a la Universidad a estudiar psicología, y la verdad me siento emocionada, aunque los chicos dijeron que era normal, síntomas de primíparas, que con el tiempo voy a querer suicidarme.
Ese apoyo que me brindan ellos, es único.

Para mi sorpresa Eleonor me estaba dando clases, Historia de la psicología para ser exactos, y jamás pensé decir esto pero, en la escuela era un amor en cambio en la Universidad es una perra sin corazón.

-¡Perraaaaa!- Escuché la voz de Siane en la sala, rodé los ojos y Sonreí, me levanté de la cama y me coloqué las sandalias.

-Me respetas a la niña- Escuche la voz de Nicolás y pare en seco.
Verga, Nicolás está aquí.

Comencé a dar giros por el cuarto, hasta que por fin encontré un espejo, me peine, y me eché un poco de lápiz labial, pellizque levemente mis mejillas para que tuviera un poco más de color.

-Mi rispitis i li niñi, Marica- Escuche a Siane, y reí.
Cuando por fin llegue a la sala, miré a Nicolás y mis hormonas explotaron.

Se veía jodidamente hermoso, cuando se percató que lo estaba mirando me guiñó el ojo y me sonrió.

Me quede idiotizada, creo que lo que no tengo se me paro.
Tenía una musculosa negra, un pantalón gris y unos zapatos del mismo color.

Me acerqué a él y lo besé, este sin perder tiempo me tomó por la cintura apretándome más a él.
La verdad es que lo extrañaba demasiado, no lo veía hace cinco días para ser exactos, tanto su trabajo como estar en la Universidad nos ha quitado tiempo para vernos.

-Te extrañé, enana- Susurró a pocos centímetros de mis labios.

-Yo también idiota- Besé de nuevo sus labios, hasta que sentí que alguien se interponía entre las piernas de él y yo.

-Sueta sueta a mi Tía, Bobo grandulón- Miramos hacia el suelo y era Sebastián golpeando la pierna de Nicolás.

-Por esta y más razones amo a Jade- Rodó los ojos Nicolás y le sacó la lengua.
-Ella es mía oíste- Frunció el ceño y se acercó a saludar a mi tío Jared.

Levante a Sebas y le daba besos por todo su rostro, este solo reía a carcajadas.

-¿No quieres saludar a Siane?- Lo miré y este negó.

-No me pases a ese engendro, mi favorito es Sergio y la otra enana- Dijo mientras pasaba los canales y subía los pies en la mesa.

-Tan hermosa como siempre, ¿No que Eleonor es tu mujer?- Dijo Sarcástico Jared.

-Pero la amo a ella, a sus hijos no tanto- Nicolás y yo reímos.

-Debes quererla con todo lo que lleva consigo- Le guiño el ojo el castaño, ya un poco molesto.

-Yo soy la excepción a esas reglas- Dijo en tono burlón y le guiño el ojo.

Cuando el castaño le iba a responder, lo interrumpí antes de que siguieran discutiendo.

-¿Y Eleonor?- Le pregunte y este rio.

-En la casa, no pudo venir porque está preparando la clase de mañana- Se alzó de hombros y se sentó en el sofá.

-Mañana ya es lunes, que asco- Dijo Nicolás en forma de puchero y reí.

-Bájame bájame bájame- Comenzó a moverse bruscamente Sebastián y lo miré.

-Bájalo- Dijo Nicolás y reí, este salió corriendo hasta donde estaba su papá.
Nicolás me tomó de la mano y me halo para salir de la casa.

-¡No se demoren que Alejandro está que llega!- Gritó Jared y los dos reímos.

-Todavía no se pierden las buenas costumbres- Dijo Nicolás en tono burlón y reímos.

Entrelazamos los dedos y caminamos un buen rato, hablamos de la Universidad, de su trabajo, hasta de nuestros padres.

Pasamos por un Starbucks y compró dos Capuchinos y un pudin para mí.

-Así que lo mandé a comer verga- Dijo mientras tomaba de su capuchino.
Lo miré, entrecerrando los ojos y reí.

-Deberías moldear ese vocabulario amor- Partí un el pudin y lo obligué a que se lo comiera.

-Soy colombiano, es prácticamente imposible- Se alzó de hombros y rodé los ojos.

Me coloqué al lado de él y me abrazó por los hombros, mientras me susurraba cosas o me hacía cosquillas.

-Estamos en un lugar público idiota, vamos a controlarnos- Lo miré y este negó.

-Que se controlen ellos, nosotros no- Besó mis labios para luego morderlos.
Me miró solo unos segundos, y sonrió, fue un poco incómodo y como resultado de eso, me coloqué roja.

-Y una cosa puedo jurar: Yo, me enamoré de tus alas, jamás te las voy a querer cortar- Le Sonreí y volví a besarlo, ahora la que no se podía controlar era yo.
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Hi my little lovers 😍

Espero que les gustara el capítulo 😏

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All the love ✌

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