Capítulo 26

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San Petersburgo, cinco años atrás

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San Petersburgo, cinco años atrás

Arisha llevaba ya varios días en casa de Devlin, comenzaba a hacerse a la idea de que su abuela había muerto y él sólo le había contado que les perseguía porque habían matado a una persona importante para él. Ella seguía sin saber qué querían ni por qué habían atacado a su familia, si solamente eran una familia más, tan normal como cualquier otra de la ciudad.

Estaba sentada en el salón, oyendo como Devlin volvía a insistir en que debería aprender alguna noción básica de defensa personal, por si volvía a pasar y él no estaba allí para salvarla y ella de mientras trataba de ignorarle, aún no estaba preparada para pensar en todo aquello, le resultaba imposible pensar en que iba a tener que defenderse de alguien al cual no sabía siquiera lo que le había hecho, así que hacía oídos sordos de todo lo que comentaba Dev. En ese momento, entró alguien por la puerta de casa, quejándose, sólo alcanzó a ver una marabunta de pelos morados que agitaba los brazos con fuerza.

—Estoy harta ya de los profesores, me tienen hasta las narices, no hacen más que castigarme por cosas que no he hecho...

La joven rubia no pudo evitar reírse, recordando que a ella le pasaba lo mismo, aunque con un asunto mucho más grave. La chica del cabello morado clavó sus ojos en ella, confusa, no sabía quién era aquella mujer, era la primera vez que la veía en su vida. Devlin rió con suavidad y se acercó a la chica, besándola suavemente en la mejilla.

—Lena, esta es Arisha —miró hacia Arisha haciéndola notar que no quería que su hermana supiera nada de lo que había ocurrido—. Es una amiga. Y, Arisha, ella es Lena, es mi hermana pequeña y, como puedes ver, siempre está quejándose.

Lena golpeó con suavidad el hombro del chico, mirándole mal por unos instantes para después echarse a reír. Arisha sonrió ligeramente y se levantó del sitio para acercarse a ellos, dando dos sonoros besos sobre las mejillas de la joven.

—No hagas caso a mi hermano, él es el que siempre se queja, él es el que siempre corta el rollo a todo el mundo. ¿Cómo puedes ser su amiga?

—Bueno, digamos que hay que tener amigos en todos los lados —Arisha rió siguiendo la corriente a Lena.

Devlin las miró mal a las dos.

—¿Os acabáis de conocer y ya os estáis aliando contra mí? La que me espera a partir de ahora, dos mujeres en mi contra en mi propia casa.

Ambas mujeres comenzaron a reírse y Arisha se sintió bien por primera vez desde que habían matado a su abuela. Se alegraba de que Devlin la hubiese encontrado e, inmediatamente, le cayó bien la hermana de éste. Supo que en aquel lugar podría sentirse como en casa, si ellos la dejaban quedarse. Se había vuelto un poco reticente a confiar en nadie, ni siquiera confiaba en Devlin, pero algo la decía que podía fiarse de la pequeña fierecilla de pelo morado que acababa de irrumpir en la casa, algo la decía que aquella chica nunca podría hacer nada malo, que era una buena persona, que podría ser una amiga.

En cuanto Lena se fue de la habitación, Arisha clavó su mirada en Devlin, cuestionando lo que estaba haciendo y como éste no se dio por aludido, preguntó, esta vez con palabras:

—Devlin, ¿no tiene ni idea de nada?

—Obviamente, no —la voz de él había sonado a la defensiva esta vez, mirándola con profundidad.

—¿Por qué?

—Arisha, Lena es una niña, sólo tiene dieciséis años, no debería estar metida en todo esto. Ella no sabe quién asesinó a uno de los mejores amigos de la familia ni sabe cómo murieron nuestros padres, ella sólo tiene que ser feliz con la edad que tiene así que, por favor, no le cuentes nada, me gustaría que aprovechase tanto como fuese posible su juventud, aunque algún día se entere de todo esto, que no me cabe duda de que lo hará, que sea cuanto más tarde mejor, que disfrute, que sea joven, no quiero que acabe como acabé yo.

Todo esto lo había dicho de un tirón, dejando de mirar a Arisha en cuanto había empezado a hablar. Sabía que lo que le estaba contando era lo mismo que le pasaba a ella, puesto que Arisha y Lena tenían la misma edad, pero a Arisha la habían metido por la fuerza en aquello, Lena no tenía por qué estar enterada de todo aquello aún.

—Estoy de acuerdo, me parece una decisión inteligente y protectora, al fin y al cabo, es tu hermana.

La chica había hablado con prudencia. Devlin se sorprendió otra vez de lo joven que era aquella muchacha, aunque al hablar con ella pareciese mucho mayor de lo que era. Se había quedado sin nada de familia a una edad demasiado temprana y ahora mismo sólo le tenía a él. Si él la echaba a la calle, no tendía dónde ir ni que hacer. Negó con la cabeza y un impulso le hizo abrazar a la joven rubia con fuerza. No la había tocado ni una sola vez desde que ella estaba despierta y ahora que lo pensaba, se imaginaba que para ella tampoco estaba siendo fácil. Acaba de perder a su abuela.

Arisha se dejó abrazar durante unos instantes, en los que apoyó la cabeza en el pecho de él y lo rodeó con los brazos. Ambos se dieron cuenta de la electricidad que les había recorrido al tocarse. Nunca les había pasado nada igual a ninguno de ambos, no sabían qué era lo que había pasado, pero de repente los dos se sintieron incómodos y se separaron, mirando a cualquier lado menos el uno al otro.

—Lo siento...

Fue Arisha la que habló, desde que había llegado, no había dejado de disculparse por todo, no sabía por qué. Devlin suspiró y se acercó a ella otra vez, cogiéndola de las mejillas para que lo mirase a los ojos, ignorando la electricidad que le había recorrido de nuevo al tocar la piel de ella.

—No tienes que pedir perdón por nada, Arisha. Tú no tienes la culpa de nada.

Devlin parecía que había leído sus pensamientos y ella bajó la mirada avergonzada, aunque asintió levemente con la cabeza. Sin tenerlo planeado, se puso ligeramente de puntillas y dejó un suave roce en los labios de él con los suyos propios, a modo de agradecimiento y después salió corriendo de la habitación, espantada por lo que acababa de hacer. Ahora seguro que Devlin la echaría de su casa por su osadía y no tendría qué hacer.

Cuando estaba subiendo las escaleras, se chocó con Lena, que la sonrió al saber que había sido pillada al ver la cara de espanto de Arisha por lo que había podido ver y oír la joven.

—Oh, Arisha. Sólo finjo porque mi hermano cree que no se nada —se echó a reír y la miró fijamente—. Por cierto, creo que es la primera vez que veo a alguien besar a mi hermano.

Arisha se sonrojó fuertemente y miró hacia Lena. Así, sin más, comenzaron a hablar entre las dos en susurros y así, comenzaron las dos a conocerse.

¡El último de los dos que tocaban hoy! ¡Así se conocieron Lena y Ari! Espero que os hayan gustado los capítulos

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¡El último de los dos que tocaban hoy! ¡Así se conocieron Lena y Ari! Espero que os hayan gustado los capítulos. ¡Comentadme qué tal y no os olvidéis de votar! ¡Muchos besos!


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