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~Anna~

Me quedé parada frente a el, quien se encontraba apoyado a la puerta, y si mi oído no me fallo le puso seguro, lo mire confundida y alce mis cejas esperando a que me dijera que hacia aqui. Como no hablaba decidí hacerlo yo. 

- ¿Que sucede? - tome mi perfume y me puse un poco, mientras el jugaba con el bordillo de su remera.

-Nada. ¿Estas bien?

- Estoy bien. Estaba secando mi cabello.  Ahora bajo. 

-¿Podemos hablar Anna?

-No. No hay nada de que hablar Thiago. Vete, enseguida bajo.

Camino dispuesta a echarlo ya que no me deja sola. Comienzo a empujar su cuerpo pero opone resistencia, no quiero verlo, no quiero estar cerca suyo al menos por unos días en lo que se me pasa este remolino de emociones que soy.

-Vete.

-No me voy a ir hasta que hablemos.

La furia se apodera de mi sistema. El trata de no salir y yo trato de sacarlo de aquí. Estoy enojada y por primera vez suelto la furia que sentí cuando hoy me dijo esas palabras. ¿Esta jugando o es bipolar?

-Cínico. Maldito, enfermo.- esa sonrisa sexy y perfecta se forma en su rostro - Tu y yo no tenemos nada de que hablar. Sólo déjame en paz.  Has como si no me conocieras, olvida lo que paso hoy. Has como yo que ya lo borre por completo de mi.

Agarra mis muñecas y desestabiliza un poco mi equilibrio, comienza a caminar y mis rodillas chocan con mi cama. Mi corazón late a un ritmo desenfrenado, mis respiración esta agitada y no me atrevo a mirarlo a los ojos. Sigo luchando por que me suelte y se vaya.

-¿Así que lo olvidaste? - susurra en mi oído y hace que mi piel se erice por completo - Entonces si hago esto no va a importar ¿No?

Apoya sus labios en la piel desnuda de mi cuello y comienza a repartir besos húmedos por la zona. Cierro los ojos tratando de que no me afecte pero me es completamente imposible, las sensaciones son demasiado placenteras como para negarse.

-Dime Anna. ¿Lograste olvidar ese beso? - intento responder pero me he quedado sin palabras - ¿Dime no te quedes callada?

-Eres un idiota. Déjame. - respondo enojada.

-Shuuu... Se que tu cuerpo responde a mis caricias - sus manos liberan mis muñecas. La izquierda la apoya en mi cintura levantando un poco mi remera y la derecha la apoya en mi hombro. - Dime que no lo olvidaste nena. No mientas.

Vuelve a posar sus labios en mi cuello pero esta vez va bajando desde donde comienza mi oreja hasta mi clavícula besando y mordisqueando la piel. Baja un poco la manga de mi remera y se queda unos minutos mordisqueando la piel de mi hombro. Esto es una dulce tortura.

<<Mierda, Mierda y más Mierda. >>

Si continúa así de esta manera voy a caer en la tentación y no quiero caer en su maldito juego.

-No- suelto un jadeo. - No voy a caer Thiago.

-¿Sientes esto? - apoya mi mano en su pecho. Su corazón va a la misma velocidad que el mío o incluso aún más fuerte. Nuestros ojos se conectan y puedo ver un brillo que nunca antes vi. ¿Estará diciendo la verdad? Tengo miedo que vuelva a jugar con mis sentimientos, tengo miedo que otra vez se burle de mi.

- Basta. - susurro agachando mi mirada. Intentando contener las lagrimas. - ¿Por que te empeñas en lastimarme?

Levanta mi mentón con su dedo indice. Moja y muerde su labio inferior. Tomo una respiración e intento frenar las lagrimas que pican en mis ojos. Su mano en mi cintura se mueve para unir más nuestros cuerpos y su mano acuna mi mejilla. Mis manos es tan acertadas a sus hombros y mi a piernas tiemblan. Estoy segura que si el no me estuviese sosteniendo ya estaría desparramada en el suelo. Vuelvo a cerrar mis ojos y el apoya su frente en la mía.

- Por favor. - murmura. Nuestros alientos se entremezclan y agradezco al cielo que el mío no huele feo. A pesar de que acabo de despertar. - Anna...

Mis manos se entrelazan alrededor de su cuello empujando un poco más de el hacia mi rompiendo toda cercanía. Nuestros pechos suben y bajan, nuestros corazones latiendo a la misma velocidad. Miro sus labios y el hace lo mismo, conecto mi mirada a la suya otra vez y noto que su verde esta más oscuro que lo normal.

Mis dedos agarraron su cabello con fuerza, tirando de él hasta que note cómo un gruñido salía de su garganta. Sus labios tocaron los míos una y otra vez, nuestras lenguas jugueteando en un ritual de fuego. Parecía que ambos competíamos por ver quién era más rápido, más profundo, más placentero.

Caí en cuenta de que me estaba besando, nos estábamos besando. ¿Quería esto? Para que mentir si lo deseo tanto como el.

Me separe automáticamente recuperando la poca cordura que me quedaba, nuestras respiraciones estaban agitadas. El tenía esa sonrisa socarrona sen su rostro y yo sentí unas ganas de borrar esa sonrisa de un plumazo. Así que estampe mi mano en su mejilla izquierda.

-¿Por que hiciste eso? - se quejo poniendo su mano en la mejilla.

-Jamás, escúchame bien jamás vuelvas a besarme. Vete. Sal de mi habitación, vete con tu amiguita.

Sus cejas se alzaron y se le formo una sonrisa picara. - ¿Estas celosa? - solté una carcajada.

-¿Celosa yo? - si maldito estúpido. A caso no te das cuenta que te quiero y no soporto la idea de que esa estúpida arrastrada este cerca de ti.- ¿De la barbie clonada? No cariño, estas muy equivocado.

-Estas celosa Anna... - me tomo entre sus brazos. E intente zafarme - No lo niegues nena.

-Vuelve a decirme nena y vas a estar cogeando por una maldita semana. - lo empuje lejos de mi y mojo sus labios - Vete.

- Me gusta verte enojada. - mordió su labio inferior y junto sus manos - Eres mas sexy.

-Vete al carajo. Ni me interesa lo que pienses.

Lo empuje hacia la puerta y lo saque de mi habitación. Se quedo maldiciendo en diez mil idiomas por haberlo echado y haberle dicho que ni siquiera me importa. Me apoye en la puerta y puse mis manos en mis labios, solté un suspiro algo frustrado.

-Te odio, estúpido. Te odio. - grite enfurecida y se que el me escucho por que soltó una carcajada. Maldito lo odio, lo odio tanto.

***

Okey... Thiago esta fumado o tiene un serio problema psicológico...

Jajaja espero les haya gustado el capitulo... Las quiero. Besos mil nos leemos pronto vale. :)

Locuras Contigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora