Capítulo 29

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He llegado a los 100 seguidores, lo que quiere decir que allá voy con el maratón de tres capítulos. Mis neuronas explotarán, pero... Lo prometido es deuda. ¡Espero que os gusten los capítulos! Besos.

 ¡Espero que os gusten los capítulos! Besos

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Iván estaba de nuevo en su hotel. Una vez más, los cigarros se consumían a pasos agigantados en sus labios, estaba nervioso. Siempre había sido implacable, siempre había conseguido todo aquello que le habían ordenado desde arriba. Hasta entonces. En el momento que dejó escapar a Arisha supo que no iba a librarse de las represalias, pero le dio lo mismo, debía salvar a aquella muchacha. Durante todos los años anteriores se había convencido a sí mismo de que tenía que matarla, de que estaría mejor muerta. La había perseguido y había puesto todos sus esfuerzos en capturarla de cualquier manera para poder hacerla sufrir. Había imaginado en su cabeza mil formas de hacerlo, había planeado con detenimiento cada sufrimiento que causaría a su cuerpo. Y, cuando la tuvo delante, cuando podía haberla capturado después de tantos años, sencillamente no pudo, no pudo hacer otra cosa que dejarla huir, que intentar que se salvara. Ilya lo castigaría duro por aquello, estaba seguro, pero no podría matar a Arisha ni aunque no hacerlo supusiese su propia muerte.

Su teléfono sonó a su lado, un estridente sonido dentro de la quietud y el silencio que le rodeaba. Miró hacia él y, cuando vio "número privado" en su pantalla, suspiró pesadamente. Había llegado el momento. Descolgó el teléfono, sin decir ni una sola palabra, esperando que hablaran al otro lado de la línea, lo cual no tardó en producirse. La helada voz de Ilya le reclamó.

—Iván. Has dejado escapar a mi hija —el hombre había puesto énfasis en la palabra "mi" y a Iván le recorrió un escalofrío.

—No. Ella me golpeó, entre ella y Lena consiguieron dejarme fuera de combate —puso en su voz la mayor rabia de la que fue capaz, tratando de hacer creer al otro hombre que lo que había pasado no había sido culpa suya. Tenía que intentarlo al menos.

—No mientas. Ellas dos no habrían podido con uno de los mayores asesinos que caminan por la tierra en este momento. Además, ni lo intentes, sabes que te vieron, sabes que te vieron dejarlas escapar, a ambas.

Iván enmudeció al otro lado de la línea. ¡Joder! Había intentado que nadie lo viera, sabía perfectamente que Ilya no estaba solo, lo había sabido desde el principio y rápidamente había conseguido identificar quién era la ayuda de él, ¿quién lo iba a decir? Al descubrirlo se sorprendió mucho. Oyó un suspiró proveniente de Ilya y tragó saliva fuertemente.

—¿Qué voy a hacer contigo? Ni siquiera entiendo por qué has intentado siquiera salvarla. Está condenada desde el mismo momento que nació y tú mejor que nadie sabes por qué. Ella no debería estar en este mundo y yo no voy a permitir que lo esté. La pillaré, Iván, por todos los demonios que lo haré. Y morirá, morirá en mis brazos. Preferiría que la hubieses matado tú, ya sabes que me encanta la simbología —una fría risa sonó por parte de Ilya, que lo hizo parecer aún más loco de lo que ya era—, pero si no lo haces tú, lo haré yo y sabe Dios que si soy yo el que lo hago no va a ser bonito, no va a ser nada bonito.

Instantes después de aquellas palabras, la llamada fue cortada. Iván cerró los ojos y se apoyó sobre la barandilla de la terraza en la que se encontraba. Ahora sí tenía un dilema y uno bien grande. Ilya ya iba a por Arisha abiertamente, ya no iba a dejarla escaparse una vez más. Había llegado a los veintiún años e Ilya no la iba a dejar llegar a los veintidós. A él mismo le sorprendía que hubiese sobrevivido hasta los veintiuno, no parecía fácil. ¿Qué podía hacer él ahora? Tenía tres opciones y ninguna de ellas le parecía buena. La primera era retirarse de la pelea y dejar a Ilya coger a Arisha y hacerle lo que tuviese pensado hacerle, pero entonces dejarla escapar no habría servido de nada. La segunda era volver a ir él a por ella y matarla limpiamente y sin dolor, un simple tiro en el medio de la cabeza y se habría acabado, al menos así ella no sufriría, pero estaría muerta, por lo tanto descartó aquella opción lo más deprisa que su cabeza le permitió. Y la tercera opción era desertar del grupo, huir e intentar poner a salvo a Arisha, pero eso no funcionaría, tenía un chip de seguimiento en su piel y si se lo quitaba se darían cuenta inmediatamente. Todos los que tenían algo de poder en aquella organización lo tenían, por si pasaba algo. Él era el rango más bajo que lo poseía. Y, además, dudaba que Alex y Devlin le dejasen acercarse a la chica, por lo que tampoco era una opción real.

Desesperado, soltó un fuerte grito a la noche moscovita, golpeando la barandilla al mismo tiempo y negó fuertemente con la cabeza. Joder, qué fácil hubiese sido si aquel día Alexey la hubiese matado, no tendría que haberla vuelto a ver y no hubiese pasado nada de esto, pero el imbécil de Alex había tenido que salvarla, había tenido que ver lo especial que había en la chica y eso había estropeado todos los planes que tenía tanto él como Ilya.

Entonces recordó con pesar la primera vez que había visto a la chica. Tan sólo era un bebé, había estado en su parto, junto con Ilya, y nada más nacer, tras ponerla sobre los brazos de su madre y de Ilya se la dejaron coger. Era hermosa desde el momento en que nació y se quedó dormida plácidamente entre sus brazos.

En aquella época, Ilya y su mujer, Anastasia, eran grandes amigos de Iván y la hija de estos es como si fuese su propia hija. Poco después de aquello las cosas comenzaron a torcerse, en el momento en que Ilya consiguió hacerse con el poder de la organización.

Había empezado por matar a la familia de Alexey, que eran rivales acérrimos de su organización, aunque luego acogió a Alex entre sus filas para que el resto de su familia viva, que era poca, los odiase todavía más.

Al poco tiempo de aquello, la familia Ivanov se había vengado, causando el accidente que acabó con la vida de Anastasia y, a ojos de todo el mundo, también con la de Ilya, que decidió hacerse pasar por muerto para terminar con aquella oleada de ataques que podría acabar mucho peor. El plan había sido inicialmente que en el accidente muriesen tanto Anastasia como su hija, que entonces tenía cinco años, Arisha. Pero Arisha se había puesto enferma y había tenido que quedarse con su abuela. Ahí empezó todo. Arisha se salvó y Anastasia murió. Fue el inicio del odio de Ilya hacia su hija, que fue haciéndose más grande a medida que descubría otras cosas sobre Arisha y sobre el pasado de Anastasia.

Ilya se había enterado de más cosas de las que quería saber y después de ello aseguró que su hija tenía que morir, sin dar explicaciones a nadie salvo al propio Iván, que sabía por qué Ilya odiaba a su hija de esa manera.

No sabía qué hacer, lo que sí sabía perfectamente es que a esas alturas, Arisha ya sabría quién era Ilya y esperaba que hubiese huido de la ciudad, aunque, sabiendo cómo era ella, dudaba seriamente que se hubiese ido. Se iba a quedar e iba a luchar, aunque en su interior desease que no fuese así. Arisha iba a luchar, pero iba a perder. Ilya siempre iba a ir un paso por delante, lo sabía todo y, después de tantos años, estaba a punto de conseguir la muerte de su hija que tanto había deseado.

 Ilya siempre iba a ir un paso por delante, lo sabía todo y, después de tantos años, estaba a punto de conseguir la muerte de su hija que tanto había deseado

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MARATÓN 1/3

¿Qué os ha parecido? ¿Qué pensáis de Iván? ¿Por qué odia Ilya tanto a Arisha? ¡Contadme! Besos.


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