Capítulo 25

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Bueno, hemos cumplido el primer reto, 40 comentarios en el capítulo 22, así que disfrutad de estos dos capítulos. Recordad que aún quedan dos retos pendientes, 40 votos en el capítulo 24 o 100 seguidores en mi cuenta de Wattpad.

No tenía ni idea de dónde estaba, sólo sabía que se sentía dolorida, que su cara ardía con el recuerdo de los golpes que había recibido y que su cuero cabelludo escocía como si le hubiesen arrancado todo su pelo de raíz

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No tenía ni idea de dónde estaba, sólo sabía que se sentía dolorida, que su cara ardía con el recuerdo de los golpes que había recibido y que su cuero cabelludo escocía como si le hubiesen arrancado todo su pelo de raíz. Estaba tremendamente cansada y, cuando trató de mover sus brazos, se encontró con que estaba atada a una silla, tanto sus manos como sus pies, de manera que no podía moverse de donde estaba.

Fue entonces cuando se acordó. Había salido de Moscú unos cuantos días antes, cuando Devlin había ido a verla y le había pedido que se escondiese. Había llegado hasta París y ya estaba libre de sospecha, hasta que uno de sus contactos le informó del tiroteo que había tenido lugar en medio de las calles de Moscú, donde estaban implicados su hermano, Arisha y Alexey. En ese momento de locura, pensó que era mejor que volviese a la ciudad, donde podría ser de ayuda. Era obvio que no había pensado en las consecuencias que tendría lo que iba a hacer. Cogió un avión rápidamente y volvió al aeropuerto de la ciudad.

No pasaron ni diez minutos desde que salió del aeropuerto cuando alguien tapó su cabeza y la metió a un coche. Dentro de él la destaparon. No veía nada de la ciudad desde aquel coche, pero sí veía a quien estaba dentro de él, que quería claramente que la viese. Iván. Mierda, Iván.

—¡Lena, querida, cuánto tiempo! —La voz de él sonaba con un falso entusiasmo que a la joven, a pesar de ser valiente, le asustó considerablemente, nunca era bueno encontrarse frente a frente con Iván y muchísimo menos en aquel momento, según como estaban las cosas—. Nunca deberías haber vuelto a la ciudad —ahora sí sonaba como era él, peligroso, lleno de rabia—. Por tu culpa ahora vamos a capturar a Arisha Vólkova y también mataremos a Alexey y a tu querido hermano. Nos has dado la oportunidad que esperábamos desde el principio, porque a los tres les importas y no van a dejar que te matemos. Aunque, claro, no te librarás de ello de todas maneras.

Iván sonrió con malicia, para después alzar la mano y asestar un tremendo puñetazo sobre la cara de la joven, haciendo que un gran chorro de sangre saliese de su nariz y labio.

Iván sabía que ahora sí tenía una oportunidad de capturar a la gente que buscaba, aunque tenía perfectamente claro a quien quería capturar. Sonrió con superioridad, mientras veía como Lena temblaba de miedo y también de dolor. No iban a tener piedad con ella y sabía perfectamente que iba a sufrir, aunque aquello no le importaba en aquel momento, sólo podía pensar en que, por fin, después de muchos años, iba a tener la venganza que había buscado.

Sin decir ni una palabra más, ni él ni Lena, llegaron al lugar donde pensaban mantener a la joven, que ya cuando llegó se veía demacrada, aunque nada en comparación con lo que le esperaba, eso estaba claro.

Sacaron a la chica del coche, llevándola de mala manera, arrastrando su cuerpo por el suelo, hasta una habitación oscura, sucia, que olía a humedad y entonces la sentaron en una silla, atando sus manos y sus piernas a la misma. Le tiraron un jarro de agua por la cabeza y le hicieron mirarles, mientras metían sus pies atados en un cubo de agua, aquello dejaría pocas marcas. Entonces entraron en la habitación Iván y Dasha, acompañados de una joven morena con cara de odio que no tenía ni idea de quien era, pero que no auguraba nada bueno.

—Bien, Lena. Ahora llegó el momento de hablar. Sufrirás igual, pero si hablas rápido, sufrirás menos tiempo.

Dasha era la que había hablado y Lena la miró incrédula. Aquella había sido una joven adorable cuando la había conocido, mucho tiempo atrás y ahora parecía una maldita psicópata. Cerró los labios con fuerza, dando a entender que no pensaba hablar y mantuvo su vista fija en las tres personas que la miraban. Sin esperarlo, un puñetazo nuevo se le vino encima, procedente de Dasha, que consiguió romper su ceja derecha, sangrando como si hubieran abierto un grifo en medio de su cara.

—Cuéntanos qué fue lo que le contaste a Devlin cuando habló contigo, querida, será lo mejor para ti —en esa ocasión fue Iván el que habló, pero Lena se mantenía en silencio, aguantando sin lanzar ni un solo grito en dolor.

Iván negó con la cabeza e introdujo un cable pelado en el cubo de agua en el que habían introducido los pies de la joven, haciendo que la corriente traspasara el cuerpo de ella, pero sin llegar a dejar que aquello acabase con ella. Lena rió fuertemente, sacando ganas de donde no las había y clavando sus preciosos ojos, aunque cansados, en ellos y negó con la cabeza.

—Nunca diré nada, podéis matarme si queréis, pero no diré nada.

Alguien le lanzó una foto y los tres rieron con fuerza, riéndose con verdadera diversión, mirándola.

—Ya estás muerta, Lena, lo que tú decides es cuánto vas a sufrir para morir —ahora era la joven morena que no conocía la que hablaba, que se acercó a ella y le arrancó un gran mechón de pelo, teñido de la sangre que caía de su rostro y después le dio un fuerte puñetazo en la cara, dejándola inconsciente.

—Ahora vámonos, no tiene sentido que la hagamos daño si ella misma no puede sentirlo.

Iván habló nuevamente, mientras los tres salían de aquella especie de celda donde la habían metido. Mandó a Dasha a enviar el paquete que contenía el mechón de Lena con la nota que él mismo le dictó y también le envió un mensaje a Devlin con la foto que le habían sacado a Lena y se retiró para hablar por teléfono con alguien que no quería que nadie le escuchase.

Llamó y esperó a que le cogieran el teléfono, lo cual no se demoró mucho. Una divertida voz de mujer le contestó al otro lado.

—¿Cuánto ha sufrido la niñata? —La voz de mujer sonaba distorsionada al otro lado del teléfono, de manera que ni el propio Iván sabía con quién estaba hablando, lo cual conseguía ponerle de mal humor.

—No lo suficiente aún, pero créeme, lo hará. Tampoco ha hablado, como todos esperábamos.

—Ni hablará, pero eso da igual, haced lo mismo que haríais si esperaseis que hablase, eso no le gustará nada a Devlin y tampoco a Arisha.

—De acuerdo.

—Esta vez ya casi les tenemos, no lo estropees.

Acto seguido, el teléfono se colgó e Iván se acercó al lugar donde estaba Lena, que acababa de abrir los ojos después del poderoso golpe que le dio le morena. Cuando vio que tenía los ojos abiertos, sonrió con malicia y entró él sólo en la habitación. Cruzó sus brazos delante de ella y la miró fijamente mientras veía la mirada de odio que se instalaba en los ojos de Lena.

—Bien, querida, me han ordenado que te haga hablar, de manera que eso es lo que haré. Recuerda que tú eres la que has elegido este camino, podías haber hablado desde el principio.

Rió suavemente y estrelló su puño de lleno contra el estómago de la joven, dejándola sin respiración, para luego asestar una serie de golpes a lo largo de su cuerpo, haciendo que, después de varios golpes, la joven comenzase a gritar. Iba a romper cada uno de los huesos de su cuerpo y ambos lo sabían perfectamente.

¡Hola! Este es el primer capítulo, ¡espero que os haya gustado! ¡Comentadme que os ha parecido y no se os olvide votar! ¡Besos!

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