Capítulo 11.

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Pasaron los meses y mi barriga ya se estaba expandiendo como era de esperarse, seguía trabajando en aquel local pero ahora tiempo completo para poder pagar la renta de mi pequeño apartamento.

Mis tíos y Wendy van a visitarme casi todos los días, la chica a veces se queda a dormir allá para asegurarse de que esté bien.

Ronald no se queda atrás, cada que puede me trae pizza, o hamburguesas, seguidos de cumplidos un poco locos que me hacen reir, pero a Jerry sólo le causan molestia.

No me ha ido tan mal cómo creía, luego de un año después de tener a mi bebé, mis tíos y yo tenemos planeado que deba volver a la universidad ya que no viviré siempre de lo que me den en ese trabajo.

Mis tíos junto a Gérard acordaron que podían pagarme la universidad, pero les aseguré que sólo será el primer semestre ya que me quiero esforzar un ganarme una beca.

-¿No te aburre estar aquí todo el día sin hacer nada?- Miré a Ronald y este estaba muy entretenido viendo la televisión.

-Sí, no sé porque Jerry quizo darme el día libre- Me senté al lado de él en el sofá.

-Porque quiere darle duro a Wendy sobre todas las mesas del local- Me miró y yo lo miré perpleja.
El castaño soltó tremenda carcajada y enseguida supe que lo decia jodiendo.
-Amor, ayer trabajaste mucho y a todos nos dió miedo que Amber junior se saliera antes de tiempo-

Me miro tan serio que sólo me tocó asentir.
Este pasó su brazo por mis hombros y me trajo hasta él.
Desvío su vista de mí y los dos nos fijamos en la película que estaba viendo; "Son como niños". Nunca me la he terminado de ver.

Y por lo que veo es la favorita de Ronald, ya que siempre se carcajea.

Me levanté para prepararme un café, llegué a la cocina y el castaño sólo gritó: "El café está en una taza azul, lo preparé cuando llegué".

Frunci el ceño y busqué la taza, efectivamente ahí estaba el amor de mi vida.
Tome un sorbo y Sonreí. Estaba delicioso.

Me Apoyé en el mesón y lo miré, tiene bastante parecido a Nicolás, a excepción que el tiene los ojos color miel, la nariz fileña, las manos un poco más gruesas.

-Si te pagaran por verme, amor, ya serías millonaria- Me guiñó el ojo y reí.

-Tu si eres idiota- Me volví a sentar y este me quitó la taza.
-¡Hey!- Me la devolvió antes de que lo golpeara.

Apagó la televisión y me pareció extraño ya que la película no habia acabado.

-¿Yo te gusto porque me parezco al idiota de tu ex?- Me miró fijamente y me removi en el sofá un poco incomoda.

-¿Por qué dices que me gustas? Y si empiezas con tu estúpido ego, juro que te hecho el café encima- El sólo rió al ver mi expresión un poco molesta.

-Pues, han pasado varios meses desde que nos conocimos y me he dado cuenta que te coloco nerviosa, que me miras mucho y quien no o sea soy hermoso- Arquee una ceja y gruñi este alzo las manos.
-Wendy me dijo que preguntas mucho por mí y que sueñas con que un dia de estos llegue a tu cuarto mientras tu apenas tienes ropa interior cubriendo ese sexy cuerpo, te tome de las caderas y te estrelle contra la pared, mientras te miro con deseo y te doy un beso salvaje mientras te agarro una nalga y tu rasguñas mi espalda- Abri la boca ante ese comentario, o sea no es que haya pensado eso antes, si no ante la imaginación de este chico.

-Creo que tu si lo piensas- Reímos y este pellizco mi mejilla.

-De igual manera yo puedo ayudarte a superar a tu ex- Me sonrió picaro.
-Y si no, yo esperaré el tiempo que creas necesario para que algo suceda- Sonreí y asentí.

Terminamos de ver la película y este se fué ya que tenía que hacer algunas cosas en la cafetería.

Tomé una ducha y aún pensaba en las palabras de Ronald, creo que ya pasó mucho tiempo como para que yo ande pensando en Nicolás, y fijo el ya tiene otra chica, novia, amante, lo que sea.

Creo que es tiempo de que yo me de una oportunidad con un chico, en este caso Ronald.

Salí de la ducha y me coloqué una batica, me gustaba ya que hacia notorio mi embarazo, cada que podía le hablaba, o acariciaba mi vientre.

Como quería que mis padres estuvieran aquí, pero no creo que sea bueno ponerme a llorar, aún es muy temprano.

Un Martes a las 17:30pm, sola en un apartamento a veces es muy deprimente.

Mi tío Gérard me llamó y hablamos de diversas cosas, su trabajo, el mío, la bebé, y los chicos.
Creo que me deprime hablar de ellos, los extraño cada día.

Cuando colgué la llamada decidí prepararme algo, como tenía demasiada flojera, sólo me preparé tres sandwich y ya tenía jugo de mango en el refrigerador.

Me senté en el sofá y coloqué en plato en el estómago, lo que amo de estar embarazada son estas ventajas que tengo.

Escuché la puerta abrirse y eran Wendy y Jerry.

-Hola Hola- Saludaron y se sentaron junto a mí.

-Hola pequeña Amber Junior- Dijo Jerry y rode los ojos.

-Se llama Evaluna- Ni se molestó en mirarme sólo se alzó de hombros.

-Como no me gusta ese nombre, le digo Amber Junior- Reímos.
-Por cierto aquí te manda Ronald- Me extendió una bolsa y me quitaron los sandwich.

Abrí la bolsa que tenía el logo de Mcdonald's y Sonreí.

Dentro de ella había una pequeña nota y la abrí.

"Cuando iba a la cafetería pasé por un pequeño local de Mcdonald's, y recordé cuánto amas las hamburguesas, asi que no dude dos veces, bajé del auto y te compre tres hamburguesas, espero que Evaluna y a ti les guste, Te Quiero."

Sonreí como idiota y escuché la risa de los chicos.

-Mañana tenemos pijamada aquí, oís- Me miró Jerry y asentí.
-Asi que como mi hermano te mandó comida espero que no te molestes que nos comieramos tus sandwich- Reímos.
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