07 -ST-

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~Barbara~

Me desperté en un lugar oscuro y silencioso. Mi cabeza se me partía. Me senté apoyando la espalda contra el espaldar de mi cama y estire mi mano para encender la luz del velador. Cuando lo encendí, entrecerre mis ojos al tener contacto con la luz. Era tenue pero molesta en fin. Estire mis músculos, y bostece.

Imágenes de lo ocurrido anoche llegan a mi mente. Y me regañe mentalmente por ser tan idiota. Definitivamente esto no puede seguir pasando.  Thiago tiene razón debo cambiar mi jodida actitud. Apoye mi cabeza sobre mis rodillas y la puerta de abrió. Me sorprendí al ver a Travis entrar a mi habitación con una bandeja de desayuno en sus manos. Apoye mi barbilla en mis rodillas. Nuestras miradas se conectaron por un segundo. Me sonrío, todo dentro de mi se removió.

-Buenos días. - susurro. Dejó la bandeja frente a mi. Y se sentó en el sillón a un lado de mi cama.

Me quede procesando lo que acaba de ocurrir. Yo sin ganas de pelear y Travis siendo amable. Esto definitivamente es raro. Le di las gracias y el volvio a sonreír.  Definitivamente esto era demasiado raro. 

-Jamas te haré daño. - su voz hizo eco en mis pensamientos. 

-Perdóname tu, soy una idiota por querer que te alejes de mi. 

Mire la bandeja tenía café, unos panquesitos.  Fruta cortada en cubitos y jugo exprimido.

- ¡Buenos días! - susurre tomando la taza de café. - Y gracias.

Tome mi desayuno en silencio. No tenía ganas de hacer nada. Pero no podía caer en depresión. Debía hacerlo porque sino mis padres, mis hermanos y mis cuñadas empezarían a estar más cerca de mi. Como antes. Y no quería eso. Hoy era mi día libre.

Me levante de mi lugar por el otro costado. El cuerpo me dolía entero de pies a cabeza. Me queje un poco, pareciera que hubiese hecho ejercicio pesado.

-¿Estas bien? - Mire por encima del hombro.

-Me siento como la mierda. - cerré mis ojos intentando calmar el dolor. Era una puntada que atravesaba todo mi cuerpo.
- Pero ya va a pasar. - me mentí a mi misma. El se sentó a mi lado. Lo mire de reojo. No durmió en toda la noche o eso es lo que me pareció. Mi corazón se encogió. Yo estaba siendo una perra con todas las letras . 

-O eso es lo que espero.

Soltamos una risita. El se quedó mirándome. Me puse nerviosa. Hace tiempo no tenia contacto con el sexo opuesto. No he salido con nadie desde Damián. No quería.

-¿Descansaste? - pregunté captando su atención. Se sorprendió un poco. Siempre soy la que hace desplantes y reproches. Pero algo definitivamente había cambiado entre nosotros. -¿Desayunaste?

Asintió. Pero no me respondió.
-¿Si desayunaste o si descansaste?

Alzó sus cejas. -Si desayune. Y no descanse muy bien. Tuviste una crisis y al parecer tenías pesadillas.

Mi rostro palideció. Otra vez las pesadillas. Debía tratar de superar todo esto o me iba a consumir. No podía volver a caer en esto. Había trabajado mucho para salir adelante. El apoyo su mano sobre la mía.

- Me siento culpable. - confesé. Acarició mis nudillos mandando olas de calor a todo mi sistema.
-Se que suelo ser un poco...- lo pensé mejor. -Bueno mucho. Molesta y todo eso, pero debes descansar. De seguro tienes mejores cosas que hacer que estar cuidando de mi.

-Señorita. - hablo pero no podía mirarlo a la cara.  No cuando me había comportado como una mocosa.

-Puedes decirme Bárbara.

Locuras Contigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora