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~Anna~

Nos quedamos abrazados por un momento más. La lluvia estaba parando. Debíamos salir de aqui antes de que nos detenga por estar aqui si ningún permiso. No quiero terminar en la cárcel.

-¿Vamos a un lugar mas tranquilo? - propuse y sus ojos se llenaron de un brillo que nunca antes había visto. Estaba abrumada pero necesitaba hablar con el de todo esto. Como dos personas grandes, adultas y maduras. Bueno eso ultimo no me lo creo pero necesito hablar con el. -No mal pienses las cosas.

-Hey tranquila yo no dije nada. - se defendió. Puse los ojos en blanco y comencé a bajar las escaleras, no faltaba mucho para llegar a la puerta. -Anna..

-No has dicho nada, pero tu cara te delata.- rio con diversión. - Vamos necesitamos hablar.

El camino de vuelta al hotel se hizo rápido. Tuvimos que tomar un taxi, ya que llueve a baldazos. Típico clima de Londres. Nos anunciamos en mesa de entrada, y le envió un mensaje a Thomas y a Karolth. <<Llegue bien. Mañana hablamos>> No espero respuesta lo mas seguro es que ellos la estén pasando bien. Subimos al elevador, y me arrincona contra una de las esquinas. Sus ojos se clavan en los míos y me besa sin decirme nada. Mis manos se aferran a su cintura. Y agradezco a Dios que no haya subido nadie. El elevador se detiene en el tercer piso.

-¿Tu habitación o la mía? - pregunta. Y me encogí de hombros. Suelta una risita mientras juega con las tarjetas en sus dedos. -Emm la mía... - estira su mano y la tomo. - Esto es un sueño...

Entro en su habitación y su olor me invade. Suelto un suspiro.

-Ponte cómoda. Voy a cambiarme.

Asiento nerviosa. Me quito los zapatos, dejo mi bolso en el sofá de la pequeña sala que esta antes de la habitación. Y veo unos chocolates encima de la mesa, me quito la campera, ato mi pelo y tomo uno de los paquetitos. Mientras espero a que Thiago regrese me asomo a la ventana, corro la cortina y veo la lluvia caer. Ahora llueve con un poco más de fuerza. De nota en la luz los faroles de la calle.

-Volví- Me giro, el termina de ponerse su remera, me pierdo en su abdomen marcado, sólo me dedicó a mirarlo en silencio. El lentamente borra su sonrisa. -¿De verdad?

Lo miro confundida. ¿Y ahora que demonios le pasa? -Odio esa mirada definitivamente.

-¿Que? - término de comer mi chocolate. Tiro el papel y el se sienta en el sofá. Vuelvo a la ventana y continuo mirando la lluvia. -¿Y ahora que paso?

El suelta una risita. - Es que esa mirada tuya... Por esa maldita mirada.

-¿Que tiene mi mirada? - pregunto.

- Es que... Cuando te conocí hace dos años atrás. Ibas en el bus, te juro que me enamore de tu perfil. Y dije esa chica es perfecta. - Me sonroje- Un día te cruce en la oficina de tu padre. - abrí mis ojos como plato. - Si señorita Martínez. Te juro que cuando entre al hotel iba tan apurado que no tenía no tiempo de pararme a avisarle a Rosa que había llegado. Subí directamente al puso de tu padre y ahí te vi. Al principio no lo podía creer. La chica del bus estaba justo frente a mi. estabas molesta con tu padre, que ni siquiera te despediste de Rosa que se quedo parada en la puerta de la oficina mirando hacia a tu dirección. Chocamos. Pero solo pediste disculpas de lejos y te fuiste.

No podía creer lo que estaba diciendo. Bueno en realidad si, la cuestión es que ignoro a todo ser que se encuentra a mi alrededor. No lo hago de maldad, sino que mi signo me hace así.

-Continúa... - Me como otro chocolate. Y el sólo me observa con semblante tranquilo.

-Bueno averigüe quien eras. Y las esperanzas se me vinieron abajo. Era la hija de mi jefe. La pequeña rebelde, pero muy atractiva hija de mi jefe. Trate de borrarte, pero se me hizo imposible. Estabas en todos lados Anna. Y no me veías. Me ignorabas por completo. - Mordí mi labio inferior- Y cuando llegaste a vivir al edificio. Recuerdo que yo bajaba para ir a correr y como siempre chocamos. Me miraste con tanto desprecio que juro que te odie. Odie que seas así, aunque tenia otra perspectiva pensé que eras así por que tenias dinero.

-No. - hable y me acerque a el. Me senté a su lado y me miro serio. - Yo soy así. No demuestro nada de lo que me pasa. Te juro que ese día que vos decís que te mire despectivamente por dentro estaba saltando en una pata. Aunque vos pienses que no te veía, si lo hacia. Solo que no era muy obvia. Te observaba desde el volé, ese día en la oficina pensé que estaba alucinando. Y cuando me mudé a tu mismo edificio. Estaba tan feliz, que por eso chocamos. Pero mis amigas me estaban molestando, por eso estaba enojada. Por eso pensaste que te mire mal a ti.

-Pero eso no quita que te odie con todas mis fuerzas. Jure que nunca más me ibas a mirar de esa forma.

-No te mire con desprecio. Solo estaba impactada de tener a mi Crush frente a mi. Y soy tan idiota que no se como demostrar lo que siento.

Me tomo de mis brazos y me obligó a que siente en su regazo. Mis manos rodearon su cuello. Y las suyas mi cintura. Su respiración me hacia cosquillas en la mejilla. - Y cuando te pusiste de novia. Hay Dios no entiendo que le viste a ese idiota. - beso mi mejilla- No eras chica para ese patán. Pero con tal de llevarle la contra a tu padre.

-No lo hice de mala. Lo quise... - se puso serio- Pero no tanto como te quise y quiero a ti. De ti estoy enamorada. El... El sólo fue un error.

-¿Enamorada? -Asentí y mis labios rozaron los suyos.

-Estoy completamente enamorada de ti...

- Yo también estoy completamente enamorado de ti.

***

Holaaa

Mueeero lentamente.... Pues que bellos son los dos. :)

Nos leemos. Besos mil vale ;)

Locuras Contigo -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora