Capítulo 44

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Mientras tanto, en las inmediaciones de aquella casa a las afueras de Moscú

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Mientras tanto, en las inmediaciones de aquella casa a las afueras de Moscú...

Olya iba acercándose a aquella casa. Desde hacía un rato le había parecido que algo no iba bien, había demasiado ruido, cuando Ilya era un hombre que no hacía ruido porque no quería que nadie se enterase de su presencia allí y fue mucho peor cuando oyó el primer disparo. Evidentemente, había algo que no estaba yendo bien. Con los refuerzos que había traído consigo, los que Ilya le había mandado buscar, se acercó con sigilo a la casa.

Una vez estuvo suficientemente cerca, vio claramente a alguno de los francotiradores, protegidos por dos personas más mientras ellos disparaban contra la casa en la que se encontraba el padre de su hijo. Negó con la cabeza con fuerza y enfado. Con ella iban once personas más, pero once personas realmente letales.

Se giró hacia sus acompañantes y les miró con un inmenso odio, había que acabar con la gente que estaba fuera si tenían la más mínima intención de ayudar a la gente que estaba dentro, a su Ilya.

—A por ellos —dijo la joven entre dientes.

No hizo falta más, las doce personas se desplegaron para atacar a los francotiradores y sus protectores por sorpresa. Estaban en exactamente las mismas condiciones, eran doce de cada lado, pero los que llegaban tenían algo clave: el mismo factor sorpresa que habían utilizado los aliados de Arisha.

Los francotiradores estaban ocupados disparando contra el último piso de la casa para que así pudiesen entrar los que quedaban en él y pudiesen, por fin, acabar con Ilya.

Lena sonreía desde su posición, había conseguido acertar a varios. Al contrario que Arisha, Lena disfrutaba de aquello, realmente creía que esa gente estaba mejor muerta, eran unos salvajes y no se merecían nada mejor que la muerte, así que le encantaba cada disparo que acertaba en el blanco. Lo veía de la siguiente manera: mucho mejor ellos que los suyos. Su hermano, su mejor amiga y su antiguo amante al que tenía demasiado cariño estaban dentro de esa casa y ella haría todo lo que estuviese en sus manos para que pudiesen salir vivos de ella.

Cuando habían acabado con varios de los que estaban en el último piso, un grito a su lado la sorprendió. Levantó la mirada de su fusil justo a tiempo para ver como los dos hombres que la cubrían derribaban a otros dos hombres que venían de frente. Con rapidez, se levantó del suelo. Antes de que la diese tiempo a hacer nada, una persona había conseguido acabar con los dos hombres que estaban con ella. Alzó la vista hacia la figura que se había situado delante de ella y todo lo que vio antes de que esa figura se lanzara sobre ella fueron unos iracundos ojos verdes, destilando odio.

Dentro de la casa habían irrumpido en el último piso al ver que los disparos de los francotiradores se detenían, lo que ellos no sabían es que fuera se estaba desarrollando una verdadera batalla campal y que, aquí sí, el bando de Arisha perdía por goleada. De las doce personas de su bando que rodeaban la casa, sólo quedaban en pie cinco ya, de los cuales alguno había huido. Se habían quedado fuera porque había menos peligro, pero en realidad aquella venganza no iba con ellos así que decidieron no dar la vida por aquello, sencillamente huir.

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