Siento que sin ti nada es igual, y siento que contigo ya no será lo mismo.
Hicimos mal en juntarnos, y más mal en rompernos.
Santiago de Chile.
-Amber-
No sabía dónde estaba, cuánto tiempo había transcurrido, ni mucho menos como se encontraba Nicolás.
Lo único de lo que tengo conocimiento es que me duele todo el maldito cuerpo, mi cabeza va querer explotar en cualquier momento.
Podía escuchar voces muy lejanas, por ende no podía descifrar que decían o incluso de quienes provenían.
Poco a poco comencé a abrir los ojos, y me di cuenta que estaba mi mamá y Eleonor, ellas aún no se percatan de que desperté parecen muy concentradas en algo que ven en su celular.Cerré los ojos y volví a dormir.
-Papa noél, papa noél, viejo desgraciado me trajiste los regalos del año pasado... - Escuché cantar a Eleonor y contuve la risa.
-¿Por qué cantas eso?- Abrí los ojos, y ahora estaba Jared, no tengo la menor idea de donde se metió mi madre, o al menos a qué hora se fue.
-¿Que te trajo el año pasado?- Hablé casi en susurro y los dos giraron a verme.
-Llama al doctor- Le dijo Eleonor a Jared y el pelinegro de inmediato salió de la habitación.
-¿Cómo te sientes?- Me alce de hombros y le Sonreí débilmente, me sentía cansada y con más ganas de dormir.-Bien- Dije en un susurro y ella posó su mano en mi cabeza.
Escuchamos cuando abrieron la puerta, no hice ni el más mínimo esfuerzo por percatarme de quien se trataba.-¡Amber!- Escuché a mi madre, mientras se sentaba en la cama y tomaba mi mano.
-Mi niña- Sollozó, la miré de reojo y Sonreí.-Nicolás, ¿Cómo sigue?- Las dos se miraron, hicieron una mueca en sus labios.
El doctor llegó junto a Jared y comenzó a hacerme múltiples preguntas y examinarme.
No prestaba mucha atención a lo que él estaba haciendo, Nicolás me tenía muy preocupada, al mismo tiempo tengo miedo de que su padre le llegara a hacer daño de nuevo.Miré el reloj y marcaba las 18:20pm.
Solté un suspiro.
Mi padre llegó, nos estuvo contando que ya el señor Ángel estaba preso, puesto que en los pasillos del hotel habían cámaras, eran pruebas suficientes para llevarlo a la cárcel.
Abrí los ojos al escuchar la puerta abrirse de nuevo, pensé por un momento que se trataba de Liz, y por fin alguien se resigne a decirme el estado de salud de Nicolás ya que ni Eleonor, Jared, mi mamá y mi papá me quieren decir.
-Como lo siento- Sollozó la voz de una mujer que recién conozco, se trataba de la mamá de Nicolás, Amalia, la señora un poco avergonzada y con ojos llorosos se acercó a la cama, acompañada de otra señora, muy parecida a ella ¿Será su mamá?
-Estoy bien- Le Sonreí, hice un leve intento de levantarme pero mi pierna me dolía, creo que una patada en la teta es menos doloroso que esto.
Mi papá de inmediato se levantó y vino a ayudarme.
Cuando por fin me senté las miré.-Ella es mi mamá, Angélica- La señora me sonrió y me extendió la mano, mientras me sonreía.
-Mucho gusto, Angélica-
-Amber- Le Sonreí y soltó mi mano.
-Qué pena que nos conozcamos en estas circunstancias- Torció su boca.
-Yo le dije a ella que ese tal Ángel de bueno solo tiene el nombre- Rodó los ojos y solo Sonreí.-Mamá, no es hora para regaños- Se sentó en mi cama y me miró.
-Te traje comida- Señaló la mesa que tenía al lado.
-La de aquí es asquerosa, pregúntale a Eleonor- La miré y estaba muerta de la risa.-Es verdad, solo quería probar un poquito de tu comida y terminé vomitando- Acarició su estómago y reímos.
Estuvimos hablando bastante tiempo, la señora Angélica es un poco imprudente a decir verdad, pero a la vez graciosa todas las penas que le ha hecho pasar a sus hijos y nietos han sido increíbles.
Eleonor y mi mamá no paraban de reír, y eso hacía que la señora siguiera contando más historias, mi favorita es cuando hizo pasar pena a Siane, ella miraba a un chico que le parecía atractivo y la señora Angélica se dio cuenta, esta mientras reía le dijo al muchacho que su nieta gustaba de él.
Las horas transcurrían lentamente, en la habitación sólo quedó Eleonor, Liz y la señora Angélica, puesto que los demás se fueron a comer algo.
-Papa noél, papa noél, viejo desgraciado me trajiste los regalos del año pasado, papa noél se fue a ensuciar, se limpió con un papel, el papel tenía letras y el jopo aprendió a leer- Cantó Eleonor y esta vez no aguante la risa, al igual que yo, Liz escupió toda el agua encima de ella mientras reía.
-¡Asquerosa!- Le gritó la castaña mientras se secaba.
-Quien te manda cantar eso- Rio.
Mire a la señora Angélica y esta miraba a la chicas riendo.
-Ustedes no son normales- Negó.
-¿Y tu marido? Porque veo que estas embarazada, así que supongo que tienes marido- Arqueo una ceja y las volví a mirar.-Sí, pero Gérard y Sergio se fueron un momento a la casa a cambiarse- Dijo Liz.
-¿Tienes dos maridos?- Abrió los ojos sorprendida, Eleonor y yo reímos.
-Sí, puede creer, cambia Liz cambia- Seguía riendo y la castaña la golpeó en el brazo.
-Gérard es mi esposo, y Sergio es mi hijo- Dijo rondado los ojos y la volvió a golpear.
-¿Y a mí por qué no me pregunta si tengo marido?- Dijo Eleonor mirando a Angélica mientras se cruzaba de brazos.
-Porque te puedo venir tu anillo de compromiso- Reímos y ella solo se alzó de hombros.
Jugaba con mis dedos para tratar de calmar mis nervios, quería preguntarle sobre el estado de Nicolás, nadie me ha dicho nada y no quiero pensar que está muerto.
-Señora Angélica una pregunta- Dije titubeando, la mujer quitó su mirada del televisor y asintió para que prosiguiera.
-Nicolás, ¿Cómo está?-Las chicas la miraron, como rogándole que no dijera una sola palabra, es estúpido porque tarde o temprano lo voy a saber, así que ella solo soltó un suspiro.
-En estado de coma-
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Stay By Me.
Teen FictionPara la sociedad le resulta difícil creer o de tan solo imaginarse a dos personas que se llevan muchos años de edad puedan llegar a enamorarse. Están acostumbrados a lo cotidiano, y si ven algo distinto suelen criticarlo, e incluso tacharlo como si...