09 -ST-

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~Bárbara~

El viaje estaba siendo demasiado divertido. Reía con las ocurrencias de Megan, y mientras ella nos contaba sus ideas. Había obligado a su padre a que ponga canciones infantiles. Ya me sabía de memoria la canción del Pulccino pio. Y la de los pollitos que tenían hambre y frío. O algo así decía. De pronto se quedó todo en silencio. Y cuando voltee a ver la parte trasera la pequeña estaba dormida.

-Se durmió. Mi vida. - hable y Travis miro por el espejo retrovisor. -Tiene muchas energías.

-Esto es sólo una pequeña muestra. - me sorprendí. ¿Aun había más? -Espera a que lleguemos. Ahí los que vamos a quedar sin energías vamos a ser nosotros.

Reí. Y muchas dudas se arremolinaron en mi mente. Entonces caí en cuenta de lo mala persona que estaba siendo. El dejaba todos los días a su pequeña con una niñera para ir a cuidar de mi. Y yo me comportaba como una mocosa inmadura. Me sentí la peor persona del universo.

-¿Como haces? - me miro de reojo. -Es decir, trabajar,  aguantar mis idioteces, estar separado de ella y dejarla con una niñera. Yo no podría dejar a mi hija o hijo con alguien mas. 

El sonrió. Bajo un poco el volumen del estéreo. -Pues cuando tienes un motivo lo demás importa poco. Mi motivo es mi niña. Ella es lo único que tengo. Y por ella sería capas de hacer esto una y otra vez.

Sono sincero y orgulloso de su hija. Y me sentí orgullosa de que Thiago contrate a gente tan humilde y paciente. Entonces pensé en mi familia. En mis hermanos, en mis padres y en mis cuñadas. De seguro todos deben estar muy preocupados. Pero sabía que Travis había avisado que ambos estábamos bien. Pero aún así no dejaba de preocuparme.

-¿En que piensas? - tome un largo suspiro.

-En todo lo que ha pasado en estas veinticuatro horas. - Mire por la ventana. Intentando reconocer algo del lugar a donde íbamos pero nada se me hacia conocido. - Me siento fatal. Siento que por mi culpa, mi familia esta pasando nuevamente por esto.

Apoyo su mano en mi rodilla. Y las cosquillas se hicieron presentes en mi estómago. - No es tu culpa. Mete esto en tu cabeza. No es tu culpa que ese mal nacido sea un loco.

Intente meterme en la cabeza eso. Pero están tan afectada por lo que el me había hecho. Que me daba miedo. Tenía miedo. Apoye mi mano sobre la suya. Y sonreí.

-Gracias. 

- No me agradezcas.

-Ya se que es tu trabajo. Pero de verdad gracias. - aparco el auto. Fuera de una bonita casa. -Se que soy un dolor de cabeza.

El apagó el auto. Y se desabrocho el cinturón. Hice lo mismo. Y cuando estaba por bajar, me tomó del brazo. Y me obligó a que lo mire.

- No se que hiciste. Pero te juro que ahora solo quiero protegerte. - mojo sus labios e instintivamente hice lo mismo. Su mirada profunda y sincera me atrapó - Y va más allá de mi deber. Ahora solo quiero que tu estés bien.

Acomodo unos mechones de mi cabello.  Y temblé bajo su tacto. Pero no era de miedo. El era bueno, paciente y sincero. Cerré mis ojos disfrutando su tacto. Y sentí su respiración cerca de mi. La piel se me erizo. Y de pronto la necesidad de que me besara se hizo presente. Espere paciente el impacto de sus labios en los míos, pero no paso. Entre nosotros se sontió una vocecita.

-¿Que hacen ustedes dos? - abrí los ojos y sonreí. El cerró sus ojos por un momento y se separó de mi. Note en sus ojos la decepción. Su pequeña había interrumpido a tiempo nuestro primer beso. Me sentí un poco aliviada. Ya que no sabía como reaccionar a esto después de que eso pasará.

Locuras Contigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora