Capítulo 19

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Arisha se había quedado dormida en el sillón mientras vigilaba el cuerpo de Alex

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Arisha se había quedado dormida en el sillón mientras vigilaba el cuerpo de Alex. Les había asustado ya varias veces en los últimos días, había estado más tiempo inconsciente que despierto y no podían dejarle solo por si pasaba algo. Aunque Devlin se había quedado con él algunas veces mientras Ari trabajaba o mientras compraba algunas cosas, la mayor parte del tiempo había sido ella la que había estado con él. Se sentía aún culpable, ya que él había salvado su vida. Una voz demasiado leve sacó a Arisha de sus sueños, se despertaba con el más mínimo sonido, alerta. Toda la situación de los últimos días la había afectado.

—Rubita

La joven abrió los ojos rápidamente, mirando a su alrededor, hasta que llegó a los ojos ligeramente abiertos de Alex. Su mirada se clavó en él dejando que su cuerpo se relajase.

—Alex —la voz de ella sonaba mucho más suave de lo que lo hacía habitualmente al dirigirse a él.

Una ligera sonrisa curvó la comisura de los labios de Alex al darse cuenta de la suavidad de su voz. Su cuerpo sudaba ligeramente, luchando contra la herida que había sufrido. Sus ojos azules, habitualmente habían perdido todo su brillo, pero su grave voz seguía siendo la misma aunque por una vez no sonaba burlona, sino dulce.

—¿Qué haces ahí dormida?

—Esperar a que volvieses.

Su cuerpo se desperezó, igual que un gato mientras se levantaba del sillón y se dirigía a la cama donde descansaba Alex. Una vez llegó allí, se sentó en un borde de la misma, cerca de donde estaba el cuerpo de él. Una de las manos de ella se dirigió a la frente de Alex, tratando de comprobar su temperatura. Como todos los días, su frente ardía, tanto Devlin como ella tenían miedo de que su herida se infectase, aunque de momento no había dado signos de ello.

Cuando la mano de ella se posó sobre su frente, Alex cerró sus ojos y sonrió muy ligeramente hacia ella.

—Son muchos mejores tus dedos que los de Dev. —Una tierna sonrisa se extendió por el rostro de la joven. Alex la miró de manera seria—. Arisha, quiero que sepas que no me debes nada.

La sonrisa de la chica tembló mientras de su ojo derecho caía una lágrima que no había podido controlar. Cuando habló a continuación, su voz sonó temblorosa, se encontraba bastante nerviosa. No esperaba que él sacase el tema tan pronto.

—Yo... Bueno... —Tartamudeó— Alex, has salvado mi vida. Me habrían matado si no llega a ser porque tú estabas allí. —De repente, su mirada pareció cabreada y le dio un fuerte puñetazo en un hombro—. ¿Por qué demonios lo hiciste? ¡Podrías haber muerto, joder! Es más, casi te mueres, Alex, ¿por qué?

Una sonrisa un poco más amplia se dibujó en la cara de él debido a la preocupación de ella, aunque trató de ocultarla, no quería que ella le diese otro golpe, realmente Arisha tenía mucha fuerza.

—Te lo dije, Arisha, siempre quise salvar tu vida, aunque fuese a costa de la mía.

El joven trató de girarse ligeramente en la cama, para poder mirarla mejor, pero en cuanto comenzó a moverse, un dolor agudo se extendió por su cuerpo y no pudo evitar un suave gemido de dolor. Las manos de Arisha volaron hasta sus hombros para devolverle a la posición en la que estaba, pero al inclinarse para hacerlo quedó sin querer demasiado cerca del rostro de Alex.

La voz del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora