Capítulo 8

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Esa misma mañana, Devlin había salido del piso dejándole una nota a Arisha

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Esa misma mañana, Devlin había salido del piso dejándole una nota a Arisha. Iba a investigar un poco sobre cómo Alexey la había encontrado y si Ari lo sabía, iba a querer ir con él, lo cual no era una buena idea, dada la gente con la cual pensaba reunirse para sacar la información necesaria.

Sacó de su maleta una pistola y se la metió en los vaqueros, oculta para que nadie pudiese ni siquiera notarla y salió del lugar.

Se dirigió todo lo rápido que pudo a la parada de metro más cercana y se dirigió a uno de los barrios periféricos de la ciudad, Bútovo. Allí conocía a algunas personas que por un buen pico le contarían muchas cosas.

Una vez en aquel barrio, se dirigió a casa de Lena. Sabía que allí era un buen sitio para empezar a buscar. Era una mujer que sabía de primera mano que era discreta y manejaba mucha más información de la que podría parecer a simple vista. Llamó a la puerta y rápidamente le abrieron. Delante de él se encontraba una de las mujeres más bonitas que había visto, Lena, una mujer muy alta, como era común entre las mujeres rusas y con un llamativo pelo de color morado. Sus ojos, tan negros como la noche, ocultaban muchos misterios y su pose, siempre tensa, daba a entender que siempre estaba preparada para lo peor. En cuanto le vio, una pequeña sonrisa asomó en sus labios carnosos y se apartó de la puerta para que él pudiera pasar. La estancia donde se encontraban era pequeña, muy desordenada, con papeles tirados por todos los lados, sobretodo en la mesa de madera que ocupaba la parte central de la sala. Además de esa mesa, había un par de sillas y un sofá de color blanco, enfrente del cual se hallaba una moderna televisión y una estantería llena de carpetas y libros en una pared. Sólo estaba iluminada por una pequeña ventana que había encima del sofá.

—Devlin. Cuánto tiempo. ¿Qué haces aquí? —Su voz era suave y profunda—. Oh, espera, déjame adivinar... —La joven mujer empezó a revolver entre sus papeles hasta que dio con una carpeta que, al parecer, era la que estaba buscando— Arisha, ¿verdad?

Devlin la miró sin sorprenderse, gracias a ella había seguido todos los pasos de Ari a lo largo de los años que llevaban separados, aunque, por supuesto, eso era algo que la chica no sabía ni iba a saber si podía evitarlo.

—Sí —su respuesta fue seca—, como sabrás, Alexey está aquí y supongo que sepas por qué.

—Oh, Alexey —la chica comenzó a reír de repente, sus cambios de humor siempre impresionaban a cualquiera que no la conociese, pero ese no era el caso de Devlin, que esperó pacientemente hasta que la joven se calmó y siguió hablando—. Claro que sé que está aquí. Hace algún tiempo que le sigo la pista. Hace algún tiempo que alguien me pidió que le siguiese la pista.

La mirada de Devlin se oscureció momentáneamente. Si alguien quería seguir a Alexey, no era nada bueno, de eso estaba seguro. Aun así, calló y esperó a que Lena siguiese hablando, algo le decía que la joven no había terminado. Lena suspiró y siguió hablando, sabía que Devlin no se quedaría a gusto sólo con aquella ligera información y, debido a que él era un cliente preferente, siguió hablando.

—Dev, no sé a qué estáis jugando los tres, pero estáis metiéndoos en algo mucho más peligroso de lo que pensáis. —Por primera vez, la mirada de la joven expresaba preocupación y sus dedos se movían sin parar denotando nerviosismo—. Es decir, Arisha ya estaba metida desde el principio pero sin querer os está metiendo a vosotros dos que no podéis dejar de preocuparos por ella —Devlin apartó la mirada incómodo. Había supuesto que Alexey quería proteger a Ari, pero no sabía hasta qué punto y lo iba a averiguar.

—Lena, cuéntame lo que sepas. ¿Qué hace Alexey aquí y quién le está siguiendo? Si es una de las personas más importantes de su organización, ¿quién querría seguirle sin exponerse al peligro que eso supone?

—Bien. Te lo contaré, pero ten mucho cuidado, me podría costar la vida contarte cualquiera de las cosas que estoy dispuesta a contarte —Lena cerró los ojos y volvió a abrirlos, posándolos con tensión contenida en los de su visitante—. Alexey lleva años dirigiéndose a distintos lugares siguiendo pistas falsas que él mismo creaba sobre Arisha para poder mantener la vista lejos de la ciudad de Moscú, donde él lleva años sabiendo perfectamente que ella está. Lo que hace ahora en Moscú es algo que desconozco y que me resulta sumamente curioso, puesto que está poniendo todos los ojos en esta ciudad, pero sí sé que él se ha tomado muchas molestias para que nadie le siguiese hasta aquí. Ha cogido vuelos por media Europa, cambiando de nombre entre todos ellos para que nadie pudiese seguirle la pista hasta aquí.

Devlin suspiró aliviado, al menos sabía que no quería que nadie encontrase a la joven, de manera que su presencia era menos peligrosa ahora que lo sabía. Al menos estaba solo y si trataba de hacerle algo a Arisha, él estaría ahí para poder protegerla con su propia vida si fuese necesario. Cerró un segundo los ojos, pero la voz de Lena le llegó a los oídos, haciéndole abrirlos y centrarlos terriblemente asustados sobre la mujer que se hallaba delante de él.

—No lo ha conseguido, Dev. Iván está aquí. Aunque él no sabe que Arisha está también aquí. Lleva años sospechando que Alex no encontraba a la joven a propósito, puesto que, como sabes, él encuentra siempre a toda aquella persona que busca.

El cuerpo de Lena comenzó a temblar al pronunciar el nombre de Iván. Aquel hombre eran palabras mayores. No por nada era el hombre que estaba al frente de una de las mayores organizaciones terroristas que había sobre la tierra en aquel momento. Aquel hombre era peligroso de verdad y no se andaba con ningún tipo de miramiento. Si se enteraba de que ella había puesto sobre aviso a Devlin, la mataría sin piedad y no sería rápido, lo sabía. Devlin también lo sabía así que se levantó de su silla y sacó su cartera del bolsillo.

—Lena, vete de la ciudad ahora mismo, no mires atrás. Si él se entera que me has contado esto, te matará. Y no me voy a permitir perder a nadie más, hermanita —el hombre sacó una gran suma de dinero de dicha cartera y se lo tendió a su hermana.

Lena se tiró al cuello de Devlin, la joven temblaba de miedo, sabía lo que podía pasarle, pero también sabía que había hecho lo correcto, estaba protegiendo a su hermano mayor y a Arisha, que merecía su protección más que ninguna otra persona en el mundo. La joven cogió el dinero y Devlin la instó a abandonar la casa y la ciudad ya, que se fuera muy lejos, a un lugar perdido donde nadie pudiese encontrarla.

Poco después de que su hermana abandonase el edificio, él la siguió y salió también de él. Se acercaba la hora en la que Arisha salía de trabajar y no iba a dejarla sola, bastante que había ido sola al trabajo con aquel psicópata deambulando por la ciudad.

¡Lo sé, lo sé, lo siento! He tardado una eternidad, pero ahora que estoy de vacaciones subiré uno cada día y seguramente algún día suba alguno más

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¡Lo sé, lo sé, lo siento! He tardado una eternidad, pero ahora que estoy de vacaciones subiré uno cada día y seguramente algún día suba alguno más. Espero que os guste este nuevo capítulo, ¿qué opináis? ¡Espero vuestros votos y comentarios! Besitos.

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