Capítulo 47

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De nuevo en la actualidad, en aquella casa abandonada

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De nuevo en la actualidad, en aquella casa abandonada...

Arisha miró a Devlin como si no entendiera lo que estaba diciendo, ¿qué quería decir aquello de que no tenía pulso? No estaba muerto. ¿Cómo iba a estar muerto Alexey Ivanov? Era imposible. Seguramente no lo habría mirado bien.

Mientras en la cabeza de la joven se sucedían aquellas preguntas, Fyodor se levantó del suelo, donde había permanecido inconsciente un rato largo, mientras se desarrollaba toda la confesión de Ilya. Todos le habían dado por muerto. Al mismo tiempo, Frederik, uno de los guardias de los francotiradores de fuera entraba a toda prisa por la puerta que daba a las escaleras, cubierto de sangre. Era el único que había conseguido sobrevivir a la masacre que estaba sucediendo fuera mientras ellos hablaban con Ilya.

—Tenemos que irnos de aquí. Nos están esperando fuera. La única vía que tenemos es salir por donde entrasteis, por el búnker y hay que hacerlo ya. Todos los que están fuera han muerto. Tu hermana también, Devlin, Olya la mató. Lo siento, no pudimos hacer nada. Su cabeza está clavada en una estaca en la entrada de la casa, cortesía de Olya —dijo con frustración en la voz. Todo les había salido del revés, lo único que habían conseguido era matar a Ilya pero era muy probable que todos ellos muriesen por aquello.

—¿Cómo? ¿Lena ha muerto? —Pronunciaron a la vez Arisha y Devlin.

Arisha no podía más con las emociones, Alex estaba muy mal si es que no estaba muerto y Lena estaba definitivamente muerta. ¿Cómo había podido torcerse todo? Además de todo el resto del equipo. Entraron muchos y sólo quedaban en pie ya cuatro de ellos. Eso no era lo que habían pensado. No contaban con que vendría más gente de fuera una vez que hubiesen atacado.

—Así es, lo siento...

Justo mientras aquellas palabras eran pronunciadas, un fuerte golpe sonó contra la casa, probablemente proveniente de un arma de gran calibre, que hizo temblar los cimientos de la misma.

Sin pensarlo dos veces, Devlin se puso en pie, cogiendo a Arisha de un brazo para que lo acompañase, pero la joven se quedó quieta en el lugar, mirando a un pálido Alexey en el suelo.

—No me iré sin él, Devlin.

—Arisha, es muy probable que esté muerto y, aunque estuviese vivo, ¿cómo piensas escapar de aquí cargando con él?

La joven se mantuvo clavada en su lugar mientras Devlin se desesperaba, la casa temblaba cada vez con más violencia, señal de que, al ser una casa vieja, iba a empezar a desmoronarse en poco tiempo.

—He dicho que no me voy sin él, Devlin —la joven dijo aquello en un leve susurro, pero cargado de autoridad.

Devlin se pasó una mano por el pelo, siseando furioso e hizo un gesto a Frederik para que se acercara. Entre los dos cargaron el cuerpo inerte de Alexey, de manera que Arisha reaccionó y empezó a andar escaleras abajo, cojeando levemente debido a la herida de su pierna mientras la casa continuaba temblando y algunas de las vigas comenzaban a caer.

La voz del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora